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Ser una persona con identidad de género u orientación sexual diversa en Medellín tiene dos caras: una en la que su voz es respetada y escuchada política, social y culturalmente; y otra en la que es silenciada y violentada. Esta dualidad convive en una ciudad que poco a poco le apuesta a cerrar la brecha que existe entre la norma escrita y el cumplimiento de los derechos LGBTI.  

  • Como estrategia de visibilización por parte de la Administración municipal y diferentes organizaciones sociales, algunos cruces peatonales de la ciudad se pintaron con los colores del arcoíris. Foto: Alcaldía de Medellín.

    Como estrategia de visibilización por parte de la Administración municipal y diferentes organizaciones sociales, algunos cruces peatonales de la ciudad se pintaron con los colores del arcoíris. Foto: Alcaldía de Medellín.

  • Edificios representativos de la ciudad se iluminaron con los colores del arcoíris. Foto: New Queers on The Block.

    Edificios representativos de la ciudad se iluminaron con los colores del arcoíris. Foto: New Queers on The Block.

  • El centro para la Diversidad Sexual y de Género es uno de los espacios que se han logrado gracias a las políticas públicas LGBTI, allí se atiende a la población en temas de psicológicos y jurídicos. Foto: Alcaldía de Medellín.

    El centro para la Diversidad Sexual y de Género es uno de los espacios que se han logrado gracias a las políticas públicas LGBTI, allí se atiende a la población en temas de psicológicos y jurídicos. Foto: Alcaldía de Medellín.

  • Este año la marcha por la vida y la diversidad sexual se realizará de manera virtual. Foto: Alcaldía de Medellín.

    Este año la marcha por la vida y la diversidad sexual se realizará de manera virtual. Foto: Alcaldía de Medellín.

    Hoy se conmemoran 51 años de las revueltas de Stonewall, en New York, que dieron inicio a la lucha por los derechos de la población LGBTI. Este proceso ha continuado por todo el mundo hasta el día de hoy con grandes avances en materia jurídica y de visibilización social. 

    Pese a las múltiples acciones relacionadas al tema, en este mes de conmemoración por los derechos LGBTI es importante reflexionar sobre ¿cómo se ve reflejada esta comunidad en diferentes ámbitos a nivel local?, y ¿es Medellín una ciudad que trabaja, protege y defiende a esta población?  

    Políticas públicas LGBTI, un arcoíris sin pintar

    Medellín fue la primera ciudad del país en establecer políticas públicas específicas para el beneficio de los LGBTI. El acuerdo 08 de 2011 hace un reconocimiento a la diversidad sexual e identidades de género, para la protección, restablecimiento, atención y garantías de sus derechos.

    Fortalecer procesos organizativos, transformar imaginarios culturales, garantizar mecanismos de articulación institucional, y crear un centro comunitario LGBTI son algunos de los objetivos que se firmaron con la política pública. Sin embargo, solo hasta el 2019 se logró trazar el plan estratégico que permitió identificar cuáles de estas acciones se han implementado en los últimos años. 

    Según Pablo Bedoya, activista gay, docente y magíster en Historia de la UNAL Medellín, dicha situación sumada a la poca fuerza institucional y las prácticas de violencia y exclusión que aún se viven día a día, demuestran que la realidad de las personas está muy lejos de lo que dicha ley establece. 

    “Las políticas públicas no transforman en una gran dimensión las vidas LGBTI, pero su aparición si ha significado una ganancia. El país tiene un mayor desarrollo normativo para la protección y garantía de estos derechos, en teoría somos un país paradisiaco para las maricas, pero en la realidad ese sistema normativo y legal es proteccionista y no se ejecuta correctamente”, asegura.

    Pese a que Medellín hace parte de la Red Latinoamericana de Ciudades Arcoíris (RLCA), un sistema regional de intercambio de experiencias políticas y programas entre grandes metrópolis, sus habitantes diversos no se empoderan del todo de su situación, como lo comenta Bedoya, “no ha existido una fuerza ciudadana capaz de organizarse y hacer que el Estado materialice las políticas públicas”. 

