Escudo de la República de Colombia
A- A A+

albero alvarez

“Ingeniería Agronómica la estudié yo, porque tenía unas cosas interesantes, como era por ejemplo suelos, maquinaria, tenía riego, tenía topografía que me encantaba, yo tenía una media vocación de ingeniero mecánico”, así lo manifestó el ingeniero Alberto Álvarez, especialista en Finanzas, Formulación y Evaluación de Proyectos, un egresado apasionado y que vibra por la extensión solidaria;  desde muy pequeño posee una voz que cuestiona, que debate, que hace brotar en quien lo escucha una porción del espíritu de lucha por otros.

 

“Investigamos mucho e hicimos algo memorable, que es el código ambiental para los indios de Cristianía, a mí me encantó ese trabajo hombre, algún día ellos mismos, dijeron, Alberto, Blanca, queremos un código ambiental que rija las relaciones de nosotros con el medio, pero no el código ambiental que ustedes tienen los Capunías, nos llaman ellos, sino nuestro, con mandamientos ambientales”, así lo narró el ingeniero; sus experiencias con las comunidades se suman a los 48 años que disfrutó como profesor, al amor que siente por la “exquisita carrera” como él así llama a la Ingeniería Agrícola, pues fue en varias ocasiones director de carrera; esto ha sido en gran medido lo que ha detonado en él, la necesidad incesante de contar y compartir sobre la falta del enfoque económico que posee esta área del conocimiento.

 

 “¿Por qué tratan la parte económica de la agricultura tan mal?, es que es un chiste (…) En este momento estamos importando más del 50% de los que nos comemos, no le importa al gobierno, tiene resuelto su problema con la sociedad, que es darle un precio político a la comida, que estamos produciendo mucha coca, ¡venga hagamos unos sustitutos de cultivos!, y resulta que los sustitutos de cultivo dura lo que dura una flor, ¡cómo es posible que un presidente de la república desentierre una mata de coca de un campesino y diga aquí van a sembrar lo que remplaza esa coca, que es mata de plátano!, y yo me pregunto, ¿una mata de plátano en medio de la nada?, no da nada, la coca está dando yo no sé, 6 o 7 mil pesos semanales , ¿qué  le va a dar una mata de plátano al individuo?”; en la voz del egresado se siente el desazón y el impulso que tiene por hacer de este tema el centro de muchos pensamientos, el disgusto que siente por la falta de conocimiento sobre economía y administración de la agricultura, tal vez fue lo que convocó a Alberto Álvarez a participar del programa radial, para seguir contándole a quien desee escuchar, la necesidad actual del país, o como lo dice, fue la oportunidad para desintoxicarse.

 

Él desea volver a ver en su alma mater y estudiantes el ambiente bucólico, sencillo, tranquilo, pero, sobre todo, el amor por el estudio, e impulsa al debate, para que los educandos exijan formación sobre la economía y la administración de la agronomía; el ingeniero resalta lo que lo caracteriza como egresado, la  “marca de fábrica” como él lo aclara, es el interés por los problemas sociales, y manifiesta el amor que siente por su institución, la UNAL Sede Medellín, “todo, para mí fue todo, aquí desarrollé todas mis capacidades, todas mis aspiraciones, todas las luchas, todas las frustraciones, todos los éxitos, para mí no ha habido nada más, sino la Universidad Nacional y lo que pueda hacer a nombre de ella”.

 

El egresado estuvo el pasado lunes 2 de abril en el programa radial Egresados UNAL, si desea escuchar el programa radial, le invitamos a reproducirlo.