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“¿Usted conoce el cielo?, mírelo”, sonríe con un entusiasmo mientras señala con su dedo el Laboratorio de Productos Lácteos y sus alrededores en el Campus El Volador de la UNAL Medellín. Jose Uriel Sepúlveda Valencia, se autodenomina como un montañero oriundo del corregimiento de San Bartolomé de Pácora, Caldas. Un hijo de familia de escasos recursos y trabajadora, que llegó a este pedazo de tierra al que llama cielo en el año 1973, cuando aún era un joven de bachillerato que ignoraba los nutridos planes que la vida tenía preparados para él.

  • Actualmente, Jose Uriel Sepúlveda es el coordinador del Laboratorio de Productos Lácteos de la Facultad de Ciencias Agrarias. Foto: Unimedios Medellín.

    Actualmente, Jose Uriel Sepúlveda es el coordinador del Laboratorio de Productos Lácteos de la Facultad de Ciencias Agrarias. Foto: Unimedios Medellín.

  • El profesor Uriel y su equipo de trabajo del Laboratorio, conformado por estudiantes y profesionales de diversas áreas del conocimiento. Foto: Unimedios Medellín

    El profesor Uriel y su equipo de trabajo del Laboratorio, conformado por estudiantes y profesionales de diversas áreas del conocimiento. Foto: Unimedios Medellín

  • Gracias a los equipos de alta tecnología, en el Laboratorio se enseña a producir más de 40 derivados lácteos, entre: leches fermentadas y saborizadas, cottage cheese, queso crema, quesos frescos, maduros, procesados y fundidos, dulces de leche y helados tipo Premium. Foto: Unimedios Medellín

    Gracias a los equipos de alta tecnología, en el Laboratorio se enseña a producir más de 40 derivados lácteos, entre: leches fermentadas y saborizadas, cottage cheese, queso crema, quesos frescos, maduros, procesados y fundidos, dulces de leche y helados tipo Premium. Foto: Unimedios Medellín

  • Bloque 51, Campus El Volador, el cielo para el profesor Uriel. Foto: Unimedios Medellín.

    Bloque 51, Campus El Volador, el cielo para el profesor Uriel. Foto: Unimedios Medellín.

    “Llegué a la Universidad Nacional fotocopiando exámenes para el Departamento de Matemáticas medio tiempo. Llevaba como tres meses y se presentó una convocatoria abierta como ayudante de laboratorio, tenía que tener conocimientos en física y química orgánica, me presenté y pasé el examen escrito”.

    Posteriormente, cuando ya había terminado su bachillerato y recogía los frutos del aprendizaje empírico que realizaba de manera juiciosa, se presentó a otra convocatoria que lo llevó a ser jefe de grupo en el área de transformación de la planta de leche.

    “A mí me gusta mucho la leche”, asiente con convicción. Las imágenes coloridas de vacas y toros que adornan su oficina, y los restos de un 'perico' que reposan sobre su escritorio en un pequeño vaso de porcelana, lo confirman. Su traje blanco impecable que combina con las botas y el cabello, dan pistas de su experiencia y vocación en torno a la exploración, enseñanza, transformación y consumo de los productos derivados de los lácteos.

    Las oportunidades seguieron llegando gracias a su experiencia en el mundo de los lácteos. Cuando era profesional, con el apoyo de la Universidad partió a Chile a expandir sus conocimientos sobre la leche. Como una época muy bonita describe esa transición entre la administración y la enseñanza. 

    “Mi vida la he pasado casi que desde la juventud dedicada a la leche y su transformación, inicialmente en la parte administrativa (hasta el año 1987), y luego en la parte de enseñanza como profesor asistente de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la UNAL Medellín, profesor asociado y profesor en dedicación exclusiva. Empecé a formar parte de grupos interesantes, y entré a dictar materias como Calidad y conservación de la leche, Tecnología en leches 1 (quesos), Tecnología en leches 2 (dulces, helados y ese tipo de cosas). Con el tiempo pasé a formar parte de entidades internacionales como la Mesa de Trabajo de lácteos en Melbourne, Australia y el Consejo Mundial de Dulce de Leche”.

    “Enseñamos para producir y producimos para enseñar”

     

    Cuando se le pregunta por aspectos de su vida distintos al profesional, sus respuestas terminan siempre acompañadas de palabras como laboratorio, universidad, estudiantes y por supuesto, leche. Tal vez, 45 años de servicio a la Institución hacen que sea para él imposible separar su vocación de su vida privada. Vive, come y respira leche.

    Su curiosidad lo llevó a la valoración del lactosuero. “Me llamó la atención el suero de la leche porque es un subproducto muy riesgoso, un litro de suero puede contaminar una tonelada de agua. Empecé a trabajar y a formular proyectos con expertos de Brasil, Uruguay y Colombia; iniciamos toda una labor de formar masters, especialistas y doctores en ese campo, a darle valor al suero, de un subproducto lo volvimos un coproducto para extraerle todas esas bondades o proteínas que son de alta biodisponibilidad”.

