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El aumento de la demanda energética en Colombia, el incremento de las temperaturas, la disminución de las reservas de gas natural, la modernización para una mayor potencia ante el uso de energías como la eólica y la solar y la aparente desarticulación entre el Gobierno y las empresas de este sector, son algunas de las incertidumbres que rondan el futuro energético del país. En el conversatorio “Lecciones aprendidas del fenómeno de El Niño 2023 - 2024, ¿sobreviviremos a un próximo Niño?”, del que participó el profesor de la UNAL Santiago Arango, se puso sobre la mesa aprendizajes y alternativas para evitar futuras contingencias.

 

  • En la parte superior de la izquierda Ricardo Ávila, en la parte inferior izquierda Santiago Arango, en el recuadro superior derecho Luis Fernando Londoño y en el inferior derecho Ricardo Sierra. Foto tomada de YouTube.

    En la parte superior de la izquierda Ricardo Ávila, en la parte inferior izquierda Santiago Arango, en el recuadro superior derecho Luis Fernando Londoño y en el inferior derecho Ricardo Sierra. Foto tomada de YouTube.

  • Las principales preocupaciones de los analistas van desde el suministro de energía, la potencia de la misma ligada a energías como la solar y la eólica, y la ausencia de una CREG desde hace dos años en el país. Foto tomada de Pexels.com.

    Las principales preocupaciones de los analistas van desde el suministro de energía, la potencia de la misma ligada a energías como la solar y la eólica, y la ausencia de una CREG desde hace dos años en el país. Foto tomada de Pexels.com.

  • Los panelistas esperan que las lecciones y errores aprendidos de este último fenómeno de El Niño se pongan en práctica para evitar posibles racionamientos en el futuro. Represa Guatapé marzo de 2024. Foto cortesía DiariOriente.

    Los panelistas esperan que las lecciones y errores aprendidos de este último fenómeno de El Niño se pongan en práctica para evitar posibles racionamientos en el futuro. Represa Guatapé marzo de 2024. Foto cortesía DiariOriente.

     

     

    Este espacio de diálogo, liderado por el periódico El Tiempo, tuvo como propósito analizar los aprendizajes asociados al sector energético que han dejado los fenómenos de El Niño en el país y discutir cómo se pueden aplicar ante los próximos eventos y el aumento de temperaturas que se avizoran debido al cambio climático, fue el tema que congregó a académicos, analistas y representantes de empresas del sector del mundo.

     

    El profesor Santiago Arango Aramburo, profesor titular de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, trabaja en las áreas de energía, cambio climático y minería, usando modelamiento, simulación y experimentos de laboratorio para la toma de decisiones. Realiza investigaciones sobre estos temas para empresas y gobiernos. Su trabajo ha sido publicado en revistas como Energy Economics, Ecological Economics, Resources Policy, System Dynamics Review, Utilities Policy, Energy Policy, Socio-Economic Planning, entre otras. Es ingeniero civil y magíster en Gestión de Recursos Hídricos de la Universidad Nacional de Colombia, doctor en Simulación Computacional de la Universidad de Bergen de Noruega y posdoctor de la Universidad de Lugano, Suiza.

     

    “Hay algo fundamental en este momento y es el rol del conocimiento y de las universidades sobre este tema. La primera tesis que se hizo en doctorado del país fue en 1998, cuando el profesor Rafael Poveda trabajó el fenómeno de El Niño y eso se hizo en la Universidad Nacional en donde surgió una cantidad de técnicos que vienen trabajando en las empresas y termina siendo una base fundamental que no podemos descuidar, sobre todo hoy en día que buscamos muchas veces la formación más rápida. Necesitamos tener esas bases técnicas y soporte a un sector donde estos aspectos son fundamentales, no solo en el tema de El Niño sino en otros que van desde economía, administración, etc.”, inició la conversación Arango Aramburo.

    Enfatizó, además, en que tener hoy conocimientos casi populares sobre el fenómeno de El Niño es una primera aproximación para decir “estamos aprendiendo, es algo que se supo a partir de la crisis de 1992, cuando todos empezamos a estudiar más y esto nos lleva a las circunstancias donde estamos”, agregó el profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia en las áreas de simulación, decisiones y planeamiento minero/energético.

    ¿Estamos preparados para un próximo fenómeno del niño?

    Ante la pregunta, el docente señaló: “Ya vimos que el país fue capaz de responder al anterior “Niño” con la institucionalidad que tiene, con los mecanismos que tiene, pero empezamos a visualizar unos desbalances de energía, en términos de energía firme de aquí al 2027, ¿qué pasa si se viene un fenómeno para esa época? Porque tienen ciclos periódicos y ahí se nos dañan los promedios. Debemos estar preparados en decisiones sobre incertidumbre, tener estrategias robustas para posibles situaciones. Tenemos la oportunidad de pensar qué pasa de aquí a 2027 cuando empecemos a tener posibles déficits de energía firme, para ver si los mecanismos los vamos a continuar con el cargo por confiabilidad y, si se tienen las cosas, no se pueden dejar para última hora, debemos estar preparando el otro fenómeno de El Niño”.

