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Crónica sobre la experiencia de uno de los integrantes del equipo de producción de la serie “Muchachos a lo Bien”, emitida por el canal regional Teleantioquia durante 1993 y 1998 y producida por la Corporación Región y la Fundación Social.

  • Con el especial multimedia de la serie Muchachos a lo bien se pone en escena el proceso archivístico que ha realizado el Laboratorio de Fuentes Históricas tras la donación del Archivo Histórico de la Corporación Región. Foto: cortesía Rafael Puentes.

    Con el especial multimedia de la serie Muchachos a lo bien se pone en escena el proceso archivístico que ha realizado el Laboratorio de Fuentes Históricas tras la donación del Archivo Histórico de la Corporación Región. Foto: cortesía Rafael Puentes.

  • “Casi siempre he sido distante con los personajes, sin embargo, mi interpretación de su relato la traspaso a las luces y la fotografía”, Rafael Puentes. Foto: cortesía Rafael Puentes.

    “Casi siempre he sido distante con los personajes, sin embargo, mi interpretación de su relato la traspaso a las luces y la fotografía”, Rafael Puentes. Foto: cortesía Rafael Puentes.

  • Con la experiencia de Muchachos a lo Bien, Rafael Puentes pudo forjar una carrera sólida como director de fotografía. Foto: cortesía Rafael Puentes.

    Con la experiencia de Muchachos a lo Bien, Rafael Puentes pudo forjar una carrera sólida como director de fotografía. Foto: cortesía Rafael Puentes.

    Rafael Puentes fue el encargado durante cuatro años de la dirección de fotografía de Muchachos a lo Bien, tiempo en el que pudo experimentar a través de la cámara, reflexionar sobre ser joven en Medellín y formarse como el cinematógrafo que es hoy.

    Nacido en Bogotá en 1963, Puentes parecía estar destinado desde muy pequeño al mundo de las luces, las cámaras y las fotos, pues su padre, también director de fotografía, trabajaba en la Radio Televisora Nacional de Colombia, lugar donde él pasó gran parte de su infancia, entre sets de grabación y largas jornada de producción.

    “Lo acompañaba a sus grabaciones, y un día en un programa infantil me gané una cámara y un libro de fotografía, y me entró la curiosidad de aprender, y así poco a poco, y de una manera empírica empecé mi carrera, desde muy joven”, asegura.

    Luego de estas experiencias, y ya en su juventud, Rafael se enfrentó a la pregunta de qué hacer con su vida, a la cual no encontró otra respuesta más que retratarla a través de una cámara. Por ello estudió cine y fotografía en Bogotá y realizó cursos de cinematografía en Los Ángeles, EE.UU.

    Medellín, un retrato crudo de la realidad

    Rafael llegó a la ciudad de la eterna primavera por el trabajo de la que era su esposa en aquel entonces, y aquí, sin conocer a nadie del medio artístico, se hizo camino por medio de amigos y conocidos.

    “Muchachos a lo Bien fue mi primer proyecto como director de fotografía. Conseguí el trabajo con la Corporación Región y la Fundación Social, y fue muy interesante porque dejaban trabajar al fotógrafo muy libre, y como en cada capítulo cambiaba el director, teníamos una libertad y una creatividad muy interesante, todos éramos muy jóvenes entonces resultó ser un laboratorio de imagen, en el que al mismo tiempo de las grabaciones yo hacía foto fija, que resultó en una exposición llamada Muchachos a lo Bien-en tras escena que realicé en la biblioteca de Comfama, con gran éxito en ese entonces”, recuerda Rafael Rueda.

    En medio de los rodajes, Rafael era testigo de cómo en la ciudad reinaba la violencia y el narcotráfico, que arrebataba la vida de los jóvenes a diario. “El proyecto fue muy bonito porque justo era rescatar y narrar a los muchachos que no estaban vinculados a la violencia, sino que por el contrario trataban de hacer sus vidas de la manera más honesta”, dice.

    Un día de rodaje: de la producción a la reflexión

    Los días de grabación de esta serie documental, eran una oportunidad de conocerse y reconocerse, no solo para los muchachos invitados sino para todo el equipo de producción, que, entre historias de vida y muerte, narraban realidades esperanzadoras paras las juventudes paisas.

    -Hey jefe, que te parece este plano
    -Está muy bacano
    - ¿Puedo jugar con esta luz?
    -Hágale hermano, deje correr la creatividad

    “Una semana grababa la Fundación Social y la siguiente La Corporación Región, yo trabajé para las dos, y cada una tenía sus investigadores y periodistas que buscaban sus personajes y decidían cual historia era viable para contar. El día de grabación se planeaban las diferentes puestas en escena, se rodaban muchas imágenes de apoyo, era medio documental porque algunas cosas salían de lo que pasaba en el momento. Durábamos tres días grabando un capítulo con cada persona, porque se filmaba a una cámara, entonces hacíamos mucho plano secuencia, y así tratábamos de narrar la historia”, recuerda Rafael Puentes.

    Visualmente el programa era variado, dependiendo de la historia y el contexto cambiaba el encuadre, la luz y la intención estética. La ciudad y sus barrios, los grandes escenarios.

    “Fue hermoso porque todos los días nos inventábamos algo nuevo, era un proceso de buscar entrevistas que realmente nos transformaban la percepción que teníamos de las juventudes de la cuidad. Por ejemplo, con un personaje que actualmente es un pintor muy reconocido en el país, se realizaron algunos cuadros que fueron usados como escenografía para algunos programas, era un trabajo conjunto que dio grandes resultados”, asegura Rafael Puentes.

    Con la libertad creativa, Rafael y el equipo relacionaban el personaje con la luz, por ejemplo, si era un personaje religioso, tenía un aro de luz en la cabeza, si otro era un poco más pícaro, la luz era difusa y tenue.

    “La foto fija que se hizo del programa fue espectacular porque cada personaje quedó retratado como él mismo se narraba. Como fotógrafo fue un gran proyecto porque rodar a una cámara me hizo desarrollar mi trabajo de una manera muy buena. Y ahora sigue siendo un referente para mí, porque como Muchachos a lo Bien no he hecho más proyectos”, dice Rafael Puentes.

    Recordar para vivir: la importancia del pasado

    En 1998, casi a la par de la finalización de Muchachos a lo Bien, Rafael volvió a Bogotá, donde trabajó para RTI. Finalmente, en el 2004, su trabajo lo llevó a Miami, donde fue director de fotografía en varias novelas de Telemundo. Ahora, radicado en esta ciudad, trabaja como independiente, tiene un estudio y una productora de videos y programas, donde aplica esos primeros y valiosos aprendizajes que obtuvo en Medellín.

    “El proyecto es importante porque por lo que he escuchado aún la violencia en Medellín sigue vigente, continúa la pobreza y la falta de oportunidades, además de otros problemas que escalan en nuevas formas de ejercer la violencia. Entonces revivir un trabajo que trató de rescatar a los jóvenes, va a servir para que los muchachos de ahora resistan, pues el cine, la televisión y en general las artes hacen que las personas den cuenta de sus procesos, y les genera una inquietud. Es un servicio que hay que darle a la comunidad”, concluye Rafael Puentes.

    (FIN/DQH)

    22 de abril de 2022