También conocida como machoesfera o androsfera, la manosfera hace referencia a aquellas comunidades en línea que promueven la misoginia, los estigmas de género y la cultura del odio. Aunque no es un fenómeno social nuevo, ha cobrado popularidad en los últimos años, especialmente en países europeos, y es considerado como un problema mundial que debe ser erradicado a partir de la sensibilización y la formación de los usuarios de Internet para que puedan detectarlo y denunciarlo.
El antifeminismo y la superioridad masculina son los principales ingredientes del discurso de la manosfera, que se da en entornos digitales donde los usuarios (comúnmente hombres) expresan opiniones misóginas y antifeministas, presentándose como defensores de la masculinidad tradicional y víctimas de la ideología de género, alimentados por teorías conspiratorias antifeministas con argumentos de odio, de acuerdo con Yanna María Gutiérrez Franco, una de las investigadoras del proyecto "La 'manosfera' en Redes Sociales. Produsage cultural para revertir los estigmas de género y la cultura del odio", de la Universidad Complutense de Madrid, España.
La Real Academia de la Lengua Española, RAE, define este término como un híbrido formado por la palabra inglesa (man) que significa hombre y la palabra española (esfera). Esta mezcla se usa para englobar espacios digitales en los que se tratan principalmente temas relacionados con hombres y masculinidad y predominan los movimientos misóginos, incluyendo los célibes involuntarios.
Durante el conversatorio “Manosfera” en redes sociales y cultura del odio (2023- 2027), realizada en el Campus El Volador de la Sede Medellín, la profesora de Economía Aplicada entregó una definición propuesta por estudiosos del tema.
“Aunque existen muchos análisis del machismo en redes sociales, la manosfera es un conglomerado de espacios virtuales heterogéneos (foros, webs, chats, grupos de Facebook, canales de Telegram, cuentas de Instagram, entre otros, en España tenemos varios autóctonos), que dan cabida a una multitud de movimientos masculinistas basados en la propagación de discursos antifeministas y que están muy activos en redes sociales. Aunque no todos los hombres que participan en estos espacios comparten dichas opiniones radicales, la manosfera es un caldo de cultivo para ideas peligrosas”.
La docente explica que el inicio de estos movimientos data del 2009 y, aunque existen muchos análisis de la misoginia en redes sociales, el concepto de manosfera aporta una idea nueva a este fenómeno y lo explica muy bien, debido a que no se trata de una dispersión de machistas en distintas redes sociales o casos puntuales, sino de organizaciones informales en Internet, muy heterogéneas, que practican un “activismo planificado” que está en contra de los cambios que se han producido en la sociedad a lo largo del siglo XX y, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XXI.
“Estos movimientos son contrarios a las conquistas del feminismo y a las conquistas democráticas y de derechos humanos, especialmente para las mujeres y las identidades diversas; por lo tanto, estamos hablando de un ecosistema digital que surge como reacción a estos cambios”, explicó Gutiérrez Franco.
"La 'manosfera' en Redes Sociales. Produsage cultural para revertir los estigmas de género y la cultura del odio" es un proyecto de investigación realizado entre España, Portugal y Brasil (del que participa el Departamento de Economía Aplicada, Pública y Política de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid), que parte de la hipótesis de que la manosfera en redes sociales ya no es un fenómeno incipiente. El Produsage (creación de contenido dirigida por el usuario) consiste en la incorporación de las personas en el propio proceso de investigación y la evaluación de resultados como potenciales artífices del cambio.
De acuerdo con la profesora Yanna, a pesar de que son grupos heterogéneos, existen algunos actores clave de estas comunidades o subculturas en línea y el papel de las redes sociales para que estos colectivos prosperen es crucial: MGTOW (Men Going Their Own Way, hombres que siguen su propio camino), los Incels (acrónimo de célibe involuntario o involuntary celibate), PUA (Pick Up Artist, artistas de la seducción), MRA (Men’s Rigthts Activits, activistas por los derechos de los hombres).
“Estos últimos son en realidad activistas antifeministas, no es que en verdad luchen por los derechos humanos, ni por los derechos de hombres oprimidos como los que son víctimas del apartheid (segregación racial), no hay luchas por los hombres de la minoría gitana, lo que hacen es un activismo antifeminista”, señaló la investigadora en temas de género.
Entre las ideas erradas de la manosfera se cuentan la concepción de que el feminismo se aprovecha de las instituciones, que representa un peligro social y que es una manipulación mental por parte de las mujeres, para conseguir privilegios, saciar la sed de venganza, perseguir opositores, entre otros.
Para el caso de la subcultura MGTOW (hombres que siguen su propio camino), estos consideran que las mujeres son malas y que lo mejor que pueden hacer es alejarse de ellas, intentan pasar inadvertidos, no visten ostentoso y creen que conocen mucho mejor la naturaleza femenina.
“No tienen bienes ni cuentas a su nombre porque las mujeres pueden expropiarles, los negocios los ponen a nombre de terceros, se blindan de no caer en pensiones alimentarias, jamás se casarán, si desean tener hijos se vuelve padre soltero pues recurren a vientres de alquiler, dejan de ser protectores y proveedores, se enfocan en sus metas y proyectos y se apartan de las mujeres porque lo único que hacen es distraerlos, además se protegen de la ‘picadura’ judicial”, mencionó Yanna Gutiérrez.
