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Entre libros, historias, y luchas sindicales, María Piedad León Cáceres, técnica operativa de la Sección de Publicaciones, le ha entregado más de 30 años de servicio a la UNAL Medellín, tiempo en el que ha rectificado su misión en la vida: las causas sociales y colectivas.  

  • A principios de los años 90, María Piedad fue elegida para ir a Cuba a un foro de mujeres sindicalistas y desde ahí se ha vinculado a los temas de género. Foto: Unimedios

    A principios de los años 90, María Piedad fue elegida para ir a Cuba a un foro de mujeres sindicalistas y desde ahí se ha vinculado a los temas de género. Foto: Unimedios

  • María Piedad León en el centro, en compañía de su madre e hija. Foto: cortesía María Piedad León.

    María Piedad León en el centro, en compañía de su madre e hija. Foto: cortesía María Piedad León.

  • “A la UNAL ya la quería desde el colegio, muchos de mis hermanos son egresados de la Universidad Nacional de Colombia, en mi familia esto era un privilegio”, cuenta María Piedad. Foto: Unimedios.

    “A la UNAL ya la quería desde el colegio, muchos de mis hermanos son egresados de la Universidad Nacional de Colombia, en mi familia esto era un privilegio”, cuenta María Piedad. Foto: Unimedios.

    “Entré a la Universidad recién llegada de Bogotá, producto del traslado del papá de mi hija y me presenté a una convocatoria de la UNAL en 1990, yo había laborado toda la vida en los libros, en editoriales, en el periódico El Tiempo y en corrección de textos y edición. En la U empecé siendo secretaria pues no existían cargos vinculados al diseño, y como ocupé el primer puesto entre los candidatos me dieron a escoger el área donde quería trabajar, y elegí Publicaciones”, comenta María Piedad, entre las risas que le evocan los recuerdos. 

    Luego de varios procesos sociales, la Universidad estableció que los empleados pudieran realizar sus estudios profesionales aquí, por lo que María Piedad realizó el pregrado de Historia y posteriormente la maestría, destacándose como la mejor graduada en ambos programas, logro que la llevó a coordinar durante tres años la Sección de Archivo y Correspondencia de la Sede, hoy llamada Gestión Documental. 

    “El momento donde pude darlo todo fue en esta dependencia, porque no solo era jefe de un área grande sino también dirigente sindical, fui consiente de que este rol iba más allá de gestionar documentos, por lo hice mucho énfasis en los archivos históricos haciendo exposiciones y murales para reivindicar este tema como patrimonio de memoria”, cuenta León Cáceres. 

    “Llevo 26 años en la Universidad, de los cuales 24 he trabajado con María Piedad en la Sección de Publicaciones. He visto muchas de sus etapas, su crecimiento laboral y sindical, es una mujer bastante comprometida no solo con el trabajo sino con la vida universitaria. Es una devoradora de libros, le encanta leer, formada fuertemente tanto académica como políticamente, con una capacidad intelectual muy grande y con un deseo muy fuerte de respetar y luchar por los derechos de los trabajadores de la Universidad”, asegura Rodrigo Lenis León, compañero de trabajo.

    ¡Una mujer dispuesta a alzar la voz! 

    Uno de sus grandes objetivos es la justicia en términos de lo democrático y salarial, por eso desde que llegó a la UNAL Medellín ha sido representante nacional de los empleados de carrera administrativa.

    -Vecina ¿me ayuda con un cupo pal niño en la escuela?

    -Me quedé sin trabajo, ¿usted me podría ayudar a colocarme? 

    -Hoy la reunión de la Junta de Acción Comunal es en la casa de la Señora Cáceres. 

    Su gran inspiración frente a las luchas sociales es su madre, “ella fue una gran líder de barrio, liberal. En mi casa toda la vida se hicieron reuniones de la Junta de Acción Comunal, de la parroquia, ella les ayudaba a los vecinos a conseguir trabajo o cupos en el colegio. De toda la familia yo le heredé esta pasión, y empecé a conocer gente que iba más allá de lo político, lo social y me fui vinculando a esos movimientos desde muy jovencita, no crecí con una visión individualista de mi vida, y cuando entré a la UNAL vi que era un espacio crítico, organizado, así me vinculé al sindicato”, dice María Piedad. 

    En 1996, luego de una nivelación salarial realizada en la Universidad de Antioquia, los empleados de la UNAL se dieron cuenta que en comparación con otros servidores públicos ganaban muy poco, por lo que María Piedad, en compañía de otros trabajadores de todo el país decidieron organizarse y cambiar la situación. 

