Reflexionar sobre el quehacer profesional del investigador y del científico desde los comportamientos éticos que ayudan a mejorar la estructura de un país donde cada vez toma más relevancia la ciencia como un camino viable en la solución de problemas.
Estos temas fueron tratados en la charla inaugural de la segunda temporada del año de Saberes con Sabor, cátedra gestada por la UNAL Medellín y la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que durante las próximas semanas estará desarrollando el tema de las ciencias básicas en diálogo con la vida.
En esta edición los invitados fueron Enrique Forero González, botánico, director del Herbario Nacional Colombiano, decano de la Facultad de Ciencias de la UNAL Bogotá, y expresidente de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, quien conversó con Román Castañeda, docente de la UNAL Medellín y director de la cátedra Saberes con Sabor.
La motivación científica: ethos
Con un cambio acelerado en todas las esferas de la vida, el mundo de la ciencia tiene que seguir ese ritmo, pues “a nosotros los científicos lo que nos lleva a trabajar en lo que hacemos es la curiosidad de saber cómo funciona la naturaleza a nuestro alrededor, lo que nos permite subrayar el hecho de que las ciencias básicas son fundamentales para el desarrollo del país y del mundo. Eso no quita que tengamos que abrir un poco los ojos y comenzar a pensar en que tenemos que comunicar mejor nuestro interés al resto de la gente, que la sociedad entienda lo que hacemos y su importancia en la vida diaria”, explicó Forero González.
Para lograrlo, cultivar un criterio científico es fundamental en la toma decisiones estratégicas, por lo que informar a la sociedad con veracidad es una tarea extra en el desarrollo de la ciencia en Colombia, pues esto dará pie a la apropiación social del conocimiento.
“Tenemos que salir de las cuatro paredes del laboratorio y comenzar a interesarnos en lo que ocurre a nuestro alrededor, en qué está pensando el ciudadano y cómo hacer que se interese más por temas de la ciencia; es una cosa fundamental que desde la primera infancia debemos hablar, para que el día de mañana tengamos una nueva generación de excelentes científicos”, afirmó el botánico Enrique Forero González.
Aportes reales de la ciencia a la vida
El más claro ejemplo de la veracidad del engranaje científico es el desarrollo de vacunas contra el covid-19, escenario que dio esperanzas al mundo mientras atravesaba la cruda pandemia.
Sin embargo, para que exista un aporte concreto, es importante el diálogo de saberes entre las ciencias sociales y las básicas, que unidas generan una visión más amplia de la naturaleza y la cultura, fundamental para una mejor comprensión de los fenómenos científicos.
“Quiero resaltar el tema de la educación, pues en general se piensa que es una bandera política y cuando se asume el poder se destiñe. La invitación es a pensar la ciencia como un patrimonio, es el producto de muchos años de trabajo, en nuestro caso más de 200 años de producir conocimiento, acumularlo y emplearlo de alguna forma, y si logramos que se convierta en patrimonio mejoraría mucho su apropiación social”, comentó Román Castañeda.
Otra arista tratada durante esta sesión inaugural fue la función social del científico, que actualmente sobrepasa los muros de la academia, el laboratorio y la comunidad especializada, pues tienen funciones nuevas, como asumir y adoptar una mirada proyectiva hacía el entorno de manera más decidida.
“Los científicos son celosos de la ética de su trabajo, pues buscan que lo que se haga cumpla normas estrictas, por eso la palabra ethos es un elemento fundamental en el trabajo científico, recordemos que son las personas las que se desvían de la norma, no la ciencia. Tenemos que asegurarnos de ser trabajadores por la apropiación social del conocimiento, que la gente comience a valorar la naturaleza como lo que es, la prioridad”, concluye Enrique Forero González.
(FIN/DQH)
2 de septiembre de 2022