Dos investigadores hurgaron en la vida del ingeniero, matemático, músico, poeta, geógrafo, y geólogo; un hombre del renacimiento, como se comenta sobre él, quien desempeñó un rol preponderante en la construcción del Puente de Occidente y tuvo como casa académica a la UNAL Medellín, donde se formó y dictó clases. En la Biblioteca Efe Gómez de la Sede recientemente se presentó el libro 'José María Villa: Memorias de un genio', en el que quedó condensada su vida y obra, con información inédita, y mediante el cual se pretende divulgar su aporte a la ingeniería en la región.
“José María Villa es un personaje que debería ser reconocido, pero que obviamente por algún motivo, la historia, la humanidad, nosotros los antioqueños, las entidades gubernamentales, no le hemos dado la importancia que se merece”, dice Adrian Bahos, empresario e investigador para el Libro.
Y es que José María Villa, de acuerdo con el segundo investigador y autor del Libro, Juan Francisco Villa Martínez, no solamente generó impacto en la ingeniería, sino incluso en el progreso de lo que hoy es Antioquia; en su desarrollo humano, técnico, matemático y social. Para él, aquel personaje “es la mente más brillante que ha dado el departamento, pero también la más ignorada. Estamos en deuda de resarcir su nombre”.
Sus aportes más visibles y trascendentes se materializaron en obras de infraestructura para unir el territorio, pues en su época Antioquia estaba fundamentalmente dividida en dos: el oriente y el occidente. El río Cauca era el límite para el desarrollo. Él creó puentes considerados en ese entonces como quimeras o imposibles. Tanto que cuando estos se lograron fueron catalogados como récords, no solamente en Colombia y América Latina, sino en el mundo. “Fue un ingeniero a la altura de los mejores del planeta. Aportó a una labor que vino a ser copiada por N cantidad de países que se nutrieron de su ingeniería y de su matemática para poder, ellos mismos, coser territorios”, añade Villa Martínez.
¿Cómo fue que un ingeniero de ese talante fue sometido al anonimato? Desde hace 130 años hay una obra maestra que es el Puente de Occidente, dice Bahos, y continúa con que a lo largo de esos años Santa Fe de Antioquia “se quedó pequeñito como ciudad madre de los antioqueños” y que también hubo olvido para el desarrollo que Urabá necesitaba.
Los entes políticos y territoriales se enfocaron en Medellín, Rionegro y otras zonas que avanzaron más, mientras que Occidente, siendo la zona donde nació el ingeniero José María Villa, no tuvo un progreso que pudiera equipararse, y de ahí deben partir las reflexiones que hoy hay que hacer. “Solamente hasta ahora tenemos vías de cuarta generación donde se empezó a tejer eso, hace más de 130 años”, llama la atención.
Según Luis Fernando González Escobar, coordinador del Doctorado en Estudios Urbanos y Territoriales y director de la Escuela del Hábitat de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín, es muy raro que un personaje de tanto valor y trascendencia como José María Villa no sea vigente en muchos aspectos.
Si bien algunos podrían pensar que solo se trata de un personaje del pasado y que no tiene efecto sobre el presente, no es así para el docente, pues Villa fue pionero en una forma de construir la ingeniería y la arquitectura, en parte, con los puentes famosos que incluso todavía se mantienen como lo es el turístico de Occidente.
La trascendencia, dice, está demostrada en que un puente construido a finales del siglo XIX hoy es un factor determinante de la economía de una ciudad como Santa Fe de Antioquia, pero también de Olaya o de Sucre por el valor histórico que tiene. También porque tuvo que ver con procesos de formación académica tanto en la Escuela de Artes y Oficios como en la Escuela de Minas, fundamentales en la institucionalización del conocimiento en Antioquia a finales del siglo XIX.
Incluso tuvo repercusión, a partir de la arquitectura, en la generación de empleo en la época. “Eso también marca otra importancia significativa. Es un personaje que amerita ser estudiado con más exhaustividad, con mayor frecuencia y, sobre todo, con otros temas que no se han explorado”, afirma el profesor en el sentido que, Villa llevó su expresión arquitectónica a lo urbano entre finales del siglo XIX e inicios del XX. Según él, mucho del campo de la arquitectura urbana se experimentó primero en la civil, es decir, en los puentes.
Destaca además que el Libro José María Villa: Memorias de un genio, aborda, por ejemplo, una serie de modelos de graficación tridimensional que permiten ver las dimensiones, las características de los puentes de los cuales antes solo era posible observar en fragmentos de planos y, sobre todo, en fotografías que solo mostraban un aspecto muy particular.
El origen del Libro: una curiosidad transformadora
Bahos es oriundo de Horizontes, un corregimiento de Sopetrán, sitio de nacimiento del ingeniero José María Villa, y recuerda que desde su infancia le interesó conocer sobre su historia en tanto supo de él. No había información suficiente y sus amigos, por ejemplo, si bien sabían que fue el constructor del Puente de Occidente, no le dieron suficiente importancia al hecho. Por su parte tuvo viva la inquietud de descubrir por qué “un personaje que nació en un pueblito perdido en las montañas logró ser tan grande”.
El otro lado de la historia es la de Villa Martínez, de linaje de José María Villa, y quien tiene mayor conocimiento sobre sus antepasados gracias, también, a la curiosidad que lo llevó a hurgar en sus orígenes genealógicos. Cuenta él que uno de los capítulos más destacados es el que aborda la semblanza del ingeniero, la cual se construyó a partir de la información proporcionada por su familia. El investigador es tataranieto de Juan Nepomuceno Villa, el mentor del personaje protagonista del Libro, y tataranieto de Pedro Justo Berrío, quien fue el mentor político y económico.
Para el profesor González Escobar, “despertar curiosidad es un sentido de la pedagogía. Cuando alguien dice que surge por la curiosidad, hay un incentivo por ella. Cuando vuelves a las personas memorísticas y solamente repiten lo que le dijeron, ahí no hay nada”.
Hace 10 años la curiosidad unió a los investigadores y los condujo a buscar e hilvanar el texto a partir de los datos que cada uno halló. Esa avidez por conocer al personaje es también ahora la motivación para la divulgación, pues dice Villa Martínez: “Nosotros estamos convencidos de que José María Villa debería de ser objeto de estudio en todas las academias y no solamente las universitarias, sino en los colegios. Es un personaje de culto, es un personaje humano, de un carisma inmenso, de una talla mundial y por eso sostenemos que es la mente más brillante”.
Si bien la publicación es una apuesta de los investigadores, hay logros como que la Biblioteca Digital de Científicos de Antioquia tiene presente hacer la curaduría de José María Villa. Asimismo, consideran significativo el hecho de que universidades, como la UNAL Medellín, apoyen la labor de difusión del legado del ingeniero. También para el docente González Escobar, para quien a veces “la academia se desliga mucho de un medio, de una realidad. Debe ser menos prejuiciosa y ensimismada”.
En la Biblioteca Efe Gómez de la UNAL Medellín es posible consultar el Libro Memorias de un genio, que contiene información inédita.
(FIN/KGG)
2 de marzo de 2023