Escudo de la Repblica de Colombia Escudo de la Repblica de Colombia
A- A A+

Hasta ahora los inmunizantes han demostrado una efectividad mayor al 90%, por lo que la estrategia de vacunación se hace imperiosa, así como desmontar teorías de conspiración, pues los biológicos son seguros y así lo han demostrado análisis científicos. 

  • Con la vacunación se espera un efecto de inmunidad de rebaño. Foto: tomada de Pixabay.com

    Con la vacunación se espera un efecto de inmunidad de rebaño. Foto: tomada de Pixabay.com

  • En Colombia la vacunación contra la covid-19 comenzó el 17 de febrero en Sincelejo. Foto: tomada de bit.ly/3sjyjnm

    En Colombia la vacunación contra la covid-19 comenzó el 17 de febrero en Sincelejo. Foto: tomada de bit.ly/3sjyjnm

  • Juan Pablo Hernández Ortiz, director del Laboratorio Genómico One Health de la Sede. Foto: reproducción

    Juan Pablo Hernández Ortiz, director del Laboratorio Genómico One Health de la Sede. Foto: reproducción

  • Carlos Andrés Agudelo Restrepo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana. Foto: Reproducción.

    Carlos Andrés Agudelo Restrepo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana. Foto: Reproducción.

    Ante la pandemia se ha debido actuar con rapidez para proteger a la población, para lo cual varios laboratorios trabajan en distintas vacunas. Algunas son las producidas por las farmacéuticas Pfizer, Moderna, Sinovac, Janssen, AstraZeneca y Sputnik. De estas la mayoría ha superado las tres fases de desarrollo, otras van en la segunda y continúan en pruebas, pero hasta ahora todas han demostrado ser efectivas.

    ¿Qué se mide para conocer esa efectividad? Los estudios se han enfocado, por lo general, en evaluar el desarrollo de la enfermedad sintomática, según Carlos Andrés Agudelo Restrepo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana.

    La estrategia de vacunación para cada persona, explica, tiene distintas intenciones (denominados desenlaces en epidemiología), las cuales pueden ser varias con respecto a la covid-19. Algunas son: impedir la infección o que esta no sea trasmisible, asimismo, que los casos sean sintomáticos, o bien, de síntomas leves para evitar el colapso del sistema de salud. 

    Como destaca Agudelo Restrepo, publicaciones científicas han reportado un 95% de efectividad de la vacuna Pfizer en covid-19 sintomático, para el cual la eficacia del inmunizante creado por la farmacéutica Moderna es del 94% y para casos severos del 100%. Otros índices importantes son los de AztraZeneca/Oxford que hasta ahora ha demostrado eficacia de 67% para casos sintomáticos, en los mismos que la de Sputnik ha sido efectiva en un 92%. Todos estos biológicos han superado las tres etapas de desarrollo. 

    Hay otros en fase dos: la vacuna de Janssen, que ha logrado efectividad del 66% para prevenir formas sintomáticas de covid-19 según reportes preliminares en Latinoamérica y del 85% para casos graves. La de Sinovac también ha variado: 50% en Brasil y 91% en Turquía. 

    Los ensayos para evaluar efectividad se hacen en personas con enfermedad sintomática, las cuales son separadas en dos grupos: uno al que se le suministra la vacuna de prueba y otro al que se aplica una sustancia inocua. Entre ambos se hace una comparación. La eficacia de Pfizer del 95%, dice como ejemplo Agudelo Restrepo “que de 100 personas que hicieron la infección cinco ocurrieron en el grupo de vacunados y 95 en el de placebo”. 

    En general, añade, las vacunas han demostrado ser altamente efectiva para disminuir los casos de covid-19 severo y muertes. En ese sentido, el profesor Juan Pablo Hernández Ortiz, director del Laboratorio Genómico One Health de la UNAL Medellín, aclara que los en estudios de inmunizantes orientados al paciente crítico, la enfermedad se reduce en un 100%. Es decir: “Me puedo infectar de covid-19 después de estar vacunado, pero nunca me va dar enfermedad grave. Por eso debemos protegerlas y defenderlas”.

