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En 2017, por solicitud de la Unesco, la 39º Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica, para conmemorar el siglo y medio de la creación de esta síntesis de los 118 elementos que componen nuestro mundo conocido.

  • Dimitri Mendeléyev, padre de la tabla periódica, escribió en 1869 el texto “Los principios de la química”, primer escrito con el propósito de enseñar química.

    Dimitri Mendeléyev, padre de la tabla periódica, escribió en 1869 el texto “Los principios de la química”, primer escrito con el propósito de enseñar química.

  • La cuarta sesión de la Cátedra abierta Saberes con Sabor tuvo como tema central La sociedad del orden químico.

    La cuarta sesión de la Cátedra abierta Saberes con Sabor tuvo como tema central La sociedad del orden químico.

  • "La enseñanza y el aprendizaje alrededor de la tabla periódica debe ir más allá: debe ser un instrumento de conocimiento, más que de información” afirmó el profesor al final de la conferencia.

    "La enseñanza y el aprendizaje alrededor de la tabla periódica debe ir más allá: debe ser un instrumento de conocimiento, más que de información” afirmó el profesor al final de la conferencia.

  • Daniel Barragán es químico y doctor en Ciencias - Química de la UNAL. Su área de investigación se enfoca en el estudio de la organización y sincronización de Sistemas Disipativos.

    Daniel Barragán es químico y doctor en Ciencias - Química de la UNAL. Su área de investigación se enfoca en el estudio de la organización y sincronización de Sistemas Disipativos.

    El objetivo: recordar que, en 1869, el ruso Dimitri Mendeléyev, un catedrático de la Universidad de San Petersburgo, publicó un cuadro sinóptico de los elementos químicos, que, posteriormente, se convertiría en la pieza pedagógica más reconocida de todos los tiempos.

    Aunque Mendeléyev se llevó, con razón, el crédito histórico, realmente la tabla periódica de los elementos fue una construcción colectiva, que fue sumando los descubrimientos de importantes químicos de varios países, hasta llegar al ícono que conocemos hoy. Este fue el tema central de la más reciente sesión de la Cátedra abierta Saberes con Sabor, dictada por el Químico y Doctor en Ciencias Daniel Barragán, profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

    La charla fue un recorrido que inició 2.500 años atrás en estaciones marcadas por los griegos Empédocles, Anaxímedes, Demócrito y Aristóteles, pasando por Boyle, Lavoisier, Dalton, Lothar Meyer y Berzelius, hasta llegar a Mendeléyev. Para el doctor Barragán, el gran mérito de quien se conoce como el “Padre de la tabla periódica” fue recoger todos los conocimientos sobre los elementos conocidos hasta el momento, y, con fines didácticos, sintetizarlos en un rectángulo ordenado según sus propiedades químicas. Pero lo más sorprendente fue su capacidad intuitiva para predecir, con base en las secuencias de pesos atómicos, que aún faltaban por descubrir nuevos elementos, y, de esa forma, mandaba un mensaje a los científicos de su época y a los del futuro, para que se esforzaran en encontrar las piezas de ese rompecabezas.

    “Mendeléyev realizó las predicciones fundamentales, al decir que había que encontrar por lo menos 10 elementos nuevos para que cumplieran con la secuencia; y esa predicción no solo era en función del peso atómico, sino, además, con base en toda la información que tenía recopilada”, dijo el doctor Barragán. “Tomó el riesgo, y ese riesgo es el crédito que se gana Mendeléyev con respecto a todos los otros científicos que trabajaron alrededor de la tabla periódica”. Posteriormente se demostró que la mayoría de sus predicciones eran correctas.

    Al dar crédito a Mendeléyev en su publicación de la tabla periódica de los elementos, los historiadores reconocen que otro ilustre químico, el alemán Julius Lothar Meyer, estaba trabajando simultáneamente en la misma ruta, pero las limitaciones en las comunicaciones de la época no permitieron que, en su momento, ninguno de los dos científicos conocieran mutuamente los avances que estaba realizando el otro.

    Pero el doctor Daniel Barragán no se limita a reconocer el trabajo de estos dos químicos del siglo XIX, sino que hace un recuento de los pasos que realizaron previamente otros importantes investigadores. Según él, el nacimiento de la ciencia química se dio con el suizo Paracelso, quien a inicios del siglo XVI, empezó estudiando las artes de la alquimia y terminó graduándose de médico. Su contribución fue empezar a transformar en medicamentos las sustancias químicas que se usaban para la metalurgia, pero también para la magia y la fetichería: “Paracelso dijo: basta, olvidemos la palabra alquimia, y entremos en la generación de la iatroquímica, que era, básicamente, la química de la medicina”.

    El recorrido continúa con el inglés Robert Boyle, quien dedicó su vida a trabajar el concepto de elementos, tratando de demostrar que el agua, la tierra, el aire y el fuego no lo eran, como lo decía la tradición griega. Con su libro “El químico escéptico” (1661), Boyle no solo instauró una nueva ciencia, sino también una actitud hacia ella, como lo afirma el doctor Barragán.

    “A la fecha, decía Boyle, tenemos que dudar de todo lo que sea dicho en la ciencia. No hay verdad absoluta”, explica. En este podio de la química le siguen el francés Antoine Lavoisier y el británico John Dalton. Lavoisier, quien escribió en 1789 el libro “Tratado elemental de química”, se hizo famoso por sus experimentos de combustión, en los que pesaban rigurosamente todas las sustancias, instrumentos, insumos y productos. Gracias a esa rigurosidad, logró instaurar la Ley de la Conservación de la Masa, con lo que se ganó un honroso lugar en los libros académicos. John Dalton, por su parte, es reconocido porque trajo a la química la teoría atómica y la tabla de pesos relativos de los elementos, a finales del siglo XVIII.

    Y, finalmente, Mendeléyev, quien publicó no solo la tabla periódica, sino también “Los principios de la química” (1869). El valor fundamental de este texto, según el profesor Barragán, es que “fue el primer libro escrito con el propósito de enseñar. La pasión de Mendeléyev era la docencia, y por eso tuvo como misión personal escribir un libro de química que sirviera como texto para enseñar química”.

    Y ese fue el propósito también de la tabla periódica, que ha trascendido 150 años. Según Daniel Barragán, se trató de un gran avance en la historia de la ciencia, que reflejaba cientos de años de experimentación, reflexión e, incluso, de especulación científica.

    Su propuesta, como docente, es que este gran logro de Mendeléyev y sus antecesores no siga siendo simplemente una pieza para memorizar, sino una ventana a todo el conocimiento sintetizado en ese maravilloso rectángulo de colores: “en las aulas pensamos que el reto es hacerles memorizar a los jóvenes la tabla periódica, lo cual se convierte en un tormento. Todos los esfuerzos de los educadores están encaminados a encontrar la estrategia más innovadora o más creativa para cumplir ese propósito. Pero la enseñanza y el aprendizaje alrededor de la tabla periódica debe ir más allá: debe ser un instrumento de conocimiento, más que de información”, concluye.

    (FIN/FC)

    24 de septiembre del 2019