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“Don Serna, buenos días, nos hace el favor y nos facilita un destornillador de estrella, un martillo, el taladro percutor, una broca de 3/8, una extensión, cuatro tornillos, cuatros chazos de 2 ½, un destornillador manual y el mango sierra”. John Jairo Serna López, ‘el mono’, apunta juiciosamente en un talonario la solicitud, se levanta de la silla y de la manera más ágil y comedida busca una a una las herramientas, así mismo las entrega. Los dos peticionarios reciben el material: “gracias, don Serna”.

  • John Jairo Serna lleva 26 años en la U.N. y espera que sean muchos más.

    John Jairo Serna lleva 26 años en la U.N. y espera que sean muchos más.

  • Desde los clavos hasta los taladros han sido inventariados por El Mono.

    Desde los clavos hasta los taladros han sido inventariados por El Mono.

  • John Jairo Serna López lleva seis años al frente de la bodega de insumos.

    John Jairo Serna López lleva seis años al frente de la bodega de insumos.

  • Aunque él no está en la época de vacaciones en la Universidad, agradece la labor de quienes se quedan embelleciéndola.

    Aunque él no está en la época de vacaciones en la Universidad, agradece la labor de quienes se quedan embelleciéndola.

  • Para John Jairo la U.N. es un lugar feliz.

    Para John Jairo la U.N. es un lugar feliz.

    En la Universidad casi todos le llaman por su apellido, tal vez porque lo encuentran sonoro, pero siempre antepuesto del tratamiento don, y es que John Jairo inspira respeto, los más cercanos le dicen mono, probablemente por sus ojos claros, pero todos, sin excepción, se refieren con amabilidad al responsable de la bodega en la que se custodian los insumos para el mantenimiento de la Sede.

    “Desde acá se despacha todo: desde un tornillo hasta un bote de pintura, desde herramientas sencillas como alicates o destornilladores hasta una carreta o unas escaleras; ese es mi día a día: entrego y recibo, entrego y recibo”, cuenta; y añade que el suyo es un quehacer que realiza con orden, calma, paciencia y amor, “porque me encanta lo que hago”.

    John Jairo es consciente de la enorme responsabilidad de su labor en la Universidad Nacional de Colombia, pues labora en una de las áreas garantes del sustento de los espacios físicos de la Sede Medellín: la Sección de Mantenimiento, adscrita a la Dirección de Ordenamiento y Desarrollo Físico, que es, además, una de las dependencias en las que siempre hay personal respondiendo por la buena marcha de la Institución.

    En