Es egresado del programa de Artes Plásticas de la Facultad de Arquitectura y estuvo a cargo del grupo artístico Salsa UN durante 13 años, plasmando en sus coreografías y presentaciones la pasión y dedicación que desde siempre ha tenido por el baile. 

Los barrios Manrique, Enciso y Los Mangos fueron testigos del despertar artístico de Luis, que desde muy pequeño se levantaba con ganas de bailar, de hacer suyos los ritmos folclóricos que se escuchaban en la casa de sus padres. Siendo el mayor de cuatro hermanos, él no solo danzaba, sino que dibujaba en cualquier superficie que encontraba, las paredes sus primeros lienzos; y su familia, su incondicional público.  

 “Al principio por motivación familiar intenté con el fútbol, pero no era muy habilidoso, entonces buscamos actividades más afines con los talentos que mostraba. Mi primer acercamiento a la danza fue en compañía de una prima en el grupo Yuruparí, en el que bailábamos ritmos folclóricos colombianos, allí desarrollé la técnica necesaria para interpretar, gracias a los profesores que siempre fueron mis grandes motivadores, pues veían en mi capacidades y compromiso, incluso siendo el más pequeño de la clase”, afirma Loaiza González. 

“No solo es bailar por bailar, siempre hay una historia por contar”

Mientras cursaba el bachillerato en el colegio Caracas en el barrio Boston, su interés por la danza crecía a medida que él también lo hacía, participaba en grupos escolares de ritmos populares y de salón, en donde aprendió nuevas maneras de bailar, mostrándolas con pasión en actos cívicos e institucionales. 

“En el grupo del colegio el fuerte era la salsa y el tango, inicialmente me enfoqué en este último ritmo. En otro proceso en el que participé si eran más salseros, por lo que allí pude aprender técnica, y apropiarme corporalmente del ritmo, encontrando que este nuevo aprendizaje me favorecía para los demás bailes, por lo que desde ese momento me enfoqué en estudiar y practicar la salsa”, dice Luis Loaiza.

A medida que se formaba en el baile, alternamente en el colegio participó con gran éxito en múltiples concursos de pintura, por lo que los profesores lo encaminaron a estudiar artes plásticas. “Mi idea principal era estudiar en la Universidad de Antioquia, me presenté cinco veces y no pasé. Luego me enteré que en la UNAL también existía el pregrado, y con un solo intentó logré ser admitido, era como si la Nacho me estuviera esperando, siempre fue mi destino”, explica Loaiza González. 

En la UNAL me siento en mi salsa

A sus 20 años Luis Loaiza caminaba por los pasillos de la Facultad de Arquitectura de la UNAL Medellín, enfocando sus energías en destacarse en la carrera, sobre todo en las técnicas clásicas como la pintura, la escultura y la fotografía. 

“Cuando yo era estudiante, entre los años 2004 y 2010 los grupos culturales casi no figuraban, los procesos eran muy desarticulados. Ya en mis últimos semestres tenía que pagar unas horas de corresponsabilidad con algún proceso que beneficiara a la Universidad, por lo que pasé una propuesta para dar clases de baile, la cual fue aceptada y apoyada por la dirección de Bienestar de mi Facultad, comenta Luis Loaiza. 

Para ese entonces en la Sede existía un grupo de estudiantes salseros enfocados en la producción de música, por lo que Luis entró a apoyar los procesos dancísticos, dando como resultado lo que hoy conocemos como Salsa UN, uno de los proyectos artísticos institucionales con mayor reconocimiento en el país. 

“Empezar como estudiante y llegar donde estoy ha sido muy gratificante” 

Este grupo comenzó con actividades como conversatorios, foros y video conciertos, además de clases para aprender a bailar salsa, “inicialmente fue un proceso muy tímido porque no se pensaba en shows, pero en un evento de Bienestar Universitario nos solicitaron una muestra de baile, la cual fue tan exitosa que se hizo una convocatoria para quienes estaban interesados, logrando tener en ese primer momento 100 personas inscritas en dos grupos, uno enfocado en la proyección y representación y otro de aprendizaje, pero con un objetivo en común: construir cultura desde la academia”, explica Luis Loaiza. 

