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Conformado por 17 expertos del departamento, este organismo gestado por la Gobernación de Antioquia, tuvo su octavo encuentro en la UNAL Medellín. En el espacio se discutieron recomendaciones y propuestas relativas a la línea de ecosistemas y sus servicios, como motor de adaptación y mitigación al cambio climático.

  • Para esta sesión, el Comité analizó el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC 2021), con el fin de tener referentes reales sobre esta problemática. Foto: Unimedios.

    Para esta sesión, el Comité analizó el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC 2021), con el fin de tener referentes reales sobre esta problemática. Foto: Unimedios.

  • “Este ejercicio queremos llevarlo a un escenario de política pública, pero que también sea un manifiesto común entre todos los antioqueños, con estrategias desde lo sectorial, territorial e individual”, expresó Carlos Ignacio Uribe. Foto: Unimedios.

    “Este ejercicio queremos llevarlo a un escenario de política pública, pero que también sea un manifiesto común entre todos los antioqueños, con estrategias desde lo sectorial, territorial e individual”, expresó Carlos Ignacio Uribe. Foto: Unimedios.

  • La Bioeconomía surge como una alternativa viable para garantizar el crecimiento económico, el progreso social y la conservación. Foto: Unimedios.

    La Bioeconomía surge como una alternativa viable para garantizar el crecimiento económico, el progreso social y la conservación. Foto: Unimedios.

    “Estamos muy orgullosos de tenerlos en nuestra Sede debatiendo estos temas que son fundamentales y a los que no somos ajenos, por el contrario, realizamos acciones en pro de mejorar nuestras condiciones ambientales, enfocadas en mantenernos como el segundo pulmón verde de la ciudad y convertirnos en el primer campus sostenible de Colombia”, afirmó Juan Carlos Ochoa, director académico de la UNAL Medellín. 

    El encuentro dio inicio con un balance del proyecto de recuperación de áreas degradadas en el Bajo Cauca por parte del secretario de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Antioquia, Carlos Ignacio Uribe, “en esta región nos pusimos la meta de restaurar 10 mil hectáreas de suelos, con un anclaje del nivel nacional y local, con distintas instituciones públicas y privadas trabajando allí, con la siembra de 11 millones de árboles con una inversión total de 148 mil millones de pesos”. 

    Antioquia, entre la diversidad y las alternativas 

    Antioquia tiene una geografía altamente diversa, con una abundante riqueza de especies, ecosistemas y paisajes. Sus límites comprenden diferentes gradientes altitudinales y pisos térmicos, con diversas corrientes de aire según su ubicación con respecto a las cordilleras (Central y Occidental) y a la línea de costa marina. Esto le permite configurar un clima tropical con múltiples zonas de vida, cuyos ecosistemas estratégicos son ejes estructurantes en la gestión del cambio climático.

    Teniendo en cuenta este panorama, el Comité Científico planteó cómo se debería actuar frente a los ecosistemas del departamento: “Proteger y valorar la riqueza hídrica, marino-costera y la biodiversidad utilizando de manera sostenible los recursos naturales de los ecosistemas rurales y urbanos, a través de soluciones multipropósito y basadas en la naturaleza, cambiando la economía extractivista por la bioeconomía, que potencie el desarrollo socioeconómico resiliente, equitativo e incluyente para las comunidades”, dice la Visión planteada para esta línea de trabajo. 

    Con esto como objetivo, los miembros del Comité Científico plantearon ideas y soluciones frente a las actividades que más impactan a los ecosistemas: urbanización y parcelación, plantaciones de plátano y banano, minería, mercado ilegal de madera, cultivos ilícitos y ganadería. 

    Algunas de las acciones propuestas frente a estos temas fueron: 

    • Tener esquemas de monitoreo satelital para medir las áreas productivas a través de los años y así determinar las zonas de deforestación. 
    • Articular al gobierno a las estrategias NAMAS (Acciones Nacionalmente Apropiadas de Mitigación) forestal y de ganadería, generando liderazgos locales que se vinculen a dichas estrategias. 
    • Con la ganadería evitar la expansión del uso de tierra y que la utilicen para captar carbono, pues con una mejora en la calidad de la dieta se reducirían emisiones de efecto invernadero, 
    • Triplicar la producción de sistemas silvopastoriles, corredores de conectividad ecológica y especies que tengan diversas funciones como beneficios económicos. 
    • Realizar políticas públicas respecto al consumo de alimentos derivados de animales, con políticas de educación, y así desarrollar conciencia sobre las dietas. 
    • Utilizar los residuos de procesos ganaderos en la generación de energía y en procesos de economía circular. 
    • Pensar en la justicia climática e identificar todas las poblaciones que nunca se han tenido en cuenta para buscar soluciones, articulando las acciones al tema de resolución de conflictos. 
    • Acciones en dimensiones: financieras, educativas, normativas, y comunicativas, y así revisar los mecanismos jurídicos que den paso a innovar en las políticas públicas. 

    “La gran discusión es cómo hacer para que esto sea operativo, y considero que para poder vincular a un productor a estas dinámicas tiene que haber un mercado que responda a un producto diferencial, así como un sello distintivo, que incorpore estos valores dentro de nuestra agricultura y que premie a quién esté haciendo las cosas como se deben”, aseguró Rolando Barahona Rosales, profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín y miembro del Comité.

    “Creo que nos costará mucho entender cuál debe ser nuestra relación con la tierra y el territorio, porque todos venimos de una educación que nunca habla de eso, en este sentido hay un trabajo muy grande por hacer, pues no nos han preparado para amar al planeta. Me parece fundamental entender que hacemos parte de la tierra y que esta no nos pertenece, por lo que no debemos hablar de beneficios sino de equilibrio y armonía”, señaló Abadio Green, líder del pueblo indígena Gunadule y doctor en Educación. 

    Evaluar a profundidad las condiciones de los ecosistemas del departamento debería ser el primer paso para asegurar su adecuada conservación, como lo aseguró Carlos Fernando Cadavid, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana.

    “Considerar la producción de los bienes y servicios de los ecosistemas en términos de su capacidad de soporte, por lo que hay que hacer un ejercicio más crítico desde el punto de vista climático y es necesario hacer evaluaciones y así definir qué actividades se pueden hacer en términos de conservación, protección y aprovechamiento”. 

    El Comité Científico de Cambio Climático continuará desarrollando iniciativas que contribuyan a mejorar el medio ambiente del departamento, buscando acciones y políticas públicas que garanticen una sostenibilidad a largo plazo, para que con un cambio de gobierno no se pierda esta visión de conservación. 

    (FIN/DQH)

    29 de octubre del 2021