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Las universidades ocupan un rol importante en la generación de conocimientos que puedan orientar procesos exitosos en prevención del riesgo y adaptación. Para lograrlo, la investigación debe ser más proactiva, vinculante y contextualizada. Sobre estos desafíos fueron abordados durante el VIII Foro Interuniversitario sobre Gestión del Riesgo y Cambio Climático “Acciones presentes para un futuro resiliente”, del que la UNAL Sede Medellín formó parte.

 

  • Elizabeth Arboleda Guzmán, directora de la Escuela del Hábitat de la UNAL Medellín. Foto de Unimedios.

    Elizabeth Arboleda Guzmán, directora de la Escuela del Hábitat de la UNAL Medellín. Foto de Unimedios.

  • El evento se realizó en el Centro de Eventos Fórum de UPB. Foto de Unimedios.

    El evento se realizó en el Centro de Eventos Fórum de UPB. Foto de Unimedios.

  • Juan Fernando Montoya Giraldo, coordinador de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres de la UNAL Medellín (a la izquierda). Foto de Unimedios.

    Juan Fernando Montoya Giraldo, coordinador de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres de la UNAL Medellín (a la izquierda). Foto de Unimedios.

     

    Cambiar la visión y no relegar los estudios exclusivamente al Estado es un foco importante que deben tener las instituciones de educación superior en torno a la resiliencia climática. Así lo considera la profesora Elizabeth Arboleda Guzmán, directora de la Escuela del Hábitat de la UNAL Medellín, para quien en el país “se hace una gestión de riesgo muy dependiente de la norma y, como universidades, poco estamos marcando la agenda en términos investigativos”.

    Según la docente, Colombia tiene una conceptualización de la gestión del riesgo a partir de los avances que se dieron en la década del 80 y que, sin suficiente investigación propia, se ha adherido al conocimiento generado por países europeos y norteamericanos. En los últimos años, precisamente, algunas universidades de esas naciones se han interesado en estudiar el territorio colombiano, dado que en él hay amenazas variadas.

    El llamado que hace la profesora es a la investigación y al entendimiento del contexto propio, máxime cuando se trata de uno de los países más biodiversos del mundo y uno de los diez más impactados por el cambio climático: “Nos falta conocer más cómo adaptarnos a la sequía, prepararnos para las crisis alimentarias que eso trae o para los desplazamientos por erosión costera", ejemplifica.

    Otra invitación que hace es a que las ciencias sociales sean más proactivas, pues “estamos esperando a que las ingenierías den la agenda. Seguimos siendo muy reactivos en los procesos”. La mayor parte del conocimiento, menciona, lo están generando las ciencias ambientales y de la Tierra, con investigación, creación de reglamentos, proyectos de extensión, ordenamiento territorial y estudios de masa.

    Incluir a la comunidad es fundamental para la investigación o para visibilizar sus iniciativas; por ejemplo, en gobernanza adaptativa: “Hay personas que están haciendo gestión del riesgo y, ni siquiera, lo saben”. Experiencias de ese tipo, relacionadas con el cuidado del agua para los acueductos veredales, o las de los cuerpos voluntarios de bomberos en el país son ejemplos y se narran en el libro Los habitantes en la gestión del riesgo: acciones cotidianas, gobernanza adaptativa y cambio climático que editó la docente.

    Sus reflexiones se dieron durante el VII Foro Interuniversitario de Gestión del Riesgos de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, organizado por la UNAL Medellín junto con la Universidad Pontificia Bolivariana y la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.

    En el evento participaron académicos y representantes de instituciones miembros de la Red de Instituciones de Educación Superior comprometidas con la Gestión Integral del Riesgo de Desastres y la Adaptación al Cambio Climático de América Latina y el Caribe (RiesGIRD-ACC), de la cual la UNAL Medellín es miembro desde hace aproximadamente un año y medio.

    Para la vicerrectora de la Sede, Mary Luz Alzate Zuluaga, la participación en el evento contribuye a “reconocer un trabajo en red que se ha venido desarrollando en torno a la gestión del riesgo y a promover el intercambio de conocimientos, experiencias y aprendizajes.

    Una ventana a las experiencias significativas

    Del espacio académico también participó Juan Fernando Montoya Giraldo, coordinador de Gestión de Riesgos de Emergencias y Desastres de la UNAL Medellín, quien comentó sobre la brigada de emergencia, con experiencias exitosas de voluntariado, como una estrategia bandera en la gestión del riesgo de desastres que se ha realizado en la Sede. La manera de llevar a cabo el proceso ha evolucionado a la prevención con análisis de vulnerabilidades e identificación de amenazas, por ejemplo, con lo que ha dejado de ser meramente reactiva.

    Como los riesgos son múltiples, la brigada de emergencias, además de instruirse en prevención y atención de riesgos por colapsos de estructuras, uno de las amenazas más conocidas o tenidas en cuenta, también le pone foco a la prevención de incendios forestales, por citar un caso, o a inundaciones que pueden ser producidas por la hojarasca en las alcantarillas. Para dar a conocer las medidas que los evitan, trabaja en conjunto con personal de otras dependencias, como lo puede ser la Sección de Mantenimiento en relación al último ejemplo, o recientemente con la Dirección de Sostenibilidad y Gestión Logística para temas de seguridad vial.

    Entre las apuestas, que se comenzaron a trabajar desde hace aproximadamente seis años cuando la Sede se centró en fortalecer el compromiso con la gestión integral del riesgo, se encuentra el fortalecimiento de las acciones orientadas a la adaptación al cambio climático, estrategia para la cual se creó un equipo técnico con representantes de las facultades, con el fin de transversalizar la gestión institucional, según Montoya Giraldo.

    Para el mediano plazo se espera lanzar un proyecto avalado y consignado en el Plan Global de Desarrollo de la Sede sobre gestión integral del riesgo, constituido en cuatro líneas temáticas: gestión institucional, investigación, responsabilidad social y adaptación al cambio climático.

    “Esas líneas las vamos a trabajar para integrar más ampliamente la gestión del riesgo y tener en cuenta los conocimientos y el potencial, pues, por ejemplo, hay docentes de talla mundial que manejan el tema y que pueden impartirlo desde el interior de la Universidad hacia afuera”, anuncia Montoya Giraldo. Así como se trabaja en esa apuesta, menciona que también se hará convenios con diferentes facultades para el montaje del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres en el marco del Plan Global de Desarrollo.

    (FIN/KGG)

    24 de junio de 2025