Por primera vez, líderes y miembros de diversas comunidades religiosas, académicos, representantes del Gobierno y otros actores sociales, se congregaron en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, en un espacio de diálogo y reflexión sobre la libertad religiosa como un derecho humano, el estado actual de este tema en el contexto local y mundial, y su multidimensionalidad social. Este encuentro, realizado en el mes de agosto, tenía como objetivo de conocer los avances y desafíos de la actual política pública de libertad religiosa en Colombia y las problemáticas en los territorios, para buscar estrategias e iniciativas desde la academia y la agenda pública para mitigarlas.

Aunque la libertad de culto es el derecho de todas las personas al libre pensamiento, conciencia y religión, la situación en algunos países sigue siendo preocupante; de los 193 Estados miembros de la ONU, en 28 aún se presenta persecución religiosa y en 32 discriminación, explicó Marcos Peckel, fundador y miembro de la Mesa Nacional de Asuntos Religiosos del Ministerio de Interior colombiano.

Los principales factores que afectan la libertad religiosa son la persecución con muertes, la discriminación y otros actos de intolerancia como el uso de estereotipos negativos. De acuerdo con el profesor Peckel, en occidente y en la academia se tiene una visión de las religiones muy mitificada, mitos que han surgido a través de los años y que es necesario desmentir.
“Pensamos que son para ignorantes o para personas pobres, o que impiden los progresos y vulneran los derechos humanos. Tenemos que entender que las religiones forjaron las civilizaciones antes de que el Estado apareciera. A pesar de los avances en el Estado, la religión ha jugado un papel fundamental en la historia y lo sigue siendo. Ha sido primordial en la guerra, en la paz, en los progresos y retrasos. Sacar a la religión del espacio público es contrario a lo que la religión es”.

La Biblia, el Corán, y el Vedas, libro sagrado de los hinduistas, son textos que contienen un elemento identitario en común: la creencia en dioses en un contexto histórico en las batallas y como se consolidó ese colectivo alrededor de esa identidad y leyes, y de cómo se organizan y conviven.

¿Un derecho ignorado mundialmente?

En un breve resumen sobre el estado de la libertad religiosa en el contexto internacional, especialmente en aquellos países donde históricamente se han presentado vulneraciones a este derecho individual y colectivo, Marcos Peckel, asesor en asuntos internacionales, recalcó que este sigue siendo un tema preocupante, que demuestra, además, que la religión continúa siendo un factor central en la humanidad.

“En China, hay persecución a minorías religiosas. Prevalecen el radicalismo en Irak, Siria y el Estado Islámico. Además del conflicto al interior del Islam entre jesuitas y chiitas enmarcado en un conflicto geopolítico. En Irán, aún son constantes las masacres de niñas y mujeres, también son encarceladas y mandadas a campos de educación por no usar el velo; es el mismo concepto de policía moral que existe en varios países para identificar si las mujeres están bien vestidas o si hay hombres tomados de la mano. Aunque no lo crean, aún existe el delito de blasfemia, en Pakistán los cristianos son acusados de blasfemia y se paga con la muerte.

En Birmania, país budista religión y Estado, la persecución a los musulmanes domina; los monjes con sus mantos budistas van a matar musulmanes, esto generó en el 2018 un éxodo de musulmanes que viven hoy en campos de refugiados en Bangladesh. En Arabia Saudí, país miembro del Grupo de los Veinte, G20, los castigos a musulmanes que se conviertan a otra religión pasaron de pena de muerte a cadena perpetua y otras condenas más moderadas, sin embargo, continúan las prohibiciones para establecer nuevos centros de cultos distintos, para casarse con personas de distinta religión y otras”, detalló el analista Marcos Peckel.

También en Estados Unidos se evidencia persecución religiosa. “Los judíos tienen miedo de ir a estudiar y no hablo de cualquier universidad, hablo de Columbia, Berkeley, algunos alumnos tuvieron que abandonar sus estudios solo por ser judíos. Esto ocurre también en Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra y Canadá. Como judío que soy, me preocupa lo que está pasando”, agregó el profesor.

