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Los cambios a los que la sociedad se está enfrentando por el covid-19 tienen implicaciones directas en el vestuario, la vivienda y el relacionamiento con los demás. Por esto, diferentes industrias y emprendedores se han visto obligados ha pensar sus negocios desde otras perspectivas. 

  • Overoles y tapabocas antifluidos en diferentes colores se han convertido en complementos importantes a la hora de vestir. Foto: cortesía JuanSe Correa

    Overoles y tapabocas antifluidos en diferentes colores se han convertido en complementos importantes a la hora de vestir. Foto: cortesía JuanSe Correa

  • Según la ONU, la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta: produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos. Foto: Pixabay.

    Según la ONU, la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta: produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos. Foto: Pixabay.

  • En países asiáticos ya eran muy comunes las zonas de transición y desinfección en las viviendas. Foto: Pixabay.

    En países asiáticos ya eran muy comunes las zonas de transición y desinfección en las viviendas. Foto: Pixabay.

    Un reproceso creativo en la industria de la moda

    Frank Benítez, diseñador visual, antes tardaba dos horas para vestirse. Sin importar a donde fuera su rutina comenzaba con escoger cada prenda cuidadosamente: la camisa, el pantalón, las medias, los zapatos, los accesorios y el infaltable abrigo, todo en una concordancia estética. 

    Frank ahora se viste en 10 minutos, sin importar a donde vaya, en lo único que piensa es en no olvidar el tapabocas. De su interés por vestirse bien queda muy poco, asegura que después de estar en casa tanto tiempo, lo que más le importa es estar cómodo, “debo reconocer que la cuarentena me ha hecho perder mi sentido de estilo y estética para vestir”, afirma. 

    Por su naturaleza la industria de la moda está acostumbrada a mutar y adaptarse a las necesidades del momento. El covid-19 se suma a una lista de pandemias que han hecho que este sector productivo tenga nuevas dinámicas, alterando su oferta y su demanda.  

    “La moda en el periodo de pandemia vive un momento austero, pero una vez se empieza a superar, suele inclinarse al derroche, porque quiere evidenciar socialmente un cambio de ánimo en la sociedad. Usa colores vivos, saturados y estampados”, asegura Leifer Hoyos Madrid, artista plástico y estudiante del pregrado de Historia de la UNAL Medellín. 

    Este cambio se empieza a evidenciar en el uso de diferentes telas y diseños en los tapabocas, que se convierten no solo en un artículo necesario para el cuidado de la salud pública, sino en un elemento más de la estética personal. Artistas famosos y marcas importantes de moda como Louis Vuitton, Gucci y Fendi, entre otras, han sacado a la venta mascarillas y caretas, complementando muy bien sus colecciones. 

    Hoyos Madrid quién ha desarrollado investigaciones históricas sobre el vestuario como El precio de un vestido en la Villa de la Candelaria siglos XVII – XVIII, también asegura que “el uso del tapabocas nos cambió la vida a todos, pues el rostro es el lugar común de la identidad en occidente”. Sin embargo, en países asiáticos el uso de este elemento no es nada nuevo, pues por los altos índices de contaminación, ya hacía parte de su estética. 

    Por su parte Fernando Jaramillo, politólogo y tecnólogo en Diseño para la Industria y la Moda, afirma que, pese a que esta industria se adapta a la pandemia, no siempre es de la mejor manera. “Muchas empresas para solventar la crisis y fomentar el crecimiento de sus negocios empezaron a producir elementos de protección de bioseguridad como tapabocas, caretas y trajes, muchos sin tener conocimientos sobre el tema, usando procesos de estampación y telas inadecuadas, poniendo en riesgo la salud de las personas”. 

    Otro de los cambios significativos que atraviesa actualmente el sector es la virtualización, lo que afecta su producción. En condiciones normales una casa de moda produce en masa cuatro colecciones al año, sin importar si las prendas se van a vender o no. Ahora, con la incertidumbre del mercado, se fabrica lo necesario, disminuyendo costos y dándole un mejor manejo a los desperdicios industriales. 

    “En la producción las telas cambian y empiezan a usarse materiales antifluidos, microbianas, con especificaciones técnicas y valores agregados que promuevan el autocuidado. El universo del vestuario para el hogar, empezará en auge porque la gente ya va a preferir prendas versátiles que le sirvan para estar en una videoconferencia, salir a mercar o estar relajado en la casa”, asegura Fernando Jaramillo. 

    La vivienda, el primer campo de batalla contra el coronavirus

    Las nuevas dinámicas impuestas por el covid-19 pone a las viviendas en una perspectiva más amplia, pues ya no solo es un lugar de ocio y descanso, sino una oficina, un punto de encuentro. 

    “En la arquitectura, en el urbanismo, en la política se va empezar a hablar mucho de higiene. Los arquitectos vamos a tener que entrar a jugar un rol muy importante pues las viviendas necesitan un espacio de transición, donde yo vengo de la calle y puedo despojarme de la ropa, bañarme o por lo menos tener un lavamanos expuesto a la entrada”, afirma Gerardo Abril, arquitecto y autor de la tesis “La nueva habitación: variaciones del cuarto de baño y determinación espacial en la modernidad”. 

    Con esta nueva dinámica de transición e higiene, este espacio tan vital para los seres humanos se convierte en la mejor arma contra el coronavirus y futuras olas de contagio. 

     “La vivienda se ha convertido en la defensa de primera línea contra el coronavirus. El hogar nunca antes había sido una cuestión de vida o muerte, por eso insto a los Estados a que tomen medidas extraordinarias para garantizar el derecho a la vivienda para que todos puedan protegerse contra la pandemia” afirmó Leilani Farha, relatora especial de la ONU en una conferencia sobre el derecho a una vivienda adecuada.

    Cabe resaltar que el derecho a vivienda debe ir acompañado de garantías para acceder a los servicios públicos fundamentales, necesarios para mitigar la propagación del covid-19 y otras enfermedades. 

    (FIN/DQH)

    21 de julio del 2020