Luego de un trabajo de investigación a cargo de la Universidad de Antioquia, la del Norte y la UNAL Medellín, el texto “Erosión costera en el litoral antioqueño - Compilación de resultados” busca un acercamiento integral a esta problemática que afecta al departamento, que cuenta actualmente con 514,8 km de costa en el mar Caribe.

La publicación, financiada por la Gobernación de Antioquia, contó con la participación de más de 50 investigadores. Sus páginas dan cuenta de los datos y hallazgos más significativos, entre los que se encuentra una detallada descripción de las actividades humanas y naturales que promueven la erosión, los problemas sociales del país que motivan el desplazamiento a estas zonas y los intereses políticos de las comunidades.

Resultados: la importancia del diagnóstico en el territorio

Durante los últimos años en la subregión del Urabá se han adelantado diferentes actividades que incrementan la erosión costera, como la tala de vegetación, la extracción de arenas y el mal manejo de las aguas lluvias y residuales. Sin embargo, el ingeniero geólogo y doctor en Geología, Iván Darío Correa, aseguró que “estas no son las únicas razones, pues estamos en una zona geográfica extrema y complicada en la que tenemos procesos tectónicos, hay unos factores provenientes de la naturaleza contra los cuales no podemos hacer nada”.

Bajo esta premisa, Andrés Osorio, profesor del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la UNAL Medellín y director del Grupo de Investigación Oceánicos comentó que “la erosión es un problema para los seres humanos, ya que históricamente los sistemas van a cambiar geológicamente, nosotros somos lo que tenemos que entender esta historia y plantear dinámicas de vida y convivencia más armónicas con estos lugares”.

Además de las acciones del hombre y la naturaleza, otro de los resultados que arrojó la investigación es que los diversos problemas sociales que ha afrontado el país, como el desplazamiento, ha forzado a la ocupación y sobrexplotación de estos ecosistemas. “Los proyectos deberían involucrar a las comunidades asentadas, porque estamos sobre unas geologías muy frágiles, con rocas muy inestables, con costas bajas como playas y desembocaduras de ríos, además cabe recalcar la importancia de un diagnóstico constante, pues la línea de costa es muy cambiante, al igual que sus datos”, explicó Alba Cecilia Bustamante, ingeniera forestal y docente de cátedra de la Universidad de Antioquia.

Otro aspecto importante que recalca el libro es la importancia de realizar un diagnóstico completo, que involucre no solo los temas físicos sino el trabajo conjunto con la comunidad, en todo lo que refiere a cualquier intervención en un territorio marino-costero.

“En nuestro proyecto se han abordado todos los elementos físicos, oceanográficos, climáticos que se conectan con los geomorfológicos, que están sobre un sistema natural donde hay un ecosistema, vegetación marina y esto hace que se configure la situación del lugar”, dijo Andrés Osorio.

Con la visión de entender la naturaleza, no de cambiarla, el proyecto busca desarrollar de manera sustentable la zona costera del Urabá en un marco portuario, turístico y ecológico, por lo que, según varios de los investigadores, es vital elegir de manera democrática la vocación que se quiere para la región.

Aunque el texto deja un panorama bastante completo sobre la situación del litoral del Urabá, para Iván Darío Correa, uno de los retos después de la publicación del libro es mantener los datos actualizados, pues asegura que son cambiantes. “No es muy exagerado creer que todavía no hemos apreciado la magnitud y la velocidad del cambio, es claro que estamos pensando en afrontar los sectores críticos con medidas amigables al ecosistema, pero en 10 años estas acciones serán insuficientes, no vamos a tener la capacidad de reacción ni el dinero para estabilizar las líneas de costa ni en los sectores más críticos si no actuamos pronto”.

Pese a esto, y según los resultados del libro, la ventaja más grande del territorio es que hay terrenos planos donde se puede empezar a pensar en la localización de asentamientos en sectores lo más lejos del mar posible, y allí configurar las nuevas ciudades.

“Cuando vamos al territorio nos damos cuenta que se están adelantado desarrollos urbanísticos impresionantes, el conocimiento sobre el tema se está quedando entre los académicos pues la gente tiene urgencias económicas, por lo que una de las cosas más importantes para la zona debería ser la educación, no la de nosotros, sino la de la gente, y así generar una masa crítica, porque necesitamos de políticas públicas que puedan abordar los ecosistemas”, comentó Alba Cecilia Bustamante, docente de la Universidad de Antioquia.

Una hoja de ruta para el departamento

Como parte de la estrategia de divulgación científica del proyecto, el libro estará disponible próximamente para ser descargado a través de las páginas oficiales de la Facultad de Ingeniería de la UdeA y la Gobernación de Antioquia.

“Nuestro departamento tiene grandes retos frente a la erosión costera, y por esto es muy importante la sinergia que estamos movilizando, pues de esta manera podemos generar conocimiento y capacidades en los municipios y así promover la investigación en una problemática tan importante, siendo esta una de las metas que nos hemos propuesto con la declaratoria de emergencia climática en Antioquia”, aseguró Carlos Ignacio Uribe, secretario de Medio Ambiente de la Gobernación de Antioquia.

“Este libro es muy importante desde el punto de vista de la infraestructura, del ambiente, del turismo, la productividad y de gestión del riesgo porque tenemos unos antecedentes de muchas pérdidas económicas asociadas a esta problemática de la erosión litoral”, concluyó Jaime Enrique Gómez Zapata, director general del Departamento Administrativo para la Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia (DAGRAN).

(FIN/DQH)

4 de febrero del 2022