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Reconocer cómo habita los espacios una persona en situación de discapacidad visual para generar conciencia sobre las diferentes aptitudes de esta población, fue el objetivo del taller que realizó la División de Bibliotecas, donde estudiantes y administrativos participaron activamente.

  • María Mercedes organizó el taller con el apoyo de su hija Lina. Foto: Unimedios.

    María Mercedes organizó el taller con el apoyo de su hija Lina. Foto: Unimedios.

  • Algunos participantes manifestaron que aprender a caminar con el bastón fue difícil por la concentración que requiere enfocarse solo en él. Foto: Unimedios.

    Algunos participantes manifestaron que aprender a caminar con el bastón fue difícil por la concentración que requiere enfocarse solo en él. Foto: Unimedios.

  • Reconocer a las personas en la diferencia para respetarlas y no excluirlas, fue una de las conclusiones del encuentro. Foto: Unimedios.

    Reconocer a las personas en la diferencia para respetarlas y no excluirlas, fue una de las conclusiones del encuentro. Foto: Unimedios.

  • El estudiante Daniel Buriticá se quedó con los ojos vendados durante la conversación como ejercicio personal de reconocimiento de voces. Foto: Unimedios.

    El estudiante Daniel Buriticá se quedó con los ojos vendados durante la conversación como ejercicio personal de reconocimiento de voces. Foto: Unimedios.

    La actividad fue desarrollada por la monitora María Mercedes Gómez, estudiante en situación de discapacidad visual e integrante del Observatorio de Inclusión Educativa para Personas con Discapacidad de la Universidad, quien invitó a conocer el Acuerdo 036 de 2012 que promueve la inclusión al interior de la Institución, “ahí es donde aprendemos que la discapacidad es transversal, por lo tanto no es de bienestar universitario, o de biblioteca, o de uno o dos dependencias, eso es transversal y es de todos”.

    Toc, toc, toc o zig zig zig, cada participante tuvo la oportunidad de guiarse por el espacio solo con un bastón para identificar su manipulación e importancia a la hora de identificar los espacios “para mí fue una eternidad porque siento que di demasiados pasos, que moví muchísimo el bastón y lo apreté hasta que me dolió la mano; pero realmente el avance fue mínimo” contó Daniel Buriticá, estudiante de Matemáticas.

    Más allá de lograr que los asistentes sintieran qué es vivir sin el sentido de la vista, uno de los propósitos de María Mercedes fue cuestionarlos sobre cómo se relacionan con las personas con alguna discapacidad y cómo se refieren a ellos en diferentes ámbitos, haciendo énfasis en que no debe ser vista como una enfermedad, sino como una condición “es una característica de los seres humanos y hace parte de la vida”. Por tanto, los términos correctos para hablar sobre esta población, pueden ser: persona con discapacidad, persona en situación o condición de discapacidad, o persona con capacidades diferentes o diversas, teniendo muy presente que lo primero debe ser el sujeto y después la condición.

    Otra de las actividades fue el reconocimiento de texturas con los ojos vendados con la particularidad que conocer los elementos previamente no fue garantía de su exitosa identificación, pues muchos de los asistentes solo fueron capaces de describir las formas más no de dar su nombre exacto. Entre los elementos menos reconocidos estuvieron el arroz y las lentejas. “Estamos acostumbrados a ver un objeto y usarlo, pero no a reflexionar sobre este” fue el comentario del estudiante Juan Felipe Ocampos Hernández de Ingeniería Física.

    “Aprender a confiar en uno, superar el miedo a caerse o tropezarse” considera la auxiliar administrativa Linda Arias, fue el mayor reto de la actividad y es que las personas con discapacidad visual siempre se enfrentan a nuevos lugares que muchas veces no incluyen mecanismos que los ayuden a orientarse. En el caso del Campus El Volador, el ingreso por la portería de la carrera 65 tiene guía hasta la glorieta de banderas “pero esta es la zona más dura y no tengo ayuda para transitarla” comenta Gómez, quien, además, argumenta que esto es un aliciente más para seguir trabajando, ya que “lograr que la población invidente sea autónoma, tenga conocimiento e independencia, es lo mejor. Así se puede evitar la deserción”.

    Para Daniel Bustamante la actividad fue exitosa, incluso experimentó por su cuenta conversar con el grupo sin ver “Me quise quedar vendado porque yo quería experimentar lo que María vive diariamente, estar reunido con un grupo de personas, escucharlos e imaginarlos. Cuando hablaron me di cuenta que no los reconocía, aunque los hubiera visto antes.”

    Por su parte el estudiante Juan Felipe Ocampo resaltó la oportunidad que brinda la Universidad de participar en actividades fuera de las académicas “donde podemos aprender sobre otras culturas, realidades alternas, deporte, alimentación, en general la U nos ofrece un abanico de oportunidades como esta que siempre serán relevantes”.

    La División de Bibliotecas seguirá desarrollando estos talleres con el fin de promover una universidad incluyente para todos; para esto espera organizar con la Sección de Personal Administrativo diferentes encuentros que permitan llegar a todos los campus. La meta es que “la discapacidad llegue hacer parte de nuestra vida, tan normal como los temas que tratamos diariamente” concluye María Mercedes Gómez.

    (FIN/LCP)

    27 de julio de 2022