    Lo fundamental es “no confundir la eficacia aleatorizada de la vacuna y la eficacia para reducir la enfermedad grave o crítica”, llama la atención y agrega que la respuesta inmune que se da por enfermedad natural es de anticuerpos neutralizantes, pero también de células de memoria, la cual dura más de ocho meses. “Eso es importante porque nos da fe en las vacunas”, complementa. 

    Si la respuesta natural dura ese lapso, añade, y se usan vacunas que generan resistencia humoral (cuando ataca los antígenos) y celular (mediada por linfocitos T) es de esperarse que los tiempos de protección sean similares o mayores. Eso lo explica, dice, “para que no creamos esos cuentos de que las vacuna no sirven. Nos las debemos poner porque están diseñadas para replicar la respuesta inmune”. 

    ¿Cómo funcionan las vacunas?

    La manera en cómo funcionan las vacunas es, básicamente, como un engaño. El profesor Hernández Ortiz lo explica, pues afirma que lo que se debe hacer es “seleccionar un elemento antigénico (una sustancia que permite la formación de anticuerpos) de un virus para entregárselo al cuerpo, que este crea que hay un patógeno externo y genere una respuesta inmune”. 

    El virus del SARS es un encapsulado de RNA (ácido ribonucleico) con la proteína Spike, la cual se adhiere “a nuestras células por el receptor ACE2, la que todas las empresas han usado como objetivo para inducir la respuesta inmune”, manifiesta.

    Esa proteína no solo se utiliza para generar las vacunas sino que es la que se debe vigilar para analizar si estas continúan siendo efectivas. De ahí que si las proteínas sufren gran variación es probable que la respuesta inmune inducida no sea tan eficaz como la esperada en un principio, según el docente.

    Variantes

    Del virus se han reportado algunas variantes. Una de ellas es la de California (Estados Unidos). En este caso la proteína del SARS-CoV-2 tuvo un cambio en un aminoácido. Para explicarlo el profesor lo ilustra con un ejemplo: “Hágase de cuenta que el virus cambió de camiseta, entonces cuando el cuerpo lo recibe la ve un poco diferente”. 

    El profesor cuestiona “los nervios” que han expresado varias personas en el mundo, precisamente, por otras variantes como las de Brasil, Sudáfrica, Inglaterra y la que presentó un paciente inmunodeprimido en Boston (Estados Unidos) a las que se les debe hacer seguimiento. 

    “La gente cree y dice que entonces las vacunas no van a funcionar y eso es mentira, en realidad hay vigilancia constante”, agrega. Las compañías productoras de vacunas, indica, tienen los diseños y se van enterando de los cambios en la eficiencia hacia la protección. 

    La importancia de vacunarse

    Esta, llama la atención el profesor Hernández Ortiz, es una pandemia sin precedentes y no hay que tenerle miedo a la autorización de vacunas de emergencia, pues las compañías productoras y las agencias regulatorias son serias y no tienen relación con algunas teorías conspirativas como que son negocio. “Eso no tiene nada que ver, esto es un virus zoonótico que se da y se va a seguir dando. Las vacunas se han hecho a consciencia y hay que creer en ellas”, asegura. 

    Es probable que el virus circule durante varios años y también que, como ocurre con la influenza, en el futuro cercano deba haber estrategias de vacunación anuales o bianuales. El docente deja un mensaje final: “nos tenemos que vacunar todos, porque si no lo hacemos no funciona (la estrategia de inmunización)”. 

    Las ideas expuestas en este texto fueron abordadas por ambos expertos durante la charla Los retos de informar sobre vacunación contra la covid-19, la cual se realizó recientemente con expertos del G8. 

    (FIN/KGG)

    25 de febrero del 2021