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La Cátedra Universociedad, es una iniciativa de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Comfama y ANDI Antioquia, que está dirigida a los empresarios, en un esfuerzo por impulsar la divulgación de conocimiento que contribuya a fortalecer el liderazgo en las empresas para abrir nuevos horizontes y a aprovechar oportunidades. En lo corrido de este año se han hecho ya tres sesiones: “Mujer y sociedad” acerca de la importancia de abrir los espacios para el gran potencial de aporte de las mujeres en la empresa y en la sociedad, “Convergencia tecnológica” para generar soluciones de alto impacto, y “Agrotecnología” sobre el papel que están jugando diferentes tecnologías en el desarrollo del campo, que se reseña en este artículo.

  • En la tercera sesión de la Cátedra Universociedad 2021 se abordó el tema "Agrotecnología". Foto: reproducción.

    En la tercera sesión de la Cátedra Universociedad 2021 se abordó el tema "Agrotecnología". Foto: reproducción.

  • Según los expertos, el desarrollo humano, la sostenibilidad y la innovación son la clave de la tecnología para el desarrollo agrícola. Foto: Unimedios.

    Según los expertos, el desarrollo humano, la sostenibilidad y la innovación son la clave de la tecnología para el desarrollo agrícola. Foto: Unimedios.

  • Los invitados a esta sesión coinciden  que  la tecnología, lejos de ser un tema mecánico de instrumentos, es fundamentalmente un proceso humano y social. Foto: Pixabay.

    Los invitados a esta sesión coinciden que la tecnología, lejos de ser un tema mecánico de instrumentos, es fundamentalmente un proceso humano y social. Foto: Pixabay.

    Para esta sesión estuvieron como expositores: el profesor de la UNAL Medellín Walter Osorio, ingeniero agrónomo de la Sede, con maestría y doctorado de la Universidad de Hawaii en Agronomía y Ciencias del Suelo y director del Grupo de Investigación en Microbiología del Suelo; María Helena Latorre, directora ejecutiva de la Cámara de la Industria de la Protección de Cultivos de la ANDI, quien es economista y psicóloga; y Jaime Carvajal Molina, responsable de Empleo, Formalización y Emprendimiento de Comfama y coordinador del Capítulo Antioquia de la Coalición Nueva Economía para la Alimentación y el Uso del Suelo. Es economista y magister en Políticas Públicas de la Universidad de Antioquia. 

    • Bio-fertilización y bio-control para una producción limpia

    El profesor Walter Osorio expuso su proyecto de investigación enmarcado en la necesidad de avanzar hacia una agricultura limpia y sostenible mediante la aplicación de los microorganismos como un recurso biológico que abre la perspectiva al avance de la bio-fertilización y el bio-control. El profesor Walter explica el problema de los pesticidas en los siguientes términos: “El uso alto de pesticidas también nos va generando problemas serios de pérdida de diversidad en insectos polinizadores, y las abejas no son los únicos polinizadores. Ya muchos cultivos tienen que ser polinizados a mano porque ya no existen polinizadores naturales. También existen riesgos altos de toxicidad para los las personas que aplican esos insecticidas y hay residualidad de pesticidas en los productos que nosotros consumimos”. 

    Como alternativa se avanza en la investigación y la aplicación y uso de los microorganismos que permite evitar esos efectos problemáticos y lograr una mayor productividad aprovechando un recurso que ya está en el suelo que contiene una altísima diversidad de microorganismos, entre hongos, bacterias y algas. En un gramo de suelo se pueden encontrar hasta mil millones de microorganismos de 4.000 especies diferentes. Explica el Profesor Walter: “Uno de los que más estudiamos en el grupo de investigación son los hongos formadores de micorrizas. La micorriza es una asociación simbiótica entre raíces de las plantas y hongos, que permite que las plantas crezcan mejor, absorban más agua, absorban más nutrientes y que se puedan establecer para que finalmente sean más productivas”.

    En el campo de la bio-fertilización se ha encontrado que la aplicación de los microorganismos a los suelos ayuda a disolver sustancias que nutren a las plantas pero que en la manera como se encuentran no fluyen hacia las raíces. Se encontró en el laboratorio que rocas fosfóricas con superficies homogéneas, al ser tratadas con microorganismos, los ácidos orgánicos de estos corroen esas superficies disolviendo el fósforo en los suelos para poder ser tomado por las raíces. 

    También se utilizan microorganismos para hacer el control biológico de plagas y enfermedades que atacan los cultivos, protegiendo los productos que se van a cosechar. El primer caso que explica el Profesor Walter es el del hongo Colletotrichumque causa una enfermedad de las plantas llamada Antracnosis. Ataca los cultivos de banano y causa efectos dañinos en el aguacate y el mango. La investigación ha permitido identificar unas bacterias que son antagonistas de este hongo, es decir, que impiden su desarrollo, que se denominan Bacillus Subtilisy Bacillus Amyloliquefasciens. Y se descubrió otro hongo que también es antagonista del que produce la enfermedad de la Antracnosis, que es el Trichoderma. Al aplicar estos tres organismos combinados se logra un control de esta enfermedad. 

    • Sistemas de acompañamiento integral para aumentar la productividad

    María Helena Latorre de Procultivos de la ANDI, empieza señalando la importancia de atender unas brechas claves para construir una cultura de la competitividad y para aumentar el crecimiento anual y la productividad por hectárea de los productos que hoy le dan presencia al país en el mercado internacional. “Estamos hablando del 71% y son los cultivos de: flores, banano, café, y azúcar”. Y dentro de ese marco de la producción, señala cinco brechas estructurales que afectan la competitividad del país en materia agrícola:

    • Los bajos rendimientos en materia de productividad.
    • Costos altos de la mano de obra.
    • Mala calidad de la infraestructura de transporte.
    • Tenencia insegura de la tierra y el tamaño de la unidad agrícola familiar.
    • Baja inversión en investigación agrícola.

