En su libro La invención de la ciencia en América. Propaganda científica en la novela histórica colombiana Jorge Manuel Escobar Ortiz, explora a partir de seis reconocidas novelas del país, cuáles son las concepciones y narrativas en torno a la ciencia que se evidencian y difunden a través de la literatura en el país.
Pero, ¿por qué analizar la percepción de la ciencia colombiana por medio de la novela histórica? De acuerdo con Jorge Escobar Ortiz, la literatura, desde diversos autores y perspectivas, plantea o sirve para poner en tela de juicio y discutir narrativas oficiales sobre la historia del país, en temas como la violencia, asuntos económicos, culturales, el encuentro de los mundos, entre otros.
“De allí surge la pregunta sobre cómo se ve la ciencia en estas perspectivas teóricas y lo que encuentro es que no hay ninguna reflexión teórica fuerte sobre el lugar de la ciencia en la novela histórica colombiana. Esto aumentó más mi interés, y empecé a indagar por aquellas novelas que tienen como tema la ciencia. Encontré seis durante la elaboración del libro”, señala el autor.
Aunque el libro no es propiamente de historia, se emplearon recursos de la historia y la filosofía de la ciencia, los estudios sociales de ciencia y tecnología, y la literatura, para intentar dar respuesta al interrogante del autor.
Escobar Ortiz, quien es doctor en Ciencias Humanas y Sociales explica que, las seis novelas se ocupan del periodo anterior a la formación de Colombia como nación. Se destacan los procesos de tránsito durante el Descubrimiento, la Conquista y la Colonia, antes de que el país se transformara en nación y que, si se toman en conjunto, se cerrarían con la muerte de Francisco José de Caldas.
“A raíz de la lectura y el análisis de las obras, el mensaje que queda es que la ciencia colombiana existió cuando Colombia no era reconocido aún como país, antes de la Independencia. Es como si, una vez se independiza, ya no hay ciencia, es decir, no hay historias para contar literariamente sobre la ciencia. Las novelas no se ocupan de la historia de la ciencia durante los siglos XIX y XX, por ejemplo, como si no existiera ciencia entre nosotros tras la Independencia”, agrega.
En búsqueda de narrativas dominantes
Con esta investigación, Escobar Ortiz pretendía, además, identificar esas narrativas dominantes tradicionales que había en torno a la ciencia en el contexto nacional.
“Con esto me refiero a la manera como tradicionalmente se ha entendido la historia de la ciencia en el país, sea en círculos académicos o en círculos oficiales o gubernamentales que crearon imaginarios. Por ejemplo, es lo que uno suele encontrar en internet sobre divulgación y difusión de la historia de la ciencia en Colombia, en medios de comunicación, en museos, entre otros.
Para abordar esos imaginarios hice un estudio comparado entre pares de novelas que tenían temas en común”, indica el también magister en Historia y Filosofía de la Ciencia y magister en Filosofía.
Entre las narrativas dominantes de la ciencia que aún predominan en el imaginario colombiano se cuentan la ciencia impoluta, es decir, que la única ciencia válida es la que proviene del ámbito europeo; la ciencia pensada en contravía de la política, y la aceptación de la ausencia de las mujeres en la ciencia como algo más o menos natural.
La ciencia no se “contamina”
La ciencia impoluta hace referencia a ese imaginario de que la ciencia que viene de Europa o Estados Unidos no se “contamina” con tradiciones locales y que esta ciencia extranjera, por decirlo así, es la única que establece criterios de verdad o es aceptable en términos científicos.
Para este análisis, Escobar recurrió a las novelas la Tejedora de coronas de Germán Espinoza y Donde no te conozcan de Enrique Serrano, ya que ambas evidencian la llegada de la ciencia a América y la consolidación de la misma en estos territorios.
“Al contrastar las novelas con esa perspectiva dominante, estas terminan amplificando esas versiones oficiales que se vuelven muy influyentes, que, a pesar de ser criticadas en estudios contemporáneos, se siguen replicando. Ambos escritores repiten esa visión de que con la llegada de la ciencia europea aquí no hay nada semejante: no hay pueblos que hagan ciencia y que esta ciencia que llega a América está impoluta, no está mezclada con las tradiciones locales”.