    Al respecto, Luis Fernando Londoño, gerente comercial de Isagen, expresó que la pregunta debería ser si somos capaces de sobrellevar bien los próximos veranos que cada vez serán más intensos de acuerdo con las predicciones.

    “La demanda va a seguir creciendo y si bien este mecanismo de confiabilidad tiene una virtud de ayudarnos a llevar estos periodos de sequía, no hemos atendido algo desde hace tiempo y es la potencia. Esto es central porque estamos diversificando la matriz e incrementando la participación de energías intermitentes como la eólica y la solar, pero la demanda máxima del sistema se produce cuando no están las intermitentes y sigue creciendo. Estamos incrementando las energías intermitentes, sobre todo la solar, el punto es si estamos atendiendo el tema a futuro a resolver y es el tema de la confiabilidad desde la potencia, este es un reto importante, hay que tomar las reglas que tenemos para una modernización partiendo de lo que hemos aprendido”, recalcó Londoño.

     

    La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) estableció el cargo por confiabilidad en Colombia (Resolución 71 de 2006) como un mecanismo de mercado para garantizar el suministro de energía cuando los recursos hídricos del país escasean debido al fenómeno de El Niño. Este es un compromiso adquirido por los generadores y las plantas para producir energía durante condiciones críticas de abastecimiento de agua y garantizar el suministro a largo plazo con precios eficientes, a través de la existencia de obligaciones de energía firme (OEF). En contraprestación, los generadores reciben un ingreso adicional, derivado del cargo por confiabilidad en proporción a la capacidad firme que pueden ofrecer al sistema.

     

    Por su parte, Ricardo Sierra, presidente de Celsia, considera que “no vamos a sobrevivir al próximo Niño si seguimos como vamos”. Esto, debido a que, para la atención de El Niño anterior la generación térmica fue vital, sin embargo, hay faltantes de gas a partir de finales del año 2026 para atender la demanda regulada.

    “El problema de no explorar gas en Colombia es de una gravedad enorme para el sistema eléctrico colombiano y para todos los hogares. Tenemos que tener gas para tener aguante. Por otro lado, hay un déficit evidente, los clientes están necesitando más electricidad, este fenómeno que casó mostró saltos de demanda de hasta un 20% en la costa, es una locura lo que está pasando. Estamos hablando de necesidades entre el 8 % y el 15 % de energía en firme entre 2026 y 2027 y 2028, son muchos megavatios términos equivalentes, entre 800 y 1.000. Me preocupa mucho que no tenemos gas, que las subastas se siguen demorando en el país y que no hay una CREG hace dos años en este país, una técnica y que esté organizada. Entonces creo que no vamos a sobrevivir al próximo niño porque no estamos haciendo las cosas con la celeridad y la oportunidad que necesita el país”.

    ¿Qué podemos hacer para decir que aprendimos las lecciones del 2023?

    A la pregunta realizada por Ricardo Ávila, analista senior de El Tiempo, en la que a su vez cuestionaba si vamos a enfrentar el futuro de forma decidida con el fin de espantar en los próximos años, al menos en los próximos 30, el fantasma del racionamiento, los invitados respondieron:

    “El sector energético es un sector técnico, es necesario una CREG, poner a discutir a las personas que saben sin tanto tinte político, esto es una cuestión de revisar las reglas y las condiciones que se necesitan, todos queremos un sector confiable con precios bajos. ¿Cómo lo logramos? Sentarnos a discutir y a mirar cómo se pueden sacar las cosas adelante”, enfatiza el profesor Santiago.

    Hay que crecer el parque generador y para ello hay que contar con más inversionistas, cancha hay para todos y podemos acompañarlos, expuso Luis Fernando Londoño, gerente comercial de Isagen.

    “También necesitamos que se resuelvan las dificultades en los territorios y de la institucionalidad, que se retome la senda del desarrollo de la regulación y no competir entre nosotros mismos, porque hay una competencia externa muy dura, todos los países están en proceso de transición y si este país se hace más incierto no va a ser menos atractivo para los inversionistas. ¿por qué le creamos mecanismos de competencia interna a un sector que puede trabajar colaborativamente?”, cuestionó Londoño.

    Para Ricardo Sierra, presidente de Celsia, el país necesita gas doméstico en abundancia “es imprescindible, necesitamos una CREG urgente que esté funcionando porque tenemos que resolver los problemas con mucha velocidad, necesitamos descarbonizar, incorporar nuevas tecnologías; tanto el uso de energía solar como eólico necesita baterías y almacenamiento y no tenemos las reglas claras para esto. Necesitamos también una estabilidad regulatoria, no por un capricho sino porque tenemos que hacer unas inversiones muy altas y el Estado no tiene plata y no está en capacidad de hacerlas, por eso requerimos señales de confianza para que los kilovatios no nos falten. Necesitamos que nos muestren la cancha y salir a correr por los objetivos”.

    Revive aquí el conversatorio “Lecciones aprendidas del fenómeno de El Niño 2023 - 2024, ¿sobreviviremos a un próximo Niño?”, realizado por El Tiempo, Portafolio, Alcongel.

    (FIN/JRDP)

    4 de junio de 2024