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El paro nacional es muestra de que las condiciones de injusticia y los excesos de la fuerza pública son situaciones ante las cuales cada vez es más difícil callar en Colombia, un país que ahora tiene más consciencia social, aquella que busca visibilizar y propender por la garantía de los derechos, según la profesora Mary Luz Alzate Zuluaga, del Departamento de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Medellín.

Para ella, la protesta es una manifestación del descontento social ante condiciones de desigualdad socioeconómica y falta de oportunidades para jóvenes, pero también una opción para la reflexión pública y el afrontamiento colectivo de los problemas invisibilizados.  

 

  • Con música y otras expresiones culturales los manifestantes han mostrado el descontento. Foto: tomada de bit.ly/3b6SO0o

    Con música y otras expresiones culturales los manifestantes han mostrado el descontento. Foto: tomada de bit.ly/3b6SO0o

  • En varias zonas del país marchantes se han movilizado como producto de la indignación por la situación del país. Foto: tomada de bit.ly/2PXUNNc

    En varias zonas del país marchantes se han movilizado como producto de la indignación por la situación del país. Foto: tomada de bit.ly/2PXUNNc

  • Mary Luz Alzate Zuluaga, profesora del Departamento de Ciencia Política. Foto: Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

    Mary Luz Alzate Zuluaga, profesora del Departamento de Ciencia Política. Foto: Facultad de Ciencias Humanas y Económicas.

    Indignación. No hay otra palabra para explicar el sentimiento de miles de marchantes que se han manifestado en las diferentes ciudades de Colombia para expresar el descontento con las reformas propuestas por el gobierno actual y las políticas de Estado, según la profesora Alzate.

    La docente, socióloga y doctora en Ciencias Políticas, recuerda que el detonante del actual paro nacional que vive el país fue el anuncio de la reforma tributaria propuesta en el contexto de “una situación económica complicada para la mayoría de la población”. 

    ¿Por qué si ya se retiró el proyecto de ley continúan las marchas? Para la profesora, la indignación no es una sola: “Primero, por la incredulidad que ya les genera las respuestas del gobierno para apagar el fuego del movimiento social actual. En segundo lugar, la gente que está marchando, que son mayoritariamente jóvenes, tiene muchos otros motivos para protestar colectivamente. Cuando la gente sale a la calle es porque hay un acumulado enorme de inconformidad, acompañado de un sentimiento de injusticia, de lo contrario no lo haría por más que algún político convocara a manifestarse”. 

    Algo que la ciencia política ha estudiado desde teorías conductistas consideradas obsoletas, según la académica, es continuar analizando la acción colectiva como una mera expresión de una “turba, o unos ´vándalos’, como si por contagio las personas salieran a las calles a manifestarse, y eso está totalmente mandado a recoger, dado que es un argumento utilizado para deslegitimizar las expresiones de descontento ciudadano, sin detenerse a reflexionar acerca de todas las circunstancias que motivan la movilización social”,  expone. 

    La reforma a la salud es uno de los ejemplos de esas otras motivaciones de las protestas, y de un tema acerca del cual no se ha divulgado públicamente, pero más allá de eso, hay rechazo por la total desconexión de gobernantes locales y del orden nacional de una realidad social y económica “precarizada”. Dice que la pandemia para un país como Colombia, no solo ha significado el temor a una enfermedad o a la muerte de seres queridos, sino que ha implicado la pauperización e informalidad, que son otros alicientes que han llevado a universidades y gremios a proponer la renta básica universal.

    “Quienes están en las calles y a los que se les dice vándalos son gente que ha estado arañando el día a día para sobrevivir”, agrega la docente. La desconexión a la que se refiere no solo está relacionada con el gobierno sino también con medios de comunicación, los cuales en varias ocasiones manipulan las noticias aun en un momento en el que, afirma, es difícil mentirle a la población, teniendo en cuenta la democratización de la información a través de las redes sociales y la virtualidad en general. 

    Más consciencia social

     Varios estudios que ha realizado muestran una curva creciente de movilizaciones desde la década del 90, tanto en cantidad como en tipo de protestas. Las del 2018, como las de ahora, fueron motivadas principalmente por asuntos económicos. “La situación de precarización y el momento que estamos viviendo hoy ya estaba ahí antes de pandemia”, expone.

    Lo que vislumbra el panorama es que hay más conciencia social, de acuerdo con la profesora Alzate Zuluaga. Además de reprobación del cinismo y la indiferencia ante el “rebasamiento”, el cual también se expresa en la lentitud en el Plan Nacional de Vacunación contra la covid-19, por ejemplo, o en el intento permanente de negar que hay Acuerdo de Paz y que de él se desprenden ciertas políticas e instituciones que según la académica habría que fortalecer y apoyar institucionalmente como la Jurisdicción Especial de Paz (JEP).

    En Colombia, lamenta, “todos los días la gente se está despertando con una indignación nueva”. Una de las más recientes ha sido la muerte de manifestantes tras la violencia policial, como le sucedió a Lucas Villa, el joven pereirano que protestaba contra la violencia de manera pacífica cantando y bailando, y que se ha convertido en símbolo de las protestas. 

    Con hechos así “¿cuándo se va a calmar esto? si todos los días aparece una nueva motivación o cuando el gobierno quiere sentarse (a dialogar) pero con partidos políticos en lugar de (hacerlo con) la gente del común,  demostrando intransigencia y una sensación de que están rebasados por la situación”, expone. 

    Cabida para la esperanza

    La presión internacional pidiéndole al Gobierno que gestione la situación para cesar la violencia es, además de una muestra de apoyo, un indicio de esperanza, pero lo es también la movilización misma, cree la profesora. 

    SOS Colombia fue el mensaje más comentado durante una transmisión en vivo que realizó Naciones Unidas. Usuarios de las redes sociales promulgaron ejecutar la acción de denuncia que tuvo gran eco. De esa y otras maneras los jóvenes han enviado mensajes para visibilizar la situación actual de Colombia. 

    “No habría esperanza si continuáramos indiferentes. Sí la hay mientras la gente siga, con sus propios medios, mostrándole al resto del mundo lo que ocurre y que ya no trague entero. Está en la manifestación pacífica. Siempre va a ser más saludable para la democracia de un país si la gente se expresa públicamente ejerciendo su derecho a la protesta”, asegura la docente. 

    Como sociedad cree que nos debemos sentir mejor por esas expresiones públicas, uno de los principales pasos para continuar la reflexión y la construcción colectiva frente a cada uno de los problemas visibilizados por los ciudadanos.

    (FIN/KGG)

    14 de mayo del 2021