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Así lo expone la profesora Carmen Elena Zapata Sánchez, directora del Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire) de la UNAL Medellín. Expone que los vehículos que aportan más contaminación al valle de Aburrá son aquellos que funcionan a diésel, volquetas camiones y, por su cantidad, las motos. Sin embargo, plantea la necesidad de un pico y placa más amplio. 

  • El pico y placa actual aplica solo para vehículos de carga pesada. Foto: reproducida de Telemedellín - bit.ly/3jwK4Ub

    El pico y placa actual aplica solo para vehículos de carga pesada. Foto: reproducida de Telemedellín - bit.ly/3jwK4Ub

  • Por ser un valle estrecho en el área metropolitana no se dipersan los contaminantes de forma adecuada. Foto: AMVA. Reproducida de bit.ly/2YV5WiO

    Por ser un valle estrecho en el área metropolitana no se dipersan los contaminantes de forma adecuada. Foto: AMVA. Reproducida de bit.ly/2YV5WiO

  • Carmen Elena Zapata Sánchez, directora del Laboratorio Calaire.

    Carmen Elena Zapata Sánchez, directora del Laboratorio Calaire.

    En el valle de Aburrá son dos los episodios de contaminación del aire que se presentan al año. La topografía de la subregión es una de las que más inciden, teniendo en cuenta que, al ser un valle estrecho las montañas actúan como barreras para que los contaminantes se dispersen. Asimismo, influyen el clima y condiciones meteorológicas como radiación solar, temperatura y humedad.

    Son dos los episodios de contaminación atmosférica los que se dan en el valle de Aburrá. El primero sucede entre mediados de febrero y finales de abril. No obstante, la ocurrencia depende de la variabilidad climática y de cuándo se empiecen a dar las primeras lluvias después de la temporada seca de diciembre y enero, según la profesora Carmen Elena Zapata Sánchez, directora del Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire) de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín, quien también explica que el segundo se registra entre octubre y noviembre, y es más leve.

    Según, la docente, de acuerdo con los datos históricos desde 2015 los registros han indicado que las primeras contingencias del año son las más fuertes. Por ejemplo, la que se dio en 2020 fue, “larga y difícil”, porque, además, se registraron varios incendios; “la mayoría de ellos en los departamentos del oriente de Colombia y en Venezuela, algo sobre lo que no teníamos ningún control. Por eso hay que resaltar que se debe hacer un trabajo nacional e incluso internacional”, asegura.

    Esta vez, dice la profesora Zapata Sánchez, se espera que el primer episodio de contaminación ambiental sea más intenso que en otras ocasiones, dada la reactivación económica y —como argumentó antes— por la inexistencia de un pico y placa ambiental. 

    ¿Cómo debe ser un pico y placa efectivo, y ambiental? 

    Entre el 8 y el 10 de abril se presentará el primer episodio de contaminación atmosférica, según el Área Metropolitana de Valle de Aburrá que, como medidas de mitigación anunció la declaración del Estado de Prevención e implementación del pico y placa para los vehículos de carga durante los dos meses de la contingencia. 

    El pico y placa que se estipuló solo incluye a vehículos de carga pesada y comenzó a regir el lunes 8 de febrero de 7:00 a 8:30 a.m. y de 5:30 a 7:00 p.m. Al respecto el director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), Juan David Palacio Cardona, afirmó: “Sabemos que habrá tres semanas muy difíciles y estaciones en naranja, pero también tenemos presente que hay una pandemia”. 

    Refirió que la decisión tuvo que ver con la disposición del gobierno nacional de evitar aglomeraciones, por lo que “no se puede mover el 100% del aforo de pasajeros del sistema de transporte público, masivo y colectivo”, de ahí que la medida no se aplique a vehículos particulares. 

    Para la docente Zapata Sánchez esa determinación es acertada dado que “los carros particulares son los que menos aportan a la contaminación atmosférica en el valle de Aburrá”. Sí lo hacen aquellos “que son a diésel, las volquetas, los camiones, y las motos, por su cantidad”.

    Así, añade, lo han demostrado los inventarios de emisiones que ha encargado desarrollar el AMVA, los cuales también han establecido que los vehículos menos contaminantes son el Metro, los cables aéreos y el Tranvía de Ayacucho, porque son eléctricos, además carros y buses a gas. 

    En ese sentido, considera que, en efecto, no se justificaría adoptar la medida para vehículos particulares. Sin embargo, hay algo en lo que sí difiere: el horario. “Desde hace varios años venimos diciendo, desde la UNAL Medellín, que tal como está estructurado, de 7:00 a 8:30, no es ambiental, sino de movilidad”, asegura. 

    Expone que “la curva de crecimiento de material particulado PM2.5 se empieza a incrementar desde las 6:00 a.m., y cuando inicia el pico y placa (la contaminación) ya está en un nivel muy alto”. Para que sea efectivo, sugiere, la medida debe comenzar justo en ese momento del día y con mejor distribución del parque automotor.  

    Cuidado colectivo

    Recientemente el AMVA decretó El Estado de Prevención de acuerdo con el Plan Integral de Gestión de Calidad del Aire por el primer episodio. Se cambiará a alerta si las consideraciones se modifican, según Palacio Cardona, quien comentó que “se informará de manera oportuna”. 

    Las estaciones de medición registran niveles de contaminación que varían de verde a amarillo, naranja y rojo, y las señales para determinar una alerta depende de los contaminantes que entran al aire del valle de Aburrá, según la docente Zapata Sánchez. Uno de ellos son los generados internamente en el territorio, es decir los emitidos por la industria, incendios, el parque automotor y, en menor medida, cocinas de leña.

    El AMVA instó a la ciudadanía a usar canales y servicios virtuales para evitar la movilidad por el área metropolitana, e igualmente transportarse en bicicleta o realizar las diligencias en un solo recorrido. 

    La profesora hace el mismo llamado a tomar consciencia y a hacer un esfuerzo por tomar acciones que propendan por evitar que se presente el periodo de contaminación atmosférica.  

    Además, resalta la importancia del trabajo conjunto en la gestión del primer episodio de contaminación del aire en el territorio, pues manifiesta que las predicciones que realicen las entidades encargadas deben ser compartidas con las autoridades en salud, máxime cuando se vive una pandemia y la situación es crítica en urgencias y hospitales (de algunos municipios del valle de Aburrá) donde en periodos de contaminación atmosférica se suele consultar por afecciones respiratorias.  

    (FIN/KGG)

    9 de febrero del 2021