    Para lo anterior, él y su equipo de trabajo fueron gestores de proyectos para comprar equipos con tecnologías de nanofiltración, ósmosis inversa y microfiltración, “que tienen pocas universidades y que permiten extraer esos componentes para darle un valor agregado al lactosuero con productos como edulcorantes para diabéticos, es decir sustitutos del azúcar”.

    El profe Uriel, como lo llaman, hace referencia al Laboratorio de Productos Lácteos como un padre orgulloso de su hijo, siempre dando crédito y renombrando a quienes previo a su llegada, trabajaron arduamente durante años para contribuir con su consolidación como un espacio de investigación de alta calidad.

    “Tenemos uno de los mejores laboratorios con tecnología de punta, área de dulces y helados, transformación de productos lácteos, área de membranas, de higienización. Nuestros trabajos siempre son con distintas alianzas de instituciones y entidades de otros países debido a la tecnología con la que contamos”. Lo anterior, bajo las premisas de investigación, extensión y emprendimiento.


    “Solo el amor supera a la leche”

     

    Tal vez lo único que supera su amor por los lácteos es su sensibilidad social. “Ahora estamos trabajando con personas con Síndrome de Down para formar empresarios en el campo de los lácteos, también con personas ciegas, para ello hemos tenido como aliados a distintas empresas privadas que nos suministran apoyo para los cursos”, señala el magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos.

    Actualmente, el profesor Jose Uriel también trabaja de la mano de la Secretaría de Agricultura de Antioquia para desarrollar con una población indígena de Mutatá, en el Urabá, “proyectos para el manejo del mucílago del cacao (sustancia viscosa que se encuentra en algunos vegetales), como fuente de dulzura de productos lácteos. Es una comunidad de cerca de 2 500 personas que necesitan alternativas para el manejo de estos subproductos del cacao como es la cáscara, el mucílago del cacao y el mucílago del café para volverlos coproductos como edulcorantes vegetales”.

    Para él, la mayor satisfacción de su trayectoria profesional es ver como las puertas se abren al llegar a distintas entidades e instituciones, por el hecho de ser parte de la Facultad de Ciencias Agrarias, de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín. “Nos abren las puertas para hacer investigaciones y lo que queramos, es muy satisfactorio encontrar en las empresas y egresados ese afecto; también, que universidades del mundo valoren el trabajo y conocimiento de nuestros profesionales. Además de la calidad de vida que te ofrece la Universidad, una institución transparente donde todos trabajamos y apuntamos al mismo objetivo, una familia donde uno crece en todos los campos: espiritualmente, económicamente, intelectualmente. Hay libertad sin libertinaje y siempre trabajamos de manera colectiva”.

    En ese sentido, considera que uno de los retos más grandes de la Universidad como institución pública son los recursos. “Los laboratorios funcionan por los proyectos de investigación, un laboratorio que no se actualiza, que no cambia a tecnologías de punta tiende a desaparecer. Uno de los retos es que este laboratorio tiene que seguir, después de que nos vayamos, como puntero en la ciencia y la tecnología de la leche en América, y que continúe reconocido a nivel mundial y respetado. El país lo que necesita es gente con vocación incondicional”, agrega Sepúlveda Valencia.

    “Nuestra historia es de 45 años dedicados a la leche, pero realmente es una labor integral de la industria lechera del país donde los formamos desde la UNAL Sede Medellín. En esta industria trabajan cerca de mil egresados nuestros que difunden sus conocimientos en la empresa privada, abrazados con el medio ambiente.”.

    A estas afirmaciones las respaldan los galardones y reconocimientos que le ha otorgado la Universidad debido a su trayectoria y aportes en el ámbito académico y a la industria nacional. Sin embargo, aunque parezca lo contrario, no todo es trabajo. En esos 45 años de paso por este cielo, Jose Uriel ha dejado compañeros y amigos, especialmente, su equipo de trabajo del Laboratorio de productos lácteos. Si tuviera que definirlo en una frase, Diego Alonso Restrepo Molina, docente de la Facultad, “lo describiría como un amigo excepcional y como un profesional íntegro enamorado de la vida”.

    “¿Qué decir de Uriel? Como persona es intachable, los valores que lo guían son invaluables, honesto, buen amigo, dedicado a lo que hace con mucho amor. Muy serio y responsable; lo que no le quita que tenga un trato amigable que le permite trabajar fácilmente con quien conoce. Es muy comprometido, desde el punto de vista de su quehacer es un referente nacional e internacional, muchas personas acá en Colombia aprendimos a consumir lácteos gracias a él”, agrega Diego Restrepo, compañero de trabajo por cerca de 40 años.

    Cuando se le pregunta por su futuro, el profe Uriel continúa planeando desde la leche. “Cuando me desvincule de la Universidad quiero seguir con la parte de emprendimiento, sobre todo con comunidades muy desprotegidas, en los pueblos donde nacimos, en los pueblos donde realmente la infraestructura es poca, el profesional se tiene que adecuar a la infraestructura y no la infraestructura al profesional, debemos aprender a trabajar con lo que tenemos y con esas bases nos podemos proyectar e ir mejorando a cada momento”.


    (FIN/JRDP)


    10 de abril de 2023