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Resulta válido generar la reflexión desde la academia, el quehacer científico y la planeación de las salidas de campo, en las que las investigadoras por lo general están acompañadas de hombres, pues continúan siendo minoría. Algunas se enfrentan a situaciones incómodas, por lo que reafirmar el ciclo menstrual como algo natural es una tarea en la que se debe trabajar ambos géneros.

  • El fluido menstrual contiene lípidos y parte del endometrio. Foto: tomada de bit.ly/38T8yTL

    El fluido menstrual contiene lípidos y parte del endometrio. Foto: tomada de bit.ly/38T8yTL

  • Por lo general las investigadoras en campo son menos que los hombres que participan en las mismas actividades. Foto: cortesía Mariana Gutiérrez Múnera.

    Por lo general las investigadoras en campo son menos que los hombres que participan en las mismas actividades. Foto: cortesía Mariana Gutiérrez Múnera.

  • Los cólicos o las alteraciones anímicas durante la menstruación pueden ser incómodas para algunas investigadoras en campo. Foto: cortesía Mariana Gutiérrez Múnera.

    Los cólicos o las alteraciones anímicas durante la menstruación pueden ser incómodas para algunas investigadoras en campo. Foto: cortesía Mariana Gutiérrez Múnera.

  • La copa ha tenido gran acogida, pero hay quienes consideran que sigue siendo un método engorroso en campo. Foto: tomada de bit.ly/3bWxGe1

    La copa ha tenido gran acogida, pero hay quienes consideran que sigue siendo un método engorroso en campo. Foto: tomada de bit.ly/3bWxGe1

     

    Durante varios años el área de estudio de Lina María Gómez Echavarría ha sido el modelamiento de procesos. Conoce con experticia, por ejemplo, cómo se seca el café, cómo funciona una hidroeléctrica, el desgaste de las ruedas del metro o un motor de combustión interna. Todo esto lo ha llevado a ecuaciones diferenciales.

    Para ella había sido emocionante representar “lo físico” en lo intangible, pero hubo, sin embargo, un proceso del que no conocía mucho: su propio ciclo menstrual. Se sorprendió, se hizo consciente de ello y comenzó a estudiarlo desde hace tres años a partir de la ingeniería de procesos.

    Y es que el cuerpo está lleno de ellos, en los que se transforma la materia y la energía, cree Lina, ingeniera mecánica, magíster en Materiales y Procesos, doctora en Ingeniería de Sistemas de Control y profesora del Departamento de Procesos y Energía de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín.

    El ciclo menstrual, desde la perspectiva del modelamiento matemático, se ha investigado poco porque “a nivel de mediciones, muy invasivas”, cuenta. No lo son los estudios que realiza, con los cuales ha podido comprenderlo mejor, y no solo ella. En los análisis ha trabajado tanto con mujeres como con hombres estudiantes de maestría y doctorado. Recientemente terminaron un artículo sobre la modelación del endometrio, producto científico que esperan someter pronto a revisión a la revista Journal of Theoretical Biology.

    A grandes rasgos, explica que la ingeniería permite generar tecnología a través de la transformación de materia, energía e informaciónpara originar un producto útil, proceso del cual quedan desechos. “En el ciclo menstrual ocurren los tres fenómenos”, dice.

    En el cuerpo humano hay dos sistemas encargados transmitir la información: el nervioso y el endocrino, de este último hacen parte dos hormonas involucradas en el ciclo menstrual, que son el estrógeno y la progesterona, las cuales están en sus niveles más bajos cuando una mujer menstrúa, y en el pico mayor cuando ovula. Los datos que proporcionan activan varios procesos de transformación de la materia, que en este caso es el endometrio. 

    La energía se representa en el aumento de la temperatura del cuerpo de las mujeres, que gracias a las mediciones, se ha identificado que durante el ciclo menstrual varía entre 0,3 y 0,4°C el día de ovulación “lo cual es muchísimo. Dura elevada hasta que menstruamos y vuelve a bajar”, expone.

    El producto es el sangrado que se desecha por medio de las toallas higiénicas y los tampones que son los que han generado mayor preocupación por la contaminación ambiental que generan, y en ingeniería los residuos también son objeto de gran inquietud, según la docente. 

    ***

    La profesora Lina está de acuerdo con que hay que visibilizar la menstruación incluso desde la ciencia, pues de ello, en general, no se habla: “Si uno se va a cambiar la toalla higiénica la esconde para que nadie la vea. Es como si eso no pasara, aun cuando ocurre todos los meses, es normal, cotidiano y un fenómeno cíclico”.

    Sally Ride fue la primera estadounidense y la tercera mujer en ir al espacio (en 1983), después de las soviéticas Valentina Tereshkova (en 1963) y Svetlana Savitskaja (en 1982). Para el viaje de Ride la NASA debió resolver varias preguntas sobre la menstruación. “Las astronautas decían: no consideremos eso un problema a menos de que se vuelva uno”, le contó a BBC News la ginecóloga espacial Vasha Jain.