Ciencia y política no se mezclan
Otro supuesto común es que la ciencia y la política no se mezclan, y que hay que mantenerla a salvo de los temas políticos, pues esto impide que haya objetividad y buenos resultados.
Para explorar esa imagen se tomaron dos novelas que abordan la vida de Francisco José de Caldas, considerado el primer científico del país: Diario de la luz y las tinieblas Francisco Joseph de Caldas de Samuel Jaramillo González y Los derrotados de Pablo Montoya.
Existe la creencia de que se debe separar al precursor científico del prócer político, porque cuando se mezclan surgen desastres. Ambos textos repiten esa imagen de que la vida de Caldas se puede dividir en dos periodos: el científico creativo y el político torpe. El primero queda opacado por el prócer de la Independencia que se mete en los temas de la guerra, dejando a un lado la ciencia y termina fusilado por el ejército español que viene con la Reconquista”, expone el investigador y divulgador científico.
El autor expone que la idea de que la ciencia y la política son dos cosas opuestas es muy criticada en los estudios contemporáneos que buscan demostrar esa dimensión política de la ciencia.
El lugar de las mujeres
En El Nuevo Reino, de Hernán Estupiñán y La francesa de Santa Bárbara de Gloria Inés Peláez Quiceno, (novelas cortas ganadoras de un premio internacional), se busca identificar cuál es la imagen de las mujeres en la ciencia, qué proyectan, según Jorge Escobar, con base en perspectivas de la epistemología, la filosofía y la historia feminista de la ciencia, cuyos interrogantes también plantean por qué hay pocas mujeres en este contexto y por qué cuando hay mujeres no se está al tanto de su presencia en el ámbito científico.
“En El Nuevo Reino las protagonistas son monjas, una comunidad religiosa con intereses científicos en aspectos médicos y astronómicos. Pero al mismo tiempo, subordinadas a figuras masculinas como José Celestino Mutis. Esto repite algunos lugares comunes de la mujer en la ciencia”
Escobar Ortiz enfatiza que algunas novelas terminan ocultando a la mujer o atribuyéndole funciones que privilegian aspectos sexuales sobre los intelectuales y la figura de la mujer como científica o como colaboradora de la ciencia queda reducida. Para él, La Francesa de Santa Bárbara es un poco paradójica, pues trata de una mujer (de la que no se sabe su nombre) que acompaña los dos grandes proyectos científicos de ese momento: la expedición de Alexander von Humboldt por los territorios americanos, y posteriormente la Expedición Botánica de Mutis.
“Pese a que ella aprende temas de botánica, astronomía y zoología, cuando se refiere a su vínculo con los científicos solo está mediado por el sexo. La exploración de la sexualidad de las mujeres en ese periodo es interesante, pero esto se hace en gran medida a costa de los intereses intelectuales y queda subordinada solo a eso: una mujer en medio de dos grandes proyectos científicos que solo piensa en ser amante de los científicos. Repite la idea de que los intereses de las mujeres son más sexuales que intelectuales y queda ese vacío en la novela”.
Deudas con la historia
Para el autor queda pendiente por explorar desde la literatura histórica colombiana lo que ocurre con la ciencia colombiana cuando el país se constituye como nación e inicia el periodo republicano hasta lo que se ha hecho actualmente.
“Valdría la pena porque las obras ofrecen una representación de la ciencia y la tecnología, esto es importante para el país porque estos no son asuntos de segunda mano, son asuntos centrales: la manera cómo concibe el Estado, las relaciones humanas, la política, etc. Cuando la literatura explora estas temáticas llega a púbicos muy amplios, sobre todo si la obra literaria se vuelve exitosa en términos editoriales y comerciales; eso significa que tiene mucho rango de influencia, mucho más que un texto académico. El interés no es menoscabar las obras literarias, sino entenderlas, ver cómo establecen una relación entre ciencia y literatura que refleja no solo imaginarios de los escritores, sino de nosotros mismos como sociedad”, puntualiza el autor.
El libro La invención de la ciencia en América. Propaganda científica en la novela histórica colombiana es producto de la convocatoria del Fondo Editorial de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín y el Instituto Técnico Metropolitano, ITM, 2022.
(FIN/JRDP)
17 de mayo de 2023