Salsa UN, de las aulas a los escenarios

A partir de esta experiencia, los grupos culturales en la Sede tomaron más fuerza, haciéndose cada vez más visibles dentro y fuera de la comunidad universitaria, dando pie a lo que es la actividad cultural hoy en día, apoyada y gestada por la Sección Cultura de Bienestar Universitario. 

“Empezamos a preparar coreografías y trabajar la técnica, lo que nos llevó a ser invitados a muchos eventos de ciudad, con un recibimiento muy bonito, lo que era poco usual para los grupos universitarios. Sin embargo, siempre tuve la convicción de que podríamos llegar a cualquier ámbito”, comenta. 

“Siempre tuve la pasión por el baile y de ahí han surgido grandes experiencias como Salsa UN” 

En el 2009, ya graduado como maestro en artes plásticas, Bienestar Universitario lo contrató como director del grupo de Salsa UN, no solo por su liderazgo, sino por ser uno de los pioneros de este ritmo en la Sede. Gracias a este nuevo rol, pudo dedicarse de lleno a la danza, estudiando y perfeccionando más técnicas, metodologías y acrobacias, que pudieran generar una experiencia más completa en el proceso. 

 “La presentación más importante que hemos tenido fue el primer campeonato internacional en Cali, ciudad cuna de este género, y llegar al mismo escenario donde bailan los campeones mundiales fue demasiado satisfactorio, representando muy bien a los grupos universitarios, pues de los 45 participantes nosotros ocupamos el puesto 15, demostrándonos que estábamos bien encaminados”, asegura Loaiza González. 

La presencia de Luis Loaiza en la UNAL Medellín ha fortalecido las expresiones artísticas, dándoles un lugar importante en la formación de profesionales íntegros, pues además de ser uno de los pioneros de la salsa en la Sede, su talento fue de gran apoyo para muchos procesos de intervención de Bienestar Universitario, ya que durante la pandemia lideró virtualmente talleres de plastilina, acuarela, dibujo y creación de monstruos y robots, dirigidos a toda la comunidad. 

“Hay que tener siempre las ganas de meterle la chispa y avivar el amor por la danza”

En fiestas especiales como la Semana Universitaria y la celebración de la navidad, las manos de Luis siempre estaban dispuestas a enseñar y transmitir el amor por el arte, al igual que su compromiso y acompañamiento a los demás grupos artísticos de la Sede en la realización de escenografías y utilería.

Luis Loaiza también es conocido entre los niños de la Escuela UN y los administrativos de la Universidad, pues fue encargado en múltiples ocasiones de dirigir las divertidas clases de baile en las vacaciones recreativas, y de dictar talleres de artes plásticas como forma de liberar estrés entre los empleados. 

A partir de esto, Salsa UN fue consolidándose en los escenarios, como un proceso universitario en medio de los profesionales y semiprofesionales, abriendo la posibilidad de que estos grupos tuvieran su propia categoría en los campeonatos. 

Buscando nuevos caminos artísticos, Luis realizó la profesionalización en danza de la Universidad de Antioquia, y actualmente cursa el pregrado de Diseño de Espacios y Escenarios en la Colegiatura Colombiana, lo que lo llevó a tomar la decisión de dejar su puesto como director de Salsa UN en el semestre anterior. Y aunque ya no esté a cargo del grupo formativo y de proyección, su legado perdurará en quienes continúan entregando amor, pasión y compromiso a la cultura en la UNAL Medellín.

 “A Salsa UN le entregué demasiado amor por la danza y por el proceso creativo, muchos de los chicos que han pasado por mis grupos han tomado esas experiencias y ahora son bailarines profesionales, semiprofesionales o personas que practican el baile como su manera de expresión más afín”, concluye Loaiza González. 

(FIN/DQH)

13 de agosto del 2021