    Territorio, memoria y reparación histórica  

    En las comunas de la ciudad existen organizaciones LGBTI que a diario luchan por la permanencia en el territorio. Las llamadas Mesas Diversas son las entidades que evidencian que las políticas públicas no son suficientes, y por medio del trabajo comunitario, transforman los imaginarios y los lugares comunes de la sociedad a través del arte, la cultura y el pensamiento crítico. 

    George Toro es estudiante de Ciencia Política y coordinador de la Mesa Diversa de la comuna 16 “Como Tú Diversa”, y asegura que muchos de los trabajos que ha realizado esta organización, empezaron bajo el interés particular de la población diversa. “Las mesas y colectivos LGBTI de la ciudad siempre buscamos alternativas y articulaciones. Desde que haya un proyecto con rutas y objetivos claros, las cosas se van dando y no necesariamente de la mano de la institucionalidad, siempre hemos dicho que vamos con o sin la administración”.  

    Ejemplo de los avances y retrocesos que viven esta población en la ciudad es la organización Casa Diversa, de la comuna 8, cuyos integrantes trabajaron durante 12 años en procesos de restauración a personas LGBTI en el contexto del conflicto armado colombiano. En el 2019 finalmente se logró la firma del Plan Integral de Reparación Colectiva concertado entre la Casa y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, logrando una reparación económica e histórica del caso. Sin embargo, a comienzos del 2020, su líder, John Restrepo fue desplazado luego de un ataque y amenazas contra su vida tras una jornada humanitaria para mitigar los daños de la pandemia por Covid19 en el barrio. 

    “Aunque nuestras organizaciones han contado con el apoyo de secretarías como la de Inclusión Social, Participación Ciudadana y Juventud, la agresión a este líder nos muestra que el panorama es complejo, pues aunque hay avances, tenemos que llevarlos del papel a la realidad”, comenta George Toro. 

    Cultura, arte y academia: espacios seguros para la diversidad 

    Son quizá el arte y la cultura los escenarios donde las personas LGBTI han logrado mayor participación en la ciudad. Su diversidad, al contrario que en esferas políticas y sociales, funciona como un eje de proyección de sus derechos y necesidades particulares.  

    “Se han hecho algunos intentos para que la población diversa se vea reflejada en la cultura, muchos de estos se manifiestan en el mes de junio, sin embargo, existen proyectos de museos, casas de la cultura y organizaciones sociales que le apuestan a que en sus espacios se escuchen voces LGBTI todo el año”, asegura Julián Zapata Rincón, curadora auxiliar del Museo de Antioquia y docente del ITM. 

    Julián se identifica como persona no binaria, es decir que su identidad de género no es ni masculina ni femenina. “Elle”, pronombre con el que le gusta que le traten, también es artista drag queen y pertenece a Cultura Drag Medellín, colectivo pionero en la ciudad en sacar el arte drag de las discotecas gays a otras esferas públicas como museos, teatros y conversatorios. Esto ha generando todo un movimiento de personas diversas que “nos trepamos para borrar las líneas del género, romper viejos estereotipos y siempre celebrar lo que somos”, comenta Zapata

    A pesar de que la ciudad no es del todo un territorio seguro para la población LGBTI, hay espacios como la academia, que pueden servir de puente y de actor social en la construcción de un mejor panorama para estas personas. 

    “La universidad pública es responsable de mostrarle a la sociedad que la diversidad sexual es un valor importante. En el caso de la UNAL, entre nuestros valores institucionales está la equidad y el respeto, por esto tenemos que desarrollar normativas y mostrar formas de incluir a la población LGBTI en el quehacer diario de la universidad”, afirma Verónica Botero, decana de la Facultad de Minas de la Sede y primera mujer en ocupar dicho cargo. 

    “Creo que las universidades tienen un papel muy importante, la academia no solo es un centro de producción de conocimiento, sino que es un actor social, que tienen una fortaleza para incidir en la sociedad a través de la investigación en torno al devenir y la configuración de los sistemas que han producido violencia y exclusión de los LGBTI al igual que de las estrategias que pueden mejorar esos órdenes”, dice Pablo Bedoya.  

    Las organizaciones y voces de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales, y personas no binarias de la ciudad seguirán buscando espacios políticos y sociales para ser escuchados, y no solo en el mes de junio. Recalcan también la importancia de la continuidad de sus procesos para lograr una verdadera transformación social. 

    (FIN/DQH)

    28 de junio del 2020