Durante casi 30 años el periodista Jesús Abad Colorado López ha caminado Colombia fotografiando la piel del conflicto armado y sus consecuencias. En cada recorrido ha mirado los ojos de la esperanza en la gente que, a pesar de los golpes, de las pérdidas y del miedo, mantiene firme el deseo de construir país.

De esa esperanza, precisamente, y de la necesidad de “apostarle a la vida en un país que no quiere mirarse al espejo”, habla Jesús Abad y se refiere también a la memoria como la base para pensar el futuro. Su exposición El testigo, que se exhibe en el Claustros San Agustín de la UNAL Bogotá y que llegará al Museo de Antioquia a finales de 2019 es, precisamente, una forma de luchar contra el olvido.

Jesús Abad reconoce que la memoria es música, cuento, poema, danza y todo aquello que genere tejido a partir de escuchar el relato del otro. Pero ha sido en la fotografía, donde él ha encontrado el vehículo para la memoria que permite mirar de frente una realidad difícil que muchas veces prefiere ignorarse.

“Las fotografías están hechas no solamente de silencio y olvido, ellas también son un grito, una forma de enfrentar a eso que yo llamo el espejo roto de la guerra, no solo para hablar del pasado sino para pensar en la responsabilidad que tenemos de mirarnos en el mismo espejo para reconocernos como nación con el ánimo de que las próximas generaciones no repitan lo que por décadas hemos vivido nosotros”, señala el periodista.

El trabajo de Jesús Abad Colorado es un llamado a “sublevarnos en almas” desde las artes, la educación y la cultura política como una posibilidad para subvertir el orden que durante siglos les ha impedido a los colombianos entenderse y respetarse desde las diferencias.

También es desde ahí que el periodista entiende la necesidad de construir procesos de paz efectivos en los que “los despojados, los asesinados, los desplazados, los desaparecidos, puedan aliviar su alma. A las víctimas hay que devolverles la posibilidad de que sean ciudadanos y eso se logra en la medida que haya justicia, pero no una justicia vengativa sino una donde los victimarios reconozcan lo que hicieron y nos hablen de la verdad, de por qué lo hicieron, que pidan perdón y garanticen no repetición de esas violencias”, expresa.

En ese propósito, resalta, que la responsabilidad de la academia es fundamental pues son las universidades, como centros de pensamiento y generadoras de conocimiento, las que deben volcarse a posibilitar reflexiones y acciones que tengan como fin último la paz y la reconciliación.

Casi tres décadas de retar el dolor y la esperanza como las dos caras de una moneda le han dejado al periodista “huellas, cicatrices y muchas lágrimas, sí, pero también el conocimiento de ese país rico y maravilloso que somos, lleno de gente bella y solidaria con ganas de vivir en paz. Y de eso hablan mis fotos”, concluye Jesús Abad y les lanza a los colombianos un desafío: transformar el país desde el amor y el respeto por la vida.

Jesús Abad Colorado recibió el Premio Gabo a la excelencia periodística que entrega la Fundación Iberoamericana creada por el Nobel colombiano. Es la primera vez que ese galardón se entrega a un reportero gráfico, lo que recibió con orgullo y compromiso, según confesó durante la visita de que hizo a la Sede, gestionada por el Sindicato de Trabajadores SINTRAUNAL y en la que se realizó un conversatorio y la proyección del documental El Testigo. Memorias del conflicto armado colombiano.

(FIN/CST)

7 de octubre del 2019