Fue el taller realizado en el marco de la Semana Anti-Fashion por la Facultad de Minas en el aula STEAM Sonny Jiménez, en alianza con la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas. Durante la actividad, se hizo un acercamiento a la confección de ropa, se reflexionó sobre la moda rápida y se valoraron los oficios y las profesiones ligados al diseño y fabricación de prendas de vestir.
Manos a la escuadra, al metro y a las medidas. Algunos estudiantes se reunieron para descubrir por qué “Tu ropa es un algoritmo”, un taller que surgió con la intención de reivindicar la labor de las costureras. Y por las casualidades, se contó con Natalia Arroyave Mejía, quien además de desempeñarse como líder de la Unidad de Aseguramiento de la Calidad de la Facultad de Minas, ha confeccionado prendas y tiene una marca de ropa.
¿Cómo consumimos en la industria de la moda?, ¿cómo funciona? y, socialmente, ¿qué implica la elaboración de la ropa que cada persona usa? Alrededor de esas preguntas, algunos estudiantes reflexionaron mientras se iniciaron en el proceso básico para elaborar una camisa, un desafío que implicó instrucciones técnicas y encontrar las similitudes con el ejercicio de la ingeniería. “Hacer un patrón en confección es, en términos ingenieriles, crear un dibujo técnico, es seguir una serie de pasos lógicos y es un algoritmo”, les explicó Arroyave Mejía.
Para Andrea Henao, estudiante de Ingeniería Administrativa de la Facultad de Minas y asistente al taller, “uno tal vez no asocia la ingeniería con varias cosas de la vida cotidiana, sino que piensa que es complicada y conlleva a asuntos muy elaborados, pero realmente está en todo”.
La moda sí puede ser un algoritmo, pero distinto para cada uno, “porque no todos nos sentimos identificados con algunas prendas o tendencias. No todos los cuerpos son iguales”, opinó Sara Restrepo Ocampo, también estudiante de Ingeniería Administrativa.
Reconocer el valor de lo distinto
“La industrialización ha hecho que varios conocimientos se pierdan. Esto propicia la producción de grandes cantidades de prendas para que sean más económicas y más rápidas en su elaboración. Sabemos que en China hay casi una esclavitud en la confección de prendas, muy competitivas en términos de precio y eso afecta por completo el proceso”, llama la atención Arroyave Mejía.
En ese sentido, la intención de la actividad fue invitar a reconocer el valor de los oficios, en el sentido que, según ella, la academia también los demerita. Para Julio César Guerra, profesional de apoyo del Aula STEAM Sonny Jiménez de la Facultad de Minas, se ha tendido a las categorizaciones y a la legitimidad entre las llamadas ciencias básicas y ciencias blandas, que han sido consideradas como de menor importancia. Por eso considera que “en el nombrar las cosas también está la diferencia. No solamente la ingeniería tiene escalafones y niveles de conocimiento frente a oficios, sino que dentro de otras áreas del conocimiento sucede lo mismo”.
Esa, dice, es el propósito del Aula STEAM Sonny Jiménez de la Facultad de Minas: fomentar el diálogo de saberes, el sentido crítico y reconocer la diferencia.
(FIN/KGG)
5 de agosto de 2024