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Durante las recientes manifestaciones en Colombia diferentes artistas han alzado sus voces, expuesto sus cuerpos, usado sus instrumentos y pinceles a favor de la protesta social, llenando de significado y estética las marchas en todo el territorio nacional. 

  • El voguing y el drag al ser expresiones artísticas de resistencia han acompañado históricamente las manifestaciones sociales en busca de los derechos LGBTI. Foto: cortesía @Toloposungo

    El voguing y el drag al ser expresiones artísticas de resistencia han acompañado históricamente las manifestaciones sociales en busca de los derechos LGBTI. Foto: cortesía @Toloposungo

  • “Lo que sucede con los artistas performers o muralistas, rompe el mito que se reproduce por las cabezas del gobierno que aseguran que toda esta multitud es homogénea y manipulable”, Fernando Escobar. Foto: Pixabay

    “Lo que sucede con los artistas performers o muralistas, rompe el mito que se reproduce por las cabezas del gobierno que aseguran que toda esta multitud es homogénea y manipulable”, Fernando Escobar. Foto: Pixabay

  • Otra muestra artística que se hizo viral durante el Paro Nacional fue el concierto organizado por la directora de orquestas Susana Boreal, que convocó a más de 150 músicos en el Parque de los Deseos. Foto: tomada de @SusanaBoreal

    Otra muestra artística que se hizo viral durante el Paro Nacional fue el concierto organizado por la directora de orquestas Susana Boreal, que convocó a más de 150 músicos en el Parque de los Deseos. Foto: tomada de @SusanaBoreal

    La presencia de estas expresiones artísticas no es gratuita, pues miembros del sector cultural del país han estado durante años a la espera de mejores condiciones de trabajo, que garanticen y posicionen al arte como una herramienta de transformación social. 

    “Los movimientos sociales no necesitan hacerse visibles gracias al arte, mucho menos necesitan ser estetizados por los artistas, pero cuando el abuso y la desigualdad los toca a ellos también, las protestas se ven llenas de sus expresiones, que han jugado un papel clave en el acompañamiento de las marchas. Estas no hacen más visible lo que ya es visible, sino que es la manera de hacer propias y públicas sus luchas”, asegura Natalia Restrepo Restrepo, docente y directora de la Escuela de Artes de la UNAL Medellín.

    Con la diversidad de artistas, sus pensamientos e ideologías políticas también se reflejan en las diferentes prácticas  que se toman las calles en forma de música, danza, teatro, performance y artes plásticas, pero con un lenguaje de protesta en común. 

    Voguing y drag: el cuerpo como lienzo y escenario 

    Con la participación del sector cultural, algunas marchas se han convertido en espacios seguros para la presencia de poblaciones socialmente marginadas cuyas expresiones artísticas han sido protagonistas mediáticas durante las jornadas de manifestación. 

    Una de estas prácticas ha sido el voguing, estilo de baile nacido en New York en los años 80s, de la mano de la población LGBTI negra y latina, que veían en los ballrooms -sus espacios de encuentro- la única posibilidad de vivir la vida que la sociedad les negaba. Este ritmo se caracteriza por sus movimientos precisos y pasos arriesgados que imitan las poses de las modelos de la revista Vogue. 

    En el caso de Colombia, durante las manifestaciones el voguing ha sido usado como respuesta ante las intervenciones violentas por parte del ESMAD, como lo asegura Daniel Pineda Daza, bailarín, performer y miembro de la House of Tupamaras, uno de los colectivos pioneros de este baile en el país. 

    “Llevar el voguing y el mariconeo como una respuesta contestataria al abuso policial, es una forma de dejar desarmados a los policías. Ver un cuerpo danzante, ver un cuerpo mariconeando derrumba la violencia porque ponemos el cuerpo político, el sexualizado y el de las prostitutas en tiempo de crisis para visibilizarnos y decir que aquí estamos y nos quedamos”. 

    Actualmente Pineda Daza dirige el colectivo Toloposungo, el cual se ha manifestado por medio de esta danza en distintas movilizaciones y que surgió como respuesta a la violencia histórica y sistemática por parte de la policía a las trabajadoras sexuales del barrio Santafé en Bogotá.

    “Mi baile se ha visto fortalecido por la protesta social porque el cuerpo es un arma política y se refleja al ponerlo a danzar al servicio de la manifestación. Es muy hermoso que la gente te acoja y empiece a replicar tu arte y pensamiento”, dice Daniel Pineda Daza. 

    Por su parte, en ciudades como Medellín y Cali, diferentes artistas drag queen también han decidido salir “trepadas” a las manifestaciones. Con tacones, pelucas y pancartas han expuesto sus cuerpos maquillados con el fin de que sus luchas también sean escuchadas. 

