Sacar la ciencia de los laboratorios es una manera de propender por el desarrollo de las sociedades y atender las crisis, y acerca de ellas, los ciudadanos tienen el reto de hacer un consumo responsable de la información y del conocimiento.

Ambos términos son diferentes, explica Javier Cruz Mena, editor e investigador de la Unidad de Periodismo de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): el conocimiento es escaso y la información abunda, pero parte de la responsabilidad tanto de quien la emite como de quien la consume, consiste en buscar el entendimiento.

Para ilustrarlo hace una analogía: “el tomate es una fruta; eso es información. El conocimiento consiste en saber que aunque lo es, no se utiliza en la ensalada de frutas”.

Es lo que deben identificar los ciudadanos, de distintos sectores, ante las crisis. Las ambientales son realmente, según él, ecosistémicas, pues la biósfera es el único sitio en el cual la especie humana puede vivir.

Comprender es, entonces, primordial. Hay un “tsunami de información”, que puede suponer una dificultad, según la profesora Gloria Patricia Cardona Gómez, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia e investigadora del Grupo de Neurociencias de la misma institución.

Para ella, no todos tenemos los elementos básicos ni estamos preparados para discernir cuándo una información es verdadera, formativa o a cuál no hay que prestarle atención. En ese sentido, plantea que debe haber un plan estratégico de alfabetización orientado a sensibilizar en torno a elementos básicos que se deban considerar al momento de tomar decisiones, por ejemplo.

Y aunque comenta que “no todo el mundo tiene que ser científico, ni ser presidente o tener poder de decisión, todos sí podemos articularnos en beneficio del progreso de la sociedad”, asegura.

Una diferencia de la crisis de la actualidad con respecto a otras es que nadie se puede proteger, añade el profesor Cruz Mena: nadie deja de respirar, ni de necesitar agua potable o de tener límites térmicos a su fisiología humana, “por lo tanto más vale que empecemos a hablar y a tratar de entender todos”.

Esa necesidad es la de democratizar el conocimiento, según el director ejecutivo del Centro de Innovación y Negocios de Medellín (Ruta N), Alejandro Franco, para quien el vehículo debe ser “aprovechar la tecnología para generar más equidad; que el conocimiento se distribuya y permita participaciones más amplias”. Además, considera que la innovación es una manera adecuada de apropiación.

Las reflexiones las hicieron los tres expertos en la reciente sesión de la Cátedra Saberes con Sabor y con respecto al tema, Santiago Betancourt, asistente al foro, expuso que, si bien es cierto que la tecnología va muy rápido, la racionalidad científica no, pues requiere de un libre pensamiento que a su vez necesita de otra forma de educación, lo que debe comenzar a emerger, específicamente, en medios de comunicación.

El remedio, en todo caso, concluye el editor e investigador de la Unidad de Periodismo de Ciencias de la UNAM, es apelar a la capacidad racional “de la cual como sociedades hemos estado huyendo en las últimas décadas”.

Esta sesión de la Cátedra fue moderada por Rafael Aubad López, presidente ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Antioquia (Proantioquia) y uno de los fundadores del Parque Explora.

El nombre del próximo foro de la Cátedra es “Einstein y Eddington: dos genios que brillaron por un eclipse”. La sesión se realizará mañana a las 4:00 p.m. en el Teatro Sura (ubicado en la carrera 64B # 49A – 30), donde conversarán el astrónomo y exdirector científico del Planetario de Medellín, Carlos Molina; el profesor de Física de la Universidad de Antioquia, Óscar Zapata, y los filósofos Jorge Escobar y Nicolás Naranjo.

(FIN/KGG)

28 de mayo del 2019