    “La gente estaba cansada así que nos fuimos para Bogotá y encontramos eco en los empleados de allá, decidimos luchar por esto, pasamos peticiones y fueron negadas, hasta que empezamos a montar carpas y paralizar las sedes, fueron casi dos años de movilizaciones diarias con participación de estudiantes y docentes, que dieron como resultado la asignación de cuatro mil millones de pesos para la nivelación salarial, y lograr así una carrera administrativa, un régimen disciplinario propio y un estatuto que establecía nuestros derechos y obligaciones”, señala León Cáceres. 

    Repensar los asuntos de género 

    Desde su accionar sindical y en su carrera de Historia, María Piedad ha abordado textos de María Cano y otras autoras que han luchado por los derechos de las mujeres, y aunque nunca se consideró una feminista en términos de que su lucha siempre ha sido por todos y todas, reconoce que es vital destacar las acciones que reivindican la igualdad de género. 

    “A raíz de mis estudios en el tema me propusieron representar a las empleadas en el Observatorio Nacional de Asuntos de Género, en el cuál he sido participado en la construcción del protocolo de atención a violencias sexuales. Es muy bello que finalmente la Universidad tenga este espacio de denuncia y reflexión, que sea tratado con seriedad, y que defienda los asuntos de género, pero también incluyendo las diversidades sexuales. Es un trabajo diario y continuo para derrocar una construcción cultural milenaria como es el patriarcado”, comenta María Piedad.  

    Más allá de cumplir una labor diaria, María Piedad León Cáceres asegura haberle sacado el jugo a la vida universitaria, pues también hizo parte durante muchos años del equipo de empleados de baloncesto femenino, práctica que alternó con su pasión sindical y académica. 

    “A Mapi como cariñosamente la llamamos la conocí en 1991 cuando llegó a la Universidad. La primera impresión fue bastante agradable porque su porte de basquetbolista era lo que estábamos buscando para formar el equipo de empleadas, y afortunadamente este deporte era una de sus pasiones, convirtiéndose en miembro de esta gran familia. Cada 8 días nos íbamos a Comfama a jugar, fue una fiesta constante por más de 20 años que compartimos en las canchas”, cuenta Nancy Patiño, funcionaria de Bienestar Universitario y amiga de María Piedad. 

    “Desde el punto de vista laboral también fue una gran experiencia, pues los jefes que tuve fueron excelentes personas, muy respetuosos de mi estudio y mi lucha sindical, y esto es algo que no pasa en todas partes, por eso me siento premiada por la vida al estar aquí. Haber pasado tantos años acá, y haber llegado a donde llegué, saliendo con la frente muy en alto me hace sentir satisfecha, orgullosa y feliz”, cuenta María Piedad. 

     “De Mapi he aprendido muchísimo y seguiré haciéndolo, porque sé que esta amistad continuará para toda la vida. Ella es de las que te dice las cosas de frente, pero que cuando no estás con ella te defiende. La admiro demasiado, es un ser muy especial, no sé cómo hace para atender tantas cosas a la vez. Ella es una excelente madre, una gran amiga, confidente, solidaria e incondicional, una luchadora incansable por los derechos de todos y todas, me quedo corta hablando de sus valores y cualidades, a ella solo le puedo decir gracias amiga por existir”, dice Nancy Patiño, con notable amor en sus palabras. 

    El primero de abril María Piedad inicia una nueva etapa: la jubilación, momento que para muchas personas significa el final de su edad productiva, sin embargo, para ella es el comienzo de nuevos retos, aprendizajes y desafíos.

    “Hay muchas expectativas para esta nueva etapa, amo el cine, la literatura, y la academia y me pienso dedicar a eso, retomar el tema de la investigación, construir historias y memorias que requerían tiempo que hasta ahora no tenía, también espero seguir ayudando en la medida de mis posibilidades, los trabajadores de la UNAL saben que estaré siempre ahí para lo que necesiten”, concluye María Piedad, con la serenidad que traen los años después de entregarle tanto a la Universidad. 

    “La huella que deja en la Sección es de afabilidad y amabilidad, su esencia es la disponibilidad de ayudar siempre, sin importar las circunstancias o la cercanía con las personas. Además, la defensa constante por la Secciónde Publicaciones es de admirar, su amor por los libros la ha convertido en una cabeza visible de la dependencia, su imagen representa mucho para nosotros”, asegura Rodrigo Lenis. 

    (FIN/DQH)

    25 de febrero del 2022