    “Salimos inicialmente a protestar por el trabajo pues como drags nos hemos visto afectados con toda la situación de la pandemia. Luego se nos unieron personas trans y trabajadoras sexuales, por lo que con nuestras arengas apoyábamos y dignificábamos sus vidas y trabajos. Por otro lado, con las fotografías que nos tomaron marchando se generó un eco a nivel mundial que nos viralizó, pero con un reflejo de empatía, respeto y de unión por la causa de defendernos y pronunciarnos como colombianos”, comenta Myth Drag Queen, activista de Medellín. 

    En Cali, una de las ciudades con mayor movilización social, diversos artistas han estado acompañando las jornadas, motivados no solo por el Paro Nacional sino por la reciente reducción del 30% en el presupuesto destinado para estímulos de arte y cultura por parte de la alcaldía. 

    “La participación del sector artístico de Cali ha sido muy alta, con conciertos por parte de las escuelas de música en Loma de la Dignidad, además artistas plásticos han transformado los CAI en bibliotecas comunitarias, tratando de borrar y cambiar la imagen violenta de la institución fomentando la cultura y la educación”, asegura Gonzalo Andrés Basto, artista escénico caleño.

    Gonzalo Basto también encarna a Byagra Atómica, drag queen perteneciente al Movimiento Drag Cali, colectivo qué ha convocado marchas y plantones con distintos miembros de la población LGBTI en medio del Paro Nacional. “Desde que empezaron las manifestaciones no he dejado de decir algo en medio de mis shows, no puedo salir simplemente a hacer reír, no sería consecuente con la esencia del drag y del arte mismo: conflictuarte y hacerte pensar algo”. 

    “Estas expresiones, mediadas por la virtualización, actualizan y entienden una serie de recursos y tácticas como el arte y la política, haciendo una aparición temporal y estratégica que convoca significados y sentidos más actuales y afectivos para la gente, con una alta capacidad de transmisión porque están mediadas por el cuerpo, que es lo que finalmente todos compartimos”, dice Fernando Escobar Neira, docente y director del Área Curricular de Artes de la UNAL Medellín. 

    Del muro en la calle al muro de Facebook 

    Los murales y grafitis han sido centro de muchas confrontaciones ideológicas entre quienes apoyan o rechazan el Paro Nacional, llamando la atención de ciudadanos que sin tener alguna intención artística se suman a realizarlos. 

    “El mural urbano, ha venido en creciente desde comienzos de los años 80 hasta hoy, haciendo parte fundamental de ciudades como Medellín y Bogotá. Han pasado de ser estigmatizados y negados a convertirse en una forma legítima de arte y sus practicantes a ganar derechos culturales”, dice Fernando Escobar Neira. 

    Este arte se ha derramado a ambos lados del espectro ideológico, motivando a unos a realizarlos y a otros a cubrirlos. “Lo que me parece interesante son los pintados en las vías de las calles, que solo pueden verse desde cierta altura o con ayuda de dispositivos como drones. Estas son imágenes pensadas para redes sociales, es una operación doble o triple de mediación, comprendiendo que son intervenciones efímeras en el espacio público pero infinitas en la virtualidad, porque la revolución será tuiteada”, asegura el profesor Escobar Neira. 

    Las redes sociales han sido el mejor museo de exposición para las ilustraciones de Mateo Freydell, diseñador y creador de “Popperazos para el alma”, página que ha volcado su contenido gráfico a la exposición y denuncia de las acciones del Paro Nacional en un lenguaje juvenil y con referencias muy populares.

    “En mi experiencia personal, la ilustración ha funcionado como un amplificador para el mensaje que desde mis propias convicciones quiero transmitir. Aunque mi página arrancó con una intención bastante distante del tema social, a medida que la comunidad creció, el impacto social se hizo más notorio, más necesario. Las personas que me seguían comenzaron interactuar conmigo, empezaron a llegar opiniones positivas y negativas, incluso agradecimientos de seguidores que se sentían representados por lo que dibujaba; ahí entendí que esos mensajes, de la mano de una ilustración cómica, satírica y visualmente atractiva, podían llegar más lejos y ser escuchados”. 

    Mientras el paro continúe, las prácticas artísticas en su apoyo también lo harán, “no hay que extrañarse que las marchas estén llenas de estudiantes, artistas y creadores, no porque haya en ellos una ingenua participación en la protesta para hacerla parecer más lúdica, sino porque el abuso del estado también pasa por sus cuerpos, sus voces, sus movimientos, sus cantares, su memoria y su patrimonio cultural”, concluye la docente Natalia Restrepo. 

    (FIN/DQH)

    9 de junio del 2021