Sin embargo, esta situación no es única en estas antiguas naciones y tampoco ajena para las Américas. Para el caso de América Latina, el Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina, (OLIRE), identificó unas categorías consideradas como violaciones o restricciones a la libertad religiosa en el continente.

“Las hostilidades a las expresiones religiosas buscan silenciar a líderes en las esferas públicas, aunque la protección de los derechos está en las normas, en la práctica se ven mucho estos casos, como en México. Existen restricciones montadas por el control totalitario de gobiernos con arrestos injustificados y actos de repudio en iglesias y templos. Sucede similar en Cuba y Nicaragua con la Iglesia Católica y las comunidades evangélicas y la cancelación de la personería jurídica de algunas organizaciones religiosas y de las cuentas bancarias. También se cuenta la limitación a la autonomía universitaria a través del recorte financiero, expulsión de maestros y la no aprobación de estudiantes por fuera del régimen. En ocasiones, hay un mal uso de la religión, pues hay quienes la usan para justificar actos que están contra las normas”, contó la abogada Teresa Isabel Flores.

En el mundo, toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este comprende la autonomía para manifestar su religión o convicciones, de manera individual o colectiva, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración, las prácticas y la enseñanza, de acuerdo con el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Además, el Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 18) y la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Art. 12) la reconocen como derecho universal.

Este derecho comprende una dimensión interna y externa. La dimensión interna contempla esa parte privada, como la posibilidad de cambiar de religión y creencias; mientras que, en la parte externa, se contemplan la celebración de ritos y prácticas. No decir la religión que se profesa también es un derecho, al igual que poseer ninguna creencia, ser ateo o agnóstico. Teresa Isabel Flores de OLIRE, advierte que una persona pueda asistir a un culto religioso no quiere decir que esta tenga una libertad religiosa o que su derecho esté completamente garantizado.

Colombia, diversa en creencias y religiones

Para el caso de Colombia, la Constitución Política de 1991, en el Artículo 19, (reglamentado en la Ley 133 de 1994,) garantiza la libertad de religión, conciencia y culto en el país. Además, de la Política Pública Integral de Libertad Religiosa y de Cultos desarrollada en 2017 por el Ministerio del Interior, MinInterior. En Antioquia, existen tres ordenanzas que reglamentan este derecho.

“Contrario a lo que se cree, la Constitución no establece a Colombia como un país laico, porque su preámbulo invoca la protección de Dios. Considero que, en el país, la iglesia católica fue formadora de la identidad colombiana como lo fue la lengua española; es la religión mayoritaria”, expresó Marcos Peckel.

Para el columnista y profesor, el país goza de una muy buena salud de libertad de culto, pues el Estado la garantiza desde diferentes leyes y es contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo, sin embargo, “no ha sido fácil, aquí no somos tan unidos y la libertad de culto sigue siendo un hecho importante”.

En marco de esos derechos colombianos, la personería jurídica especial es la figura que se otorga a iglesias y confesiones religiosas no católicas. Según MinInterior, esto le permite a los entes religiosos, además de ser identificados como tales en la vida social, el desarrollo institucional y público de sus actividades, con pleno reconocimiento de su naturaleza religiosa, y la protección específica de su autonomía reconocida por la Ley.

“Hoy tenemos más de 10.500 personerías jurídicas, que nos hablan no solo de diferentes religiones, sino de diferentes cosmovisiones y maneras de relacionamiento de los humanos con la sociedad. Nosotros como Iglesia hacemos parte de la Mesa Nacional del Sector Religioso en Colombia, conformada tanto por religiones tradicionales y legendarias de muchos siglos y otras más recientes”, comentó el líder Religioso César Augusto Rodríguez y representante Comité Departamental de Asuntos Religiosos.

Si bien hay guerras religiosas y persecución por parte de algunas religiones, también hay una participación importante por la paz, como lo ocurrido en las negociaciones con la extinta guerrilla de las Farc. “Estuve como invitado a participar de la Mesa con el ELN como miembro de la comunidad judía. Allí se evidenció que la Iglesia tiene un rol fundamental que no podemos ignorar, algunos sectores quieren eliminar esto, sin embargo, la iglesia católica ha hecho mucho por el país buscando la paz. Esta participación por la paz y no se les puede prohibir, porque son un actor importante de la sociedad. Todos tenemos derecho a participar en política, a ser elegidos a elegir, tenemos derecho a las reivindicaciones de las religiones que son distintas”, señaló el asesor Peckel.