La contribución de la investigadora de la Universidad de Complutense a este proyecto se enfoca en los Incels (célibes involuntarios), quienes reivindican su derecho al sexo solo por ser hombres. Sus aportes son una crítica feminista a esos conceptos económicos, a esa ‘enciclopedia’ de argumentos y teorías usadas por esta subcultura.
“Son los más conocidos y son un ejemplo muy extremo de la manosfera. No es que no se casen o no tengan pareja porque no quieran, sino porque, supuestamente, las mujeres los rechazan debido a las conquistas del feminismo que han hecho que ahora ellas tengan unas ideas distintas a la monogamia, una mujer para cada hombre y una familia tradicional en la cual los hombres tenían derecho al sexo, derecho a tener una esposa. Se sienten excluidos porque no tienen las características de los hombres que son apreciados en el mercado de las relaciones; es decir, no son ricos, altos y guapos y las mujeres solo nos casamos con los ricos, altos y guapos”, agregó la docente.
El discurso de los Incels se apoya en teorías económicas, piensan que la sociedad los excluye injustamente porque la justicia es tener derecho al sexo. Se basan en una serie de conceptos económicos como la Teoría Económica Sexual, misógina, basada en el análisis económico del derecho, que lo que hace es banalizar en costo- beneficio las relaciones humanas. Esta teoría habla del mercado de las relaciones, expone que hombres y mujeres tenemos distintos concetos con respecto a las relaciones.
“Plantea que los hombres tienen más interés sexual y ellas menos, por lo tanto, el capital que tienen las mujeres es que si los hombres quieren pagar por actividad sexual tienen distintos mercados: el matrimonial, el de la prostitución o, en general, el de las relaciones entre hombres y mujeres. Esta es una teoría económica muy presente que hace referencia a conceptos como el dividendo patriarcal, donde, en una sociedad patriarcal, este es un beneficio que perciben los hombres quienes tienen derecho a cuidados, a ser suministradores y a un nivel económico y, de pronto, alguien nos ha metido en la cabeza a las mujeres que también tenemos derecho al poder sexual, al poder económico y a que ellos se involucren en los cuidados”.
Sin embargo, lo que en realidad ocurre, señala en su exposición la abogada, licenciada en economía y especialista en economista aplicada quien ha profundizado en la perspectiva feminista y temas de género, “es que el sistema capitalista, la cultura del fracaso y el fomento del individualismo deja mucha gente atrás, lo que ha precarizado las condiciones de trabajo, ha hecho que seamos pobres aunque tengamos un empleo y define el éxito como un logro individual, y esto es lo que ha causado que estos célibes se sientan excluidos, no hemos sido las mujeres y el feminismo”, señaló.
Lo anterior, se hace, además, desde una posición de victimización, donde los hombres se sienten víctimas de las mujeres y todo lo negativo que les ocurre es por culpa de ellas, alimentados por otras teorías conspirativas que son muy típicas del discurso de estas subculturas.
Pero, ¿qué hace una economista investigando estos temas? La manosfera se puede estudiar desde muchos puntos de vista y, desde luego, a partir de un punto de vista económico y de los estudios de género.
¿Por qué es relevante estudiar la manosfera?
- Conexión entre la existencia de espacios digitales masculinos y la emergencia de tecnoculturas tóxicas (cultura Troll).
- Devenir de Internet como un territorio hostil para muchas mujeres (incluidas académicas feministas).
- Consolidación de la tendencia de una misoginia online y del negacionismo de la violencia de género.
- Abordar las dimensiones sociales y técnicas que configuran la manosfera desde una perspectiva feminista.
- Aunque ha sido objeto de interés de los medios de comunicación españoles, hay un silencio científico al respecto.
- En la actualidad, todo el movimiento mundial de ultraderecha está acompañado de un discurso misógino y de ataques contra los derechos de la población LGBTIQ+.
- La cultura occidental está en decadencia. Nuestra cultura está llegando a su fin por culpa de la descomposición de los valores tradicionales anclados a la familia patriarcal.
- En este contexto, solo los hombres blancos y heteros ven venir el desastre y responden a los ataques de la postmodernidad y la progresía.
“La manosfera es una dinámica muy fuerte en otros países y está ganando mucha fuerza en redes sociales, por esta razón, es muy interesante tener esta experiencia y conocer este trabajo sobre el tema. La idea es que empecemos a formular iniciativas de investigación y de trabajo acá en la Universidad Nacional Sede Medellín y con otras universidades, porque el debate que propone el tema es bastante amplio, por eso abrimos este espacio de conversación en torno a este asunto”, indicó Doris Gómez Osorio, secretaria de la Sede Medellín, magíster en Ciencias Políticas y organizadora del evento.
Al conversatorio: “Manosfera” en redes sociales y cultura del odio (2023- 2027), realizado en enero de 2025, asistieron estudiantes de Ciencia Política de la UNAL, docentes e investigadoras en temas feministas y de género.
(FIN/JRDP)
14 de febrero de 2025