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Cuestionar el rol del sector empresarial en las coyunturas sociales, políticas y económicas por las que atraviesa el país, es una forma de aportar a la transformación consiente desde las capacidades instaladas, pero también desde la generación de confianza con la comunidad.

  • “Estamos desbordados de información, pero además es dudosa, y eso afecta directamente la construcción de confianza y genera tendencias dispersoras. El tema de los proyectos colectivos es el camino que debemos seguir”, Román Castañeda. Foto: Reproducción.

    “Estamos desbordados de información, pero además es dudosa, y eso afecta directamente la construcción de confianza y genera tendencias dispersoras. El tema de los proyectos colectivos es el camino que debemos seguir”, Román Castañeda. Foto: Reproducción.

  • En los últimos años ProAntioquia se ha cuestionado y trabajado por fortalecer el rol de las empresas en la sociedad. Foto: Pixabay

    En los últimos años ProAntioquia se ha cuestionado y trabajado por fortalecer el rol de las empresas en la sociedad. Foto: Pixabay

  • “Llegó el momento de interpelar distinto al sector empresarial, reconocer otros liderazgos empresariales que están preocupados por lo público y por posicionar la conversación incómoda”, Laura Gallego. Foto: Pixabay

    “Llegó el momento de interpelar distinto al sector empresarial, reconocer otros liderazgos empresariales que están preocupados por lo público y por posicionar la conversación incómoda”, Laura Gallego. Foto: Pixabay

    Estas reflexiones fueron el eje central de la sexta sesión de la cátedra Saberes con Sabor, producida por la UNAL Medellín con el apoyo de la Academia Colombia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y que contó con la participación de Laura Gallego, vicepresidenta ejecutiva de la fundación ProAntioquia, politóloga y magister en gerencia de proyectos; Adolfo Eslava, decano de la Escuela de Artes y Humanidades de la Universidad EAFIT, economista, magister en Ciencias Económicas y doctor en Estudios Políticos; y Román Castañeda, docente y coordinador de esta cátedra.

    Uno de los grandes generadores de polarización en Colombia es el exceso de información, además de la veracidad de la misma, por lo que las empresas deberían contribuir a la búsqueda de una verdad que facilite la toma de decisiones importantes, siendo conscientes de que la ciudadanía espera grandes cambios desde el sector empresarial.

    La empresa como actor transformador

    Según Adolfo Eslava, “hay que convertir la crisis en una ocasión fecunda, en una donde nos podamos plantear preguntar valiosas que puedan cuestionar el proyecto vital pero que sobretodo tengan el propósito de indagar más sobre los procesos colectivos”.

    Ver la empresa solo como creadora de valor económico es limitar sus capacidades de transformación, pues como lo afirmó Laura Gallego, no existen empresas prósperas en sociedades que no lo son: “claro que las empresas generan empleo y eso es fundamental, pero también deberían involucrarse en aquellos retos estructurales que les afectan a las personas en su vida cotidiana, como la inequidad, la desigualdad, la ausencia de diversidad y es ahí donde ha emergido otra mirada sobre el rol del sector privado en la construcción de los procesos colectivos”.

    En este sentido, los invitados aseguraron que las empresas han estado trabajando muy de la mano de las políticas públicas, pero que estás también pueden limitar su accionar, siendo el camino correcto el que aborda los problemas con una mirada conjunta, hacerles frente a estas situaciones desde un liderazgo humanista.

    Buscar un rumbo colectivo

    Con la polarización y los retos empresariales frente al tema, una de las propuestas para encontrar un camino más afable para el país es traer sobre la mesa conversaciones incómodas, pues es en los desacuerdos donde se encuentra y se construye la ciudadanía.

    “Una conversación incómoda puede ser fecunda siempre y cuando pase por expresar los argumentos, luego una escucha atenta, y finalmente la disposición a cambiar de opinión, y en ese sentido a la cuidad le hace falta aprender sobre esto, algo así como celebrar el desacuerdo, no levantarse de la mesa, sino poner esos puntos sobre ella”, explicó Adolfo Eslava.

    Por su parte Laura Gallego aseguró que “también nos falta audacia, pues hay que asumir esa responsabilidad de volver a ponernos de acuerdo y cualificar la conversación y la deliberación, mejorar las reglas que hacen posible este diálogo, porque con la intención de no incomodarnos hemos evitado las conversaciones que los actores que esta ciudad requieren para avanzar”.

    Ante estos planteamientos, surge el tema de la confianza que generan tanto las instituciones estatales como las privadas para entablar dichas conversaciones, pues para tener certeza sobre el otro se necesita primero un reconocimiento, una conexión con la vida cotidiana de las personas.

    En ese mismo sentido la confianza se convierte en el reto a trabajar, pues esta no llega sola, es un resultado de acciones previas, como la coherencia, el coraje, y la audacia.

    “Hay un consenso generalizado sobre la confianza, pero hay que ir más allá de eso, reconocer que esto se trata de un tema exigente, pues una de las grandes pérdidas en la ciudad es la ruptura de confianza con la institucionalidad local, y es lamentable, porque esta no se construye de un día para otro y no se decreta”, Aseguró Adolfo Eslava.

    Es entonces la confianza el valor más preciado al que deben llegar las empresas, pues si está existe, la conversación y la transformación social se puede hacer desde diversos frentes, entendidos como los ejes que cambiarían el rumbo del país.

    “El ciudadano espera muchísimo del liderazgo empresarial, pero tampoco confía en ello, lo que genera muchas preguntas: cómo lograr que las personas confíen, cómo se construye la confianza, y parte de la respuesta es la coherencia, ubicarse en el contexto y reconocer las dificultades”, concluyó Laura Gallego.

    (FIN/DQH)

    8 de junio de 2022