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La diplomacia científica se basa en la cooperación de investigadores de distintos países para generar puentes y mejorar las relaciones con el fin de fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación de las naciones. Debido a la importancia del tema para las instituciones de educación superior, con un encuentro virtual, la Oficina de Relaciones Internacionales (ORI) de la UNAL Medellín dio a conocer a profundidad cómo es útil esta estrategia para abordar problemas habituales de las comunidades a través de la configuración de asociaciones internacionales científicas.

 

  • Fernando Colmenares durante la charla realizada el 28 de junio de 2024.

    Fernando Colmenares durante la charla realizada el 28 de junio de 2024.

     

    Abordar la diplomacia científica desde diferentes aristas y experiencias es el objetivo del Nodo Occidente de la Red Colombiana para la Internacionalización de la Educación Superior (RCI), liderado por la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, que, con la charla “Experiencias de diplomacia científica con un enfoque territorial: Programa de posdoctorado en diplomacia científica por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias)”, dio inicio a un ciclo de conferencias que recogen y exponen diversos elementos en torno a este tema.

    El encuentro virtual, del que participaron representantes de distintas instituciones de educación superior e institutos de investigación del país, estuvo a cargo de Fernando Colmenares Quintero, quien hace parte del grupo de científicos enviados al exterior en el marco del programa de Diplomacia Científica de Minciencias. Actualmente, el profesor Colmenares desarrolla su plan de trabajo enfocado en las energías renovables y la economía del hidrógeno en países de la Unión Europea, como Reino de Bélgica, Polonia, España y Reino Unido.

    De acuerdo con Minciencias, “la estrategia de diplomacia científica busca coordinar acciones comunes para afrontar los desafíos transnacionales y la consecución de objetivos de desarrollo sostenible en temas de ciencia, tecnología e innovación compartidos entre los países participantes”.

    Esta iniciativa, según la cartera, obedece al cumplimiento de los objetivos establecidos en la Política Pública de Ciencia, Tecnología e Innovación y a las recomendaciones de la Misión Internacional de Sabios sobre las áreas del conocimiento priorizadas. En ese sentido, busca el establecimiento de mecanismos de transferencia de conocimiento y el fortalecimiento de las relaciones con la diáspora científica colombiana y de otros países, para robustecer las redes internacionales en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la innovación.

     

    Las diásporas científicas, también conocidas como diásporas del conocimiento, son grupos de científicos y profesionales calificados emigrados a otros países que se organizan para crear oportunidades de cooperación, con el fin de impactar en el desarrollo socioeconómico de sus naciones de origen. De estas también hacen parte organizaciones e instituciones.

    El profesor Colmenares explicó que hace parte de la convocatoria piloto de Minciencias, que inició en el 2022 y aún se está ejecutando, enfocada en postdoctorados de relacionamiento para la diplomacia científica con países estratégicos que tiene en cuenta los ocho focos de la misión de sabios: Biotecnología, bioeconomía y medio ambiente; Ciencias básicas y del espacio; Ciencias de la vida y la salud; Ciencias sociales, desarrollo humano y equidad; Energía sostenible; Industrias creativas y culturales; Océanos y recursos hidrobiológicos, y Tecnologías convergentes, nano, info y cogno industrias 4.0.

    "En mi caso, presenté la convocatoria bajo la temática de energía sostenible complementado con tecnologías convergentes. Esto incluye la inteligencia artificial y el aprovechamiento de la biomasa en nuestro territorio, especialmente biomasa rural. Somos 10 en total quienes estamos ejecutando este programa de posdoctorado en diplomacia en diferentes países como España, Reino Unido, Argentina, Estados Unidos, Canadá, Japón y Corea. Hacemos parte de una mesa intersectorial para poder contribuir con estas experiencias en el desarrollo de la política pública para una diplomacia científica que esperemos convierta las embajadas en nodos que representen la ciencia, la tecnología y la innovación en esos países”, señaló Colmenares, director del Instituto de Investigación en Ingeniería de la Universidad Cooperativa de Colombia y CEO de la Red de Ciencia, Tecnología, Innovación y Cultura para Latinoamérica y Europa (BERSTIC).