    Y para abordar el tratamiento de esas brechas María Helena Latorre propone cambiar la mirada y aprender a encontrar las claves para nuevos caminos y alternativas. Y para lograrlo propone: Aumentar la productividad en cuanto a la cantidad de productos por hectárea, apostar a productos con un gran potencial de demanda en los mercados internacionales, e introducir un manejo agronómico disruptivo con nuevos procesos y nuevas relaciones entre los actores. 

    Sobre las oportunidades y posibilidades de aumentar los volúmenes de producto por hectárea, María Helena presenta un panorama comparativo con otros países en estos términos: “En el tema de productividades y rendimientos, en los cereales, por ejemplo, Colombia tiene una oportunidad de mejora muy grande en el sentido de que casi todos los países están hablando hasta de 78 toneladas por hectárea año en producción y en Colombia estamos hasta ahora en 55 toneladas por hectárea año. Es decir, que podemos lograr que los agricultores puedan producir en una hectárea más volúmenes, más fruto para poder vender más cantidad”. Y esto mismo vale para otros productos.

    El siguiente punto para avanzar en el panorama es la oportunidad que representa estar en un entorno de una gran riqueza en biodiversidad para apostarle a nuevos cultivos. Procultivos contrató un estudio en este sentido que arrojó una priorización de productos por su atractivo comercial en el mercado internacional: palma africana, cacao, aguacate, piña, mango y caucho. 

    Pero este cuadro de mejoramiento necesita de estrategias integrales para la calidad de la producción. Y esto comprende dos caminos. Uno es CuidAgro que se dedica a las tecnologías de protección de defensa de los cultivos de plagas, enfermedades y malezas, y al manejo de paquetes tecnológicos con buenas prácticas agrícolas. El otro es Mentes Fértiles que aplica tecnologías para desarrollar una fertilización inteligente de los cultivos, dentro de estándares y metodologías internacionales que permiten hoy estar en los mercados de 50 países. 

    Otro paso adelante es la experiencia denominada Manejo Agronómico Disruptivo, que es un esquema integral de intervención para llegar a los pequeños agricultores, que representan el 81% de todas las Unidades Productivas Agrícolas, buscando el aumento de la productividad y de la calidad, de acuerdo a estándares certificados nacional e internacionalmente para cuidar la salud y el medio ambiente. 

    • Sostenibilidad para la producción y el consumo de alimentos

    Jaime Carvajal Molina desde el capítulo Antioquia de la Coalición Nueva Economía para la Alimentación y el Uso del Suelo, plantea que tiene como propósito la transformación de los sistemas de producción y consumo de alimentos de tal manera que contribuyan a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y los Acuerdos de París sobre el calentamiento global y la huella de carbono. La Misión de la Coalición se resume en cuatro puntos:

    • Proteger y restaurar los recursos naturales y ecosistemas.
    • Construir una economía rural más resiliente y próspera (productores y familias).
    • Cambiar los sistemas de alimentación y uso del suelo para transformarlos en sumideros netos de carbono.
    • Buscar una manera más saludable y con menos desperdicios para alimentar a más de nueve mil millones de personas para el 2030.

    Desde un diálogo permanente entre actores públicos, privados y de la sociedad civil, se ha formulado una Hoja de Ruta que consta de cuatro pilares estratégicos: territorios y sistemas acuáticos productivos y sostenibles; mercados y emprendimientos conscientes y con propósito; comida sana y saludable con menos pérdida y desperdicio de alimentos; Innovación, ciencia, tecnología y educación.

    Y estos pilares estratégicos están soportados en unos pilares transversales a los procesos que son: comunicación y cambio de comportamientos, gobernanza, seguimiento y monitoreo, y financiación innovadora.

    Avanzar en esta Hoja de Ruta exige enfrentar y darle manejo a las condiciones que tiene Antioquia, que plantean grados de dificultad para alcanzar los propósitos que busca la Coalición. Las condiciones que se han identificado en este sentido son: concentración de los programas educativos en el Valle de Aburrá, baja apropiación tecnológica en el Departamento para las prácticas tecnológicas, y poca investigación asociada a temas regenerativos.

    También se parte de la consideración de que cualquier apropiación de una nueva tecnología está mediada por el grado de educación o capacitación de la población, que en algunos casos es hasta de analfabetismo. Otra reflexión importante es que las técnicas tradicionales campesinas, que han resuelto problemas a través del tiempo son un patrimonio inmaterial que es susceptible de ser incorporado. Pero también transformar prácticas nocivas para el medio ambiente como es la tala permanente de bosque como única alternativa al aumento de la rentabilidad. 

    El profesor Walter Osorio desde la UNAL, María Helena Latorre desde la Cámara Procultivos de la ANDI y Jaime Carvajal desde la Coalición Nueva Economía para la Alimentación y el Uso del Suelo, comparten una mirada en la que se destaca que la tecnología, lejos de ser un tema mecánico de instrumentos, es fundamentalmente un proceso humano y social, que comprende capacidades y competencias de las personas, la investigación y producción rigurosa de conocimiento, la articulación de los actores públicos, privados, sociales y académicos en un tejido social sólido y dinámico que crea unas condiciones que arrojan resultados, y sobre todo, que está animado por la inspiración de que un mundo mejor para todos es una posibilidad al alcance.

    (FIN/FCV)

    29 de abril del 2021