La religión y su aporte social

“Esa separación iglesia estado no se puede aplicar de manera uniforme porque los contextos políticos, sociales y culturales imposibilitan esto. En la mayoría de los países de América Latina debe hacerse esa separación para respetar la pluralidad religiosa; esa separación no mala, puede favorecer la proliferación de distintas prácticas religiosas. Pero esto no implica necesariamente que la iglesia no puede meterse u opinar en asuntos del Estado y viceversa”, manifestó la magister en derecho constitucional y derechos humanos Teresa Flores.

En Colombia, México, El Salvador y Honduras, muchas de las actividades sociales representan amenaza para los grupos criminales. lo que pone en riesgo la vida de los líderes religiosos, quienes son vistos como una autoridad en competencia. También son secuestrados, extorsionados, amenazados y víctimas de otras intimidaciones.

En Antioquia, el Comité Departamental de Asuntos Religiosos ha caracterizado durante este año 460 entidades religiosas en las 9 subregiones. Allí se identificaron aportes significativos de estas entidades a la sociedad, especialmente en el trabajo con la niñez y otras poblaciones vulnerables.

De esas 460 entidades caracterizadas, el 80 % ayuda a disminuir la pobreza, el 86 % a reducir el hambre a través de la entrega de alimentos en comedores comunitarios, bancos de alimentos, etc. El 66 % aporta a la educación a través de programas de alfabetización, nivelación académica, educación lúdica y acompañamiento a instituciones; mientras que el 72 % realiza acciones en pro del crecimiento económico a través de la generación de empleos directos e indirectos.

“El 85 % de ellas, además, desarrolla actividades para la consolidación para la paz, creo que ese es uno de los más importantes aportes que hace el sector religioso al país. El sector religioso tiene presencia aún donde el Estado no llega, donde no hay un puesto de salud o de policía, hay una iglesia que está haciendo una labor”, contó el Representante del Comité, César Augusto Rodríguez Patiño y egresado de Ciencia Política de la UNAL Medellín.

De manera similar, en Marco del actual Plan de Desarrollo de Medellín, la Alcaldía ha caracterizado 117 organizaciones basadas en la fe, lo que permite a la institucionalidad saber dónde están, qué hacen y cómo se podría realizar algún acompañamiento.

La Política Pública Integral de Libertad de Creencias y Cultos de Medellín, Acuerdo 052 de 2022; la inclusión del sector religioso en espacios de participación Comité Técnico Sectorial de Libertad de Creencias Religiosas; el Consejo Territorial de Planeación, con mesas interreligiosas de organizaciones basadas en la fe comunales y corregimentales, y la Mesa distrital de jóvenes del sector religioso, son algunos de los últimos avances de la capital antioqueña en este tema.

“Hemos identificado cuatro retos de la participación en materia de libertad religiosa en Medellín como promover la inclusión del sector religioso en otros espacios de participación; sensibilizar este sector sobre la importancia de participar en los distintos comités, como el de Gestión del riesgo, entre otros. La creación de otras mesas interreligiosas y organizaciones basadas en la fe faltantes, tenemos 12 mesas en 9 comunas y 2 corregimientos, en total deberíamos tener 21 mesas instaladas”, afirmó la secretaría de Participación Ciudadana de la Alcaldía de Medellín y secretaría Técnica del Comité Sectorial de Libertad de Creencias y Cultos, Dalgy Bibiana Rico Ángel.

Por su parte, el pastor César Rodríguez, expresó la importancia de reflexionar con distintos sectores de la sociedad sobre el contexto del país desde la implementación de la Política Pública, y la dimensión de los impactos del sector religioso para tener una estrategia con el sector público que pueda seguir beneficiando a la sociedad.

(FIN/JRDP)

19 de septiembre de 2023