El préstamo de libros a domicilio y el suministro de bibliografía virtual fueron dos de los servicios más destacados. La demanda en los cursos aumentó considerablemente y dado el éxito de los procesos bajo esta modalidad se mantendrían varias de las estrategias aun en el caso del regreso a la presencialidad el próximo semestre. 

Para la División de Bibliotecas de la UNAL Medellín el 2020 fue un año retador dado el aislamiento social obligatorio ante la pandemia por covid-19, según la jefe de la Dependencia, Sonia María Valencia Grajales, quien, sin embargo, destaca la reacción ágil para adaptar los servicios a la virtualidad. 

Por ejemplo, a partir de mayo se inició el préstamo de libros entregados en los domicilios de los usuarios. “Tuvimos más de mil solicitudes y más o menos 1500 devoluciones sin cobrar ningún tipo de multas, entendiendo la virtualidad y que muchos estudiantes viven fuera del área metropolitana”, afirma. 

La División de Bibliotecas de la UNAL Medellín implementó, además, el servicio de bibliografía virtual, una iniciativa para apoyar los cursos impartidos bajo esta modalidad. En ese caso hubo más 436 solicitudes, de las cuales 245 fueron de docentes y 191 de estudiantes de posgrado a quienes se les favoreció en los procesos de realización de tesis. 

Para el momento en que las clases y los procesos dejaron de ser presenciales la División de Bibliotecas de la Sede tuvo una ventaja, según Valencia Grajales: que algunos cursos, desde hacía varios años, ya estaban virtualizados. Unos fueron los de formación y de competencias informacionales, cuyo propósito es instruir en la búsqueda en las bases de datos, cómo hacer referencias bibliográficas o citar de manera adecuada. En esta materia se capacitaron más de 2.500 personas durante el 2020. 

Por otro lado, el Maker Space se ha caracterizado por tener gran acogida, así como las capacitaciones que allí se han ofrecido. Lo que se hizo durante el año anterior fue la virtualización de cursos como Robótica básica o de Presentaciones Innovadoras, método que permitió incluir a más participantes, de acuerdo con Valencia Grajales.

La funcionaria cuenta que, específicamente, el curso de Robótica pasó de tener 50 participantes en la presencialidad a 310 en la virtualidad, el de Presentaciones Innovadoras llegó a los 565 inscritos y el taller de Realidad Aumentada, el último que se hizo, 179.

“Tuvimos una gran capacidad para podernos adaptar a la virtualidad y con resultados maravillosos también en los temas culturales que continuamos ofertando, como lo fueron charlas con escritores, el Concurso de Cuento Corto U.N. en la web o el club de lectura”, asegura. 

Estrategias para el 2021 

Dados los buenos resultados obtenidos el año anterior la División de Bibliotecas de la UNAL Medellín continuará ofertando este año el préstamo de libros entregados de forma gratuita en el área metropolitana. Quienes requieran el servicio, pero estén en fuera de ella, pueden solicitarlo y pagar una tarifa de domicilio que cobra la empresa con la que la Sede adquirió un convenio. 

En 2021 se continuarán ofertando los cursos de competencias informacionales y los servicios tradicionales. Adicionalmente se planea ofrecer uno para aprender a usar el programa Latex, otro de fotogrametría y, de nuevo, el de Presentaciones Innovadoras, debido a la demanda que ha tenido. 

Actualmente la División de Bibliotecas de la Sede tiene listo el protocolo de bioseguridad requerido para el acceso estudiantes de posgrado de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas que requieran consultar material de archivo en la Biblioteca Efe Gómez, lo cual fue permitido por el Consejo de Sede. Quienes necesiten acudir a este espacio deben tramitar el permiso ante la Secretaría de la Sede.

Finalmente, según Valencia Grajales, ya se tiene la planeación de los procesos y “claridad de que, si de pronto hay retorno para el próximo semestre, conservaríamos muchas de las cosas que logramos en la virtualidad”.

Vigilancia estratégica

Otra labor que realiza la División de Bibliotecas de la UNAL Medellín es la vigilancia estratégica, la cual abarca temas que tienen que ver con patentes y normas técnicas, búsqueda de producción científica acerca de temas determinados, alertas de mercado y análisis de patentabilidad. 

El trabajo de las vigilancias estratégicas pasa por varias etapas, según la profesional universitaria de la dependencia, Paola Andrea Restrepo Mazo, quien explica que se inicia con el reconocimiento de un tema específico y se determinan palabras clave o se construyen ecuaciones de búsqueda “para llegar a las fuentes de información y sacarles el mejor provecho”. 

Además, se recopila información de páginas web en general y bases de datos técnicas, tecnológicas, comerciales y científicas, la cual se sistematiza y se presenta de manera gráfica, lo que les permite a los investigadores realizar análisis. En este marco en 2020 se hizo un estudio de viabilidad comercial en el sector de la producción de sal por solicitud de la UNAL Manizales y otro proyecto con el mismo propósito para cementos alternativos por petición de las facultades de Minas y Arquitectura de la Sede Medellín. Cabe resaltar que este tipo de indagación no solamente puede derivar en patentes, sino también en transferencia tecnológica o spin-off.

Mazo Restrepo explica que, en términos generales, el trabajo que se realiza en términos de determinar la viabilidad comercial, “es hacer más entendible una invención a un comité como el de propiedad intelectual, porque los investigadores hablan en términos técnicos, entonces ellos muestran esa parte. Nosotros explicamos qué significa, cómo se puede comercializar, con cuáles características y en qué lugares”. 

Los aportes que realiza el equipo de Vigilancia Tecnológica de la División de Bibliotecas de la UNAL Medellín son a modo de recomendaciones para velar por la calidad de los procesos. 

(FIN/KGG)

10 de marzo del 2021