Después de una exitosa participación en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, nos disponemos a mirar hacia adentro para conmemorar la Semana Universitaria y el mes del patrimonio. Un momento propicio para pensar en lo que somos, lo que tenemos en común y lo que podemos construir juntos, desde la diferencia, pero también a partir de lo que nos une.
Este año la semana universitaria no implica suspensión de las labores académicas como en otras oportunidades, pero está llena de actividades simbólicas, culturales, artísticas y de reunión, que proponen tejer encuentros e historias en el lugar que nos es común, que nos congrega y nos acoge, que nos convierte en comunidad.
La música, el cine, los talentos, la palabra, la pintura, el deporte, los juegos, las lenguas, los relatos, los sabores, las costuras, las imágenes, los sueños, las raíces, las sonrisas… y un extenso etcétera de actividades, sensaciones y emociones, estarán a la vista, nos vestirán de fiesta y nos recordarán que en este espacio físico y del corazón que es la UNAL nos encontramos para ser distintos, para hacernos mejores, para acompañarnos y compartir alegrías y sinsabores, para construir propósitos, desafiar el conocimiento y habitar el mundo.
Entre el 23 y el 27 de septiembre combinaremos la satisfacción por el cierre de un semestre cargado de contradicciones y situaciones diversas, pero ojalá frutífero desde todas las dimensiones, con la alegría de celebrar, como cada año, el día clásico de la Universidad Nacional de Colombia. Una oportunidad para agradecer su fundación hace 157 años, el 22 de septiembre de 1867, y de renovar también el amor que le tenemos.
La semana universitaria será también el espacio para celebrar la multiculturalidad, reconocernos distintos y a la vez parte de la misma historia, además de ser el escenario soñado para la posesión de las nuevas autoridades, la nueva junta del Cabildo Indígena Universitario. Una ocasión maravillosa para saludar a los mayores, para escuchar otros relatos y recordar que entre nosotros hay quienes vienen de más lejos, en el tiempo y en la geografía. Ellos hacen parte de nuestro bagaje cultural, de nuestro patrimonio vivo.
Precisamente esa semana cierra el mes destinado a la celebración y el reconocimiento del patrimonio en Colombia. Un asunto del que la universidad es garante y custodia en muchos casos, y que para la Red Cultural UNAL es mandatorio. Sabemos que nuestros bienes tangibles e intangibles, naturales y sociales, las prácticas y los valores, la lengua, los significados, nos pertenecen y en parte nos definen. Que tenemos que cuidarlos, conocerlos, disfrutarlos y ayudar a difundirlos. Así lo hacemos reconociendo como patrimonio vivo, a mujeres y hombres que han ayudado a construir la Sede Medellín y que llevan el escudo UNAL tatuado en el alma y en la piel.
Hoy sabemos que el valor del patrimonio y de las manifestaciones de la cultura no está en la nostalgia del pasado sino en la capacidad de inspiración y encuentro que suscitan en el presente. En las relaciones que hacen posibles entre las personas, lo que nos ayuda a tejer como sociedad. Celebremos pues la semana universitaria como espacio de goce y reflexión, de integración y de valoración del patrimonio UNAL.
(FIN/ Red Cultural)
23 de septiembre de 2024