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Erradicar los micro y macro machismos de los currículos universitarios en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) es el reto actual de los centros académicos en su búsqueda por brindar espacios de educación igualitarios y libres de discriminación basada en género. 

  • “El liderazgo femenino es un catalizador importantísimo, pero también hay un cambio común, la nueva generación de hombres tiene una sensibilidad distinta, hay posibilidades de explorar las masculinidades diversas, y esto repercute”, Diana López Ochoa. Foto: reproducción.

    “El liderazgo femenino es un catalizador importantísimo, pero también hay un cambio común, la nueva generación de hombres tiene una sensibilidad distinta, hay posibilidades de explorar las masculinidades diversas, y esto repercute”, Diana López Ochoa. Foto: reproducción.

  • Proantioquia cuenta con un programa para la formación de maestros con enfoques diferenciales en temas de inclusión y diversidad. Foto: reproducción.

    Proantioquia cuenta con un programa para la formación de maestros con enfoques diferenciales en temas de inclusión y diversidad. Foto: reproducción.

  • En la educación básica y media está la mayor deserción escolar de las mujeres, pero también la oportunidad para que puedan vincularse en un futuro a áreas STEM. Foto: Unimedios.

    En la educación básica y media está la mayor deserción escolar de las mujeres, pero también la oportunidad para que puedan vincularse en un futuro a áreas STEM. Foto: Unimedios.

    Este tema fue el eje central del conversatorio organizado por la Facultad de Minas de la UNAL Medellín y el Centro de Pensamiento para el Fortalecimiento del Liderazgo y Empoderamiento de la Mujer Colombiana en STEM, el cuál contó con la participación de docentes y directivos de diversas áreas de la ingeniería. 

    “En pedagogía y en los currículos se evidencian prácticas ocultas que siguen reproduciendo inequidades de todo tipo, reflejadas en un conjunto de normas, expectativas, creencias, valores, mitos, discursos, conceptos, prácticas y relaciones de poder que se instalan de forma inconsciente en las estructuras y funcionamiento de las instituciones y que refuerzan la discriminación femenina de manera permanente”, aseguró Verónica Botero, decana de la Facultad de Minas y moderadora del conversatorio. 

    Cambios a través del tiempo: ingeniería con enfoque de género 

    El currículo, entendido como la carta de navegación de las estrategias educativas no se refiere únicamente a la forma en la que se ordenan las asignaturas, sino a cómo se evalúan las competencias y habilidades, pero también qué metodologías las definen. 

    “Estudié ingeniería mecánica en la UNAL Bogotá hace 30 años, y de los 120 graduados de mi promoción, solo había seis mujeres. Además, las formas de evaluación eran muy estandarizadas, no había tanta libertad académica pues existía un estatuto estudiantil complejo, con una relación jerárquica y distante con los profesores. En la actualidad cambiaron muchas cosas, ahora hay mayor flexibilidad, casi que cada estudiante puede decidir cuál es la ruta curricular que quiere pues el porcentaje de asignaturas libres es amplio y formativamente muy variado”, comentó María Alejandra Guzmán Pardo, decana de la Facultad de Ingeniería de la UNAL Bogotá. 

    En la misma línea, Juan Felipe Aramburo, coordinador de formación educativa de la Fundación Proantioquia y egresado del pregrado de Ingeniería Civil de la UNAL Medellín, asegura que “me gradué hace 20 años, y no había una lógica de equidad de género, teníamos un sistema que excluía a las mujeres y personas sexualmente diversas dentro de la práctica de ingeniería, con una colección de ejemplos, prácticas y procesos instalados que planteaban un perfil de ingeniero recio, masculinizado, limitando la posibilidad práctica de estas, porque no era pertinente que estuvieran en una obra con puros hombres, nos decían algunos docentes”. 

    De manera intencionada o por desconocimiento de algunos profesores, el tema de las diversidades sexuales o las capacidades de las mujeres en algunas ramas de la ingeniería ha sido motivo de chistes y burlas dentro del aula de clase, especialmente en contextos de facultades muy masculinizadas. 