    Relaciones, ciencia y territorios

    La diplomacia científica, desde el enfoque territorial, se basa en el trabajo en redes de cooperación, identificando y colaborando con las necesidades de los territorios. Uno de los ejemplos sobre cómo la diplomacia puede ser útil para las comunidades es el caso de la Guajira y las distintas iniciativas que allí se gestan.

    “Allí tenemos ese gran potencial para el hidrógeno, también lo relacionado con la digitalización del territorio. Podemos trabajar, además, con los desechos que hay, no solamente los rurales, sino también plásticos, que pueden convertirse en una oportunidad de negocio para todos los territorios partiendo de la ciencia”, señaló el conferencista.

    En este camino a la diplomacia, Colmenares decidió incorporar a otros compañeros y amigos que hacen parte de la industria, la academia y centros de investigación en Reino Unido, Polonia, España y Bélgica. “En Bélgica, por ejemplo, he tratado de conectar con la diáspora de colombianos que están haciendo su posdoctorado y otros que ya llevan tiempo viviendo en Europa y que quieren, de alguna manera u otra, contribuir al país”, señaló.

    Entre las estrategias implementadas y expuestas en estos años de experiencia posdoctoral orientadas a la diplomacia científica se cuentan el establecimiento y el fortalecimiento de las redes de cooperación internacional apoyadas en BERSTIC (red ya existente que actualmente conecta a más de 100 partners internacionales que han trabajado en distintas iniciativas); la identificación de convocatorias de fondos internacionales para acceder a recursos de investigación; las tutorías y apoyo a semilleros y grupos de investigación y el trabajo conjunto con la diáspora colombiana en la construcción de portafolios científicos estratégicos entre Colombia y los países donde se desarrolla esta iniciativa.

    Diplomacia local

    Colmenares, además, mencionó los avances del Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación de Medellín, en este tema.

    “Estos cambios no son solamente a nivel nacional, sino en Medellín, que se ha caracterizado por ser pionera en el país, ha creado el primer nodo de diplomacia científica partiendo de la ciencia, la tecnología y la innovación. La ciudad, como Distrito, lleva ese liderazgo y la idea es que se generen otros nodos similares en Colombia. Este año se realizó la Mesa Intersectorial de Diplomacia Científica, una buena iniciativa del Gobierno de Colombia, para crear ese primer nodo regional con Ruta N, el Instituto Técnico Metropolitano, ITM y Tecnnova”, puntualizó.

     

    Todas estas acciones ejecutadas en el marco de la estrategia de diplomacia científica recogen el talento colombiano que está en distintas partes del mundo, para trabajar en pro de las necesidades del país y las naciones aliadas en materia de ciencia, tecnología e innovación, apuntando a los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.

     

    Por último, el profesor reflexionó sobre uno de los factores más importantes para que la diplomacia científica sea exitosa y se generen relaciones de cooperación constructiva entre los países.

    “Para estas redes de cooperación hay que tener mucha humildad, esto se da cuando piensas desde el servicio, cómo mis acciones pueden ayudar al prójimo a través de mi conocimiento; si no es un conocimiento aplicado, es un conocimiento muerto. Es muy importante trabajar la diáspora, no solamente la colombiana, hay que saberla integrar y hay diferentes modelos para hacerlo, más allá de los presentes en la academia y los institutos de investigación, también hay diásporas que trabajan en la industria, hay emprendedores. Esto es ser la voz del que no tienen voz, no solo del territorio, también de la academia que quiere esa cooperación internacional y las empresas que también quieren conectar más allá de sus países”, explicó el profesor Colmenares.

    (FIN/JRDP)

    19 de julio de 2024