    Hay una anécdota del desconocimiento sobre el tema. Lo recuerda Javier Salas, autor de un artículo de prensa publicado en el diario español El País. Se lee en el texto que, al momento de preparación de Ride para el viaje, solo cuatro de 4000 técnicos del Centro Espacial Johnson eran mujeres. Preguntaron ellos si 100 tampones sería la cantidad correcta para seis días, ella respondió que no y, de manera seguida, los ingenieros respondieron que podrían reducirlos a la mitad “sin ningún problema”. 

    En otro artículo de prensa publicado en National Geographic.es Nadia Drake escribe que se imagina los tampones amarrados de sus cordeles, piensa también en si los astronautas hombres se los encontraron en algún momento, “y avergonzados, intentaron alejarse de ellos flotando”.

    Al aterrizar el tema a la investigación científica en campo surge la inquietud de si también esas situaciones les resultan incómodas a las científicas, teniendo en cuenta que en las salidas es común que ellas sean minoría, pues según datos de 2019 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, de 16.796 investigadores en Colombia, solo 6.411 son mujeres.

    Mariana Gutiérrez Múnera, ingeniera forestal, actual estudiante de Maestría en Bosques y Conservación Ambiental de la UNAL Medellín e investigadora de la sucesión vegetal en bosques inundables de la Amazonía, cuenta que vive en secreto su menstruación, que no le gusta que le limite sus actividades y que, por su experiencia y la de sus compañeras, realizar el trabajo en campo a veces se torna dispendioso cuando aparecen los cólicos y los desórdenes anímicos, porque allí cada pequeña labor es ardua y de mucha planificación.

    Ha experimentado por sí misma el tabú que hay en torno a la menstruación. Lo ha notado, por ejemplo, cuando le ha pedido a alguien de la casa campesina donde se hospeda que por favor la lleve al pueblo, y cuando le preguntan qué necesita “le empieza a uno la penita y responde que cosas de chicas. Uno no se siente en la libertad de hablar de eso”.

    Pero hubo otra vez que pidió el mismo favor a un señor: que la llevara a comprar algo a una tienda ubicada a 30 minutos de donde estaban. Él supo inmediatamente lo que necesitaba: “Le dije, lléveme a esa, y dijo no, ahí no hay lo que usted necesita. Cuando regresamos mis compañeros me preguntaron: qué nos trajo. Les contesté que nada, que había comprado algo para mí (risas) y todos se rieron y me respondieron ‘ya sabemos’”. 

    Es por eso que considera que en ciertas ocasiones el ‘misterio’ lo imponen las mujeres, pues los hombres igual se enteran al momento en que ellas deben alejarse unas dos veces al día para cambiarse los productos menstruales. 

    Lo afirma también porque recuerda que alguna vez que habló sobre el ciclo menstrual con miembros de una comunidad indígena, los hombres lo tomaron con normalidad, contrario a lo que sucedió cuando intentó tocarles el tema a las mujeres. Asegura que “se vuelve una bobada, no vale la pena mortificarse por eso”. La menstruación, cree Mariana, hay que recibirla como un regalo.

    Con ella coincide Johanna Martínez Villa, también ingeniera forestal y magíster en Bosques y Conservación Ambiental de la UNAL Medellín y actual estudiante de doctorado en Biología en la Universidad de Québec (en Montreal, Canadá), para quien los hombres investigadores que hacen trabajo de campo toman la menstruación con más naturalidad que aquellos que no laboran en esos ambientes.

    En los sitios en los que se hace investigación de campo no hay baños, por lo que se improvisan letrinas compartidas, y en ese sentido es que cree que los hombres se vuelven “más comprensivos” con respecto al ciclo menstrual de las investigadoras con quienes adelantan los estudios.

     ***

    “Los viajes espaciales son un poco como ir de campamento, y los ingenieros debían planear el número de tampones que sería necesario incluir en la misión”, también le dijo Jain a la BBC. No es asunto solo de la NASA, la investigación científica en campo también requiere de planificaciones, incluso en cuanto a temas relacionados con el ciclo menstrual. 

    No obstante, no es algo que por lo general se tenga muy presente, y así lo reconoce Johanna: “uno reflexiona sobre esto hasta que está en campo. Si por ejemplo llega el periodo en un momento inesperado hay que empezar a improvisar”.

    Si bien como mujeres el ciclo menstrual siempre se tiene presente, sería pertinente comenzar a ponerlo en discusión del quehacer científico en ambientes aislados de las comodidades. De acuerdo con Johanna resultaría interesante que “un coordinador de campo pensara en eso y comprara, por ejemplo, pastillas para (curar) los cólicos o el malestar, porque a muchas mujeres les dan dolores menstruales muy intensos. O incluir en el botiquín, tampones o toallas higiénicas”.

    No se trata de imponerlo como una obligación, sino como una manera de que los investigadores se sensibilicen con un proceso cíclico que no hace a las mujeres incapaces, pero que sí cada vive diferente, y que en la sociedad, a lo largo de los años, se ha impuesto como un tabú que es necesario derribar, una tarea en la que deben trabajar tanto hombres como mujeres.  

    (FIN/KGG)

    6 de abril del 2021