    “El concepto de ingeniería es una construcción colectiva, con procesos históricos que determinaron lo que nosotros entendemos por esta ciencia, y ha tenido gran influencia del género, por eso tiene la cosmovisión de las personas que construyeron el concepto. Las preocupaciones, las habilidades y perspectivas de vida de las mujeres no fueron tenidas en cuenta sino hasta hace muy poco”, señaló Diana López Ochoa, directora del Instituto de Educación en Ingeniería de la UNAL Medellín 

    Aunque el cambio ha sido lento y paulatino, “las transformaciones curriculares son más flexibles, con más diversidad en tomar habilidades blandas, con un fomento en aprendizaje de segunda lengua, sin embargo, no hay nada de perspectiva de género, estamos es orientando a resolver problemas reales con creatividad y la capacidad de desenvolverse en el medio, no con cambios de raíz desde la academia”, aseguró Liliana Bustamante Goez, docente del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Antioquia.

    Dirección femenina en las facultades, ¿cambia el panorama? 

    Con la llegada de mujeres a cargos de liderazgo administrativo dentro de las facultades de ingeniería, como el caso de Verónica Botero, primera mujer decana de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín y de María Alejandra Guzmán Pardo, tercera decana de la Facultad de Ingeniería de la UNAL Bogotá, las mujeres de la comunidad universitaria encuentran un respaldo y ejemplo de su importancia en la ciencia colombiana. 

    “Esta representación femenina actual es una oportunidad especial y única que debemos aprovechar para mover y liderar el tema de género en nuestras facultades. Es fundamental que una mujer esté a la cabeza para que fluya de manera más natural, porque la resistencia sobre estos temas es grande, incluso en profesoras”, comentó la decana Guzmán Pardo. 

    La universidad, como centro que permite la interacción con discursos similares o diferentes al propio tiene un compromiso directo con propiciar la representación femenina, como lo explicó Juan Felipe Aramburo:

    “Parte de lo que debe permitir la universidad pública es el reconocimiento de que la forma en la que nos educaron, los chistes de los cuales nos reíamos y la exclusión sistemática no es normal y debemos tener posiciones claras frente al asunto. El panorama se va a resolver cuando el compromiso ético de los programas implique que los docentes entiendan que los enfoques diferenciales son parte constitutiva de lo que ellos en calidad de maestros están enseñando, porque están trabajando con ciudadanos, no son temas opcionales”. 

    Experiencias y buenas prácticas: la paridad es posible

    En el espacio de discusión, los invitados recogieron algunas ideas y experiencias que encaminarían a la Universidad a una transformación pedagógica y con conciencia de género: 

    • Trabajar desde la infancia temprana con programas enfocados en que las niñas tengan de referentes a mujeres científicas e ingenieras con carreras exitosas y que sirvan como ejemplo claro del alcance de la educación. 
    • Programas de mentoras que guíen los procesos de las mujeres que ingresan a carreras STEM.
    • Trabajo en conjunto de las ingenierías con áreas de las ciencias sociales que vayan más allá de recolectar datos, exploren los contenidos de los cursos y evalúen la pertinencia de proyectos de extensión con enfoques de género.
    • Crear y promover becas condicionadas y dirigidas para mujeres en áreas STEM. 
    • Modelos aula taller que permitan un proceso de aprendizaje con material concreto, experiencial y de contacto con el otro. 
    • Cursos de formación en género a profesores universitarios para que empiecen a modificar estás prácticas negativas de sus currículos. 

    En estas buenas prácticas, el papel de los mismos estudiantes es fundamental para la transformación no solo curricular sino cultural que necesita el mundo frente al tema. 

    “Tenemos que cambiar los imaginarios aquí donde estamos formando a los jóvenes, por lo que yo invitaría a los y las estudiantes a que participen en esta construcción curricular, porque solamente con ellos podemos develar patrones, comportamientos, juicios y mitos y hacerlos públicos y consientes para poder derrumbarlos”, concluyó la decana Verónica Botero. 

    Para conocer más reflexiones sobre el tema puede ver el conversatorio completo a en el canal de Youtube de la Facultad de Minas y en el  enlace: https://www.youtube.com/watch?v=lHWRGnicbxg&t=6263s&ab_channel=FacultaddeMinasUNAL

    (FIN/DQH)

    28 de julio del 2021