Escudo de la Repblica de Colombia Escudo de la Repblica de Colombia
A- A A+

Investigadores del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín y el Grupo de investigación Oceánicos de la Facultad de Minas han analizado variaciones de manglares y vegetación costera con el objetivo de identificar amenazas hacia el  futuro con base en la respuesta a los cambios del pasado. Los resultados de un compendio de estudios se contaron en detalle durante un evento académico que divulgó la importancia de estos ecosistemas. 

  • Investigadores de la UNAL Medellín han estudiado los manglares desde una perspectiva interdisciplinar. Foto: cortesía Ligia Estela Urrego Giraldo.

    Investigadores de la UNAL Medellín han estudiado los manglares desde una perspectiva interdisciplinar. Foto: cortesía Ligia Estela Urrego Giraldo.

  • En  el Caribe colombiano hay gran variedad de ambientes para los manglares. Foto: cortesía Ligia Estela Urrego Giraldo.

    En el Caribe colombiano hay gran variedad de ambientes para los manglares. Foto: cortesía Ligia Estela Urrego Giraldo.

  • Presentación de la profesora Ligia Estela Urrego Giraldo durante el evento académico Día de los Manglares. Foto: Reproducción.

    Presentación de la profesora Ligia Estela Urrego Giraldo durante el evento académico Día de los Manglares. Foto: Reproducción.

     

    En el Caribe colombiano se presenta gran variedad de ambientes para los manglares. A nivel regional está dada por la distribución y cantidad de la precipitación: desde La Guajira una menor y una estación seca muy prolongada, hasta el Golfo de Urabá, donde no hay déficit de lluvia, como lo expuso la profesora Ligia Estela Urrego Giraldo, profesora del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín.

    Con respecto a los manglares, otro factor importante es el régimen de marea, que es bajo en el Caribe colombiano (alrededor de 40 cm), y los niveles del mar, que han ido aumentando en los últimos 50 años y ante el cual la dinámica de los sedimentos de los ríos es clave para hacer “contrapeso”.

    Las secciones de sedimentos necesitan un ambiente reductor para que se acumule la  materia orgánica y se conserve del polen. Investigadores de la UNAL Medellín han analizado diferentes secciones distribuidas a lo largo del Caribe colombiano incluyendo la isla de San Andrés,  y han  identificado que manglares más viejos datan de hace más 6.000 años, cuando se formaron varias lagunas costeras, según la profesora, quien explicó, al mostrar un diagrama de cambio en la vegetación, que “antes de que éstos se establecieran se expandió vegetación herbácea baja, típica de niveles oscilantes del mar”. 

    Adicionalmente, “se ha podido establecer que los manglares comenzaron a expandirse entre los 3.000 y los 4.000 años antes del presente con la estabilización de los niveles del mar no solo en lagunas del Caribe colombiano”. En los últimos 500 años, añadió, se cuenta con un mayor número de registros. 

    La profesora comentó que a partir de 1850, cuando se terminó la Pequeña Edad de Hielo (PEH), se dieron cambios en los ecosistemas de manglar asociados a una mayor temperatura y mayor precipitación. Sin embargo, durante la PEH en la isla de San Andrés hubo descenso en los manglares asociado también a la actividad antrópica.

    Ahora, con el cambio climático los eventos extremos se han vuelto más intensos y frecuentes, características que ha afectado la resiliencia de los ecosistemas. Ha habido, por lo menos, tres grandes huracanes que han afectado los manglares en Colombia: César, ocurrido en 1996; Lenny, en 1999, y el Beta, en 2005. 

    Otra investigación previa encontró cambios importantes en San Andrés con respecto a la distribución de los manglares por una tormenta tropical muy fuerte que generó un proceso de erosión costera y transformación de las coberturas. 

    Perturbaciones

    Hay, precisamente, alteraciones naturales, pero las antrópicas son importantes, dado que “modifican la estructura de la vegetación y con ello las condiciones de luz, que afecta la distribución y composición de los manglares”, según la docente Urrego Giraldo. 

    Al analizar los cambios se debe tener en cuenta la dominancia de las especies. El mangle negro (Avicenniagerminans) es la más tolerante a la salinidad porque tiene la capacidad de expelerla por las hojas, mientras que el mangle rojo (Rhizophora mangle) es la que soporta mayores niveles de inundación y energía del oleaje gracias a sus raíces aéreas que sostienen los árboles, y por eso  funcionan como barrera de protección. 

    El mangle blanco (Laguncularia racemosa) al igual queel mangle negrotienen raíces especializadas llamadas neumatóforos que funcionan como mecanismos para respirar, pero no aguantan altos niveles de inundación. 

    La vegetación de estos ecosistemas de La Guajira es más baja y presenta menores valores estructurales que los de Urabá y San Andrés, y como se evidencia en análisis multivariados realizados con datos florísticos de manglares de los tres sitios . “En uno donde hay una alta disponibilidad de agua dulce son mucho más diversos como los de borde de Urabá, y específicamente los que limitan con el bosque inundado aluvial. En cambio en La Guajira, con la estación seca prolongada, la diversidad es muy baja y se encuentran bosques dominados por una de las tres especies. O, en las mejores condiciones, las tres”. 

    “Hemos visto patrones muy similares en otras partes que están dominadas por otras especies. En San Andrés hay otros tipos de manglares muy distintos cuyas diferencias en la composición estaban dadas precisamente por el manglar vecino. Eso es un principio de la macroecología que ayuda a entender que, donde se mejoran las condiciones para unos, entran a participar otras especies que toleran inundación”, agregó. 

    Entre los hallazgos recientes del grupo de investigación, se encuentra la respuesta cíclica de los manglares al fenómeno de El Niño y a las sequías. Se identificó, a través del análisis con índices de vegetación y polen fósil, que los manglares de borde toleran sequías de corta duración como las asociadas a este fenómeno, gracias a las raíces profundas, y a la mayor oxigenación y disponibilidad de nutrientes, que generan el descenso en el nivel de inundación. Pero en sequías más prolongadas como las registradas hace más de 2500 años el manglar estuvo dominado por Avicenniay no por Rhizophora. Este cambio de composición florística también se ha observado por efecto de acciones antrópicas que alteran la dinámica de los sedimentos, tales como la desviación del cauce del río Turbo que incrementó la deposición de arenas y generando el reemplazo de Rhizophorapor Avicennia, mas tolerante a tales condiciones. 

    Estos son algunos de los cambios que han documentado investigadores de la UNAL Medellín gracias a estudios realizados en el caribe colombiano, los cuales fueron abordados por la profesora Urrego Giraldo en su ponencia Manglares: características y variabilidades, que desarrolló en el Encuentro Unidos por los manglares, organizado por la Secretaría de Ambiente y Sostenibilidad de la Gobernación de Antioquia.

    La Ordenanza 26 de 2019 indica en el artículo 8 institucionaliza el 26 de julio como el Día Departamental de los Manglares del Golfo de Urabá del Caribe Antioqueño. En un comunicado de la Gobernación de Antioquia se indica que la fecha, además, fue declarada en 2015 por la UNESCO “como celebración internacional dedicada a visibilizar la importancia de este ecosistema y sus problemáticas, y a promover y divulgar acciones para su investigación, conservación y uso sostenible”. 

    (FIN/KGG)

    30 de julio del 2021