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La instalación de 20 perchas para que se posen aves dispersoras de semillas, 745 metros de cercos dispuestos en sitios de ganadería y otras actividades humanas, además de la siembra de 40.000 árboles son algunas de las estrategias para restaurar el bosque seco tropical en el corregimiento de La Angelina, en el municipio de Buriticá (Antioquia).

  • Según el Instituto Alexander Von Humboldt en el bosque seco hay zonas con suelos fértiles amenazados por ganadería y producción agrícola.

    Según el Instituto Alexander Von Humboldt en el bosque seco hay zonas con suelos fértiles amenazados por ganadería y producción agrícola.

  • A las áreas restauradas se les hace monitoreo para evaluar su progreso.

    A las áreas restauradas se les hace monitoreo para evaluar su progreso.

  • La utilización de materia orgánica con semillas es uno de los ensayos para definir los métodos de restauración más apropiados.

    La utilización de materia orgánica con semillas es uno de los ensayos para definir los métodos de restauración más apropiados.

  • En Antioquia el bosque seco tropical se distribuye en el Cañón del río Cauca entre los municipios de Toledo e Ituango y en límites con el departamento de Caldas.

    En Antioquia el bosque seco tropical se distribuye en el Cañón del río Cauca entre los municipios de Toledo e Ituango y en límites con el departamento de Caldas.

  • Representantes de universidades y entidades como Corantioquia y el Jardín Botánico de Medellín conocieron recientemente el proyecto.

    Representantes de universidades y entidades como Corantioquia y el Jardín Botánico de Medellín conocieron recientemente el proyecto.

    Las labores son parte de un plan de restauración ecológica que un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Medellín ejecuta para el Proyecto Hidroeléctrico Ituango (Hidroituango) de Empresas Públicas de Medellín (EPM), que debe cumplir con la recuperación de 16.789 hectáreas (ha) tras inundar 4.140 para desarrollar el embalse.

    El propósito es recuperar funciones de los bosques que, entre otros servicios que prestan, protegen de inundaciones, controlan la erosión y regulan el clima. La restauración, sin embargo, es un proceso lento y de llevarse a cabo con éxito los investigadores han estimado metas incluso a 30 años.

    El trabajo comenzó en 2018 con la identificación de los actuales tipos de vegetación, analizaron la conectividad entre ellos, caracterizaron plantas, animales, clima, rocas y fertilidad de los suelos.

    En general, la vegetación del bosque seco tropical está conformada por arbustos, hierbas, epífitas y plantas trepadoras. Para la restauración, los investigadores tuvieron en cuenta tanto características de los sitios, como barreras que puedan darse en ellos.

    Los estudios previos son fundamentales y por las inhóspitas condiciones del bosque seco tropical, el Plan de restauración ecológica representa “todo un reto que aceptamos gustosos, porque nos pone a investigar mucho a fin de tener éxito”, dice el director del proyecto, el profesor Flavio Moreno Hurtado, del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias.

    Los investigadores han avanzado en dos etapas. En la última se incluyeron acciones como el establecimiento de varios ensayos. Entre ellos está la siembra de estacas (ramas de árboles) de las que se esperan rebrotes, igual que la plantación de bolas de materia orgánica con semillas de los árboles comúnmente llamados almácigo, ceiba tronadora, ciruelo hobo, indio desnudo y noro. La hidratación de los árboles sembrados también ha sido objeto de experimentación. Básicamente se ha utilizado un gel al que denominan hidrorretenedor y diseñaron un sistema a partir de canecas de pintura recicladas.

    “La información que den los ensayos a nivel de especie y tratamiento podrán dar respuesta a cómo se podrá hacer, de ahora en adelante, la restauración del bosque seco tropical. Un ejemplo: hemos notado que cuando aumentamos la cantidad de hidrorretenedor por especie, el diomato crece más, se vuelve más vigoroso y resistente; pero hay otras, como las Jatropha, que en realidad no necesita tanta agua porque crece con facilidad en época seca”, afirma Álvaro Javier Vásquez, ingeniero forestal encargado de la coordinación del proyecto.

    Hasta ahora se han restablecido 42 hectáreas con la siembra de aproximadamente 40.0000 árboles, según Laura Chaverra Chancy, profesional de la Dirección Ambiental y Social del Proyecto Hidroeléctrico Ituango de EPM. Para ella, el trabajo de los investigadores de la Sede demuestra que la Institución “es idónea, tiene experiencia y una Facultad dedicada a la conservación”.

    Según el Instituto Alexander Von Humboldt, los ecosistemas de bosque seco tropical son de los más amenazados en Colombia, pues de las más de nueve millones de hectáreas que cubría actualmente queda un 8 %.

    En ese sentido, recuperar el bosque seco en Antioquia es un reto que, según el profesor Moreno Hurtado, representa una oportunidad no solo de aprender sino de continuar vinculando estudiantes para el mismo objetivo. Para él, este es un proyecto que avala la pertinencia de la articulación entre academia y sector empresarial.

    Afirma: “lo que estamos haciendo, como muchas otras cosas del Proyecto, es otra cara de Hidroituango, del día a día de tratar de hacer las cosas bien, de que los proyectos funcionen y de que esa afectación de 4.000 ha, que es real, se convierta en un beneficio en el largo plazo. El balance final es ganador, lo que pasa es que es un proceso que demora varios años”.

    (FIN/KGG)

    31 de diciembre del 2019