Esta materia electiva ofertada desde el 2019 por la Facultad de Ciencias cuenta actualmente con 90 estudiantes, que, a través de diversos contenidos y reflexiones, aprenden a manejar mejor las emociones en contextos personales y académicos.

Con esta estrategia, la Facultad de Ciencias le apuesta no solo a la formación integral de sus estudiantes sino a la salud mental, un aspecto que muchas veces es olvidado dentro de la vida universitaria pero que tiene una alta incidencia en los procesos de permanencia y graduación.

“La materia es electiva, tiene dos créditos y su objetivo es promover la salud mental y darles la oportunidad a los estudiantes de expresar sus dificultades. Pretende darles herramientas para manejar situaciones de estrés que llevan a enfermedades como la depresión y la ansiedad, patologías comunes en el paso del colegio a la Universidad”, comenta María Eugenia Aristizábal Giraldo, docente encargada de la Cátedra.

Una de las intenciones principales de la asignatura es entregarles a los alumnos una perspectiva médica sobre diversas patologías que podrían afectarlos en su proceso académico, y de esta forma conectarlos con las diversas rutas de atención de salud física y mental que tiene la Sede para ellos.

“Mi aporte es desde el punto de vista médico, dándole a conocer a los estudiantes las razones biológicas que nos llevan a estar en un proceso depresivo, y tratar de encontrar fortalezas que nos ayudan a evitar esto desde la felicidad, cuáles son sus características, cómo llegamos a ella para así evitar afectar nuestro desempeño académico y nuestra vida personal”, explica Jorge Iván Salazar Alzate, médico de la Sección de Salud de Bienestar Universitario y docente auxiliar de la clase.

En sus contenidos, la Cátedra pretende ahondar en los aspectos más relevantes de la felicidad: la alegría, la responsabilidad, el sufrimiento, la amistad, la soledad, la libertad, el presente, entre otros; y lo hace a través de tres unidades temáticas en las que se responden preguntas como ¿es la felicidad alcanzable o? es una utopía?, ¿existe la libertad?, ¿puede el ser humano elegir ser feliz?, ¿qué es la responsabilidad?, ¿todo está predeterminado?.

“La metodología se basa en la participación activa de los estudiantes inscritos propiciando un dialogo constante. En cuanto a la evaluación si es subjetiva, pero sí existe un grado de responsabilidad al calificar a través de exposiciones, diversas lecturas y escritos, que reflejan el aprendizaje del proceso y los conocimientos y habilidades adquiridas”, asegura Aristizábal Giraldo.

Expresar sentimientos a través del diálogo

Durante los tres años que lleva ofertada la materia, los estudiantes que han pasado por ella han logrado expresar en palabras muchos sentimientos que antes no se atreverían a plasmar, es un ejercicio de liberación y aprendizaje personal.

“Esta clase además de ser un apoyo íntegro a la formación del estudiante, es muy bacana porque se exponen muchísimos temas a nivel filosófico, médico y biológico. Desde que tu entiendas qué es lo que te pasa puedes tratarlo y mejorarlo, aquí nos ayudan a identificar problemas y buscar ayudas en los casos que sean necesarios en temas como el miedo, trastorno de personalidad y depresión, esto nos abre mucho la perspectiva y lo podemos aplicar en nuestras vidas”, cuenta María Camila García Martínez, estudiante de Ingeniería Biológica.

Mariana García Medina, estudiante de Estadística llegó a la asignatura por los buenos comentarios que escuchó de sus compañeros, “durante este semestre he pasado por situaciones personales complejas y gracias a esta electiva he aprendido a tomarme las cosas con más calma, entendiendo que el estrés se puede regular de muchas maneras, además me conecté mucho con una frase trabajada en clase: ´somos hijos de las circunstancias´, y esto me llegó tan profundo que siempre la tengo presente en cada momento de crisis”.

Otro aspecto a resaltar de esta materia electiva es la importancia de que los participantes confronten sus puntos de vista con los de los otros, procurando así que los prejuicios o preconcepciones en torno a la felicidad sean analizados, cuestionados y, si es el caso, modificados en virtud de la discusión y el debate.

“Esta materia es muy importante y fundamental porque todos nosotros queremos mejorar desde el punto de vista de nuestra situación mental, y en este medio hay casos y situaciones que limitan mucho a los estudiantes, poniendo incluso en riesgo su vida, por lo que estos espacios permiten que ellos adquieran mecanismos de defensa para evitar tomar decisiones erradas y radicales. Sería ideal que cada Facultad tuviera su propia Cátedra de la Felicidad y así trabajar entre todos por una Sede más sana mentalmente”, concluye Jorge Iván Salazar Alzate.

(FIN/DQH)

20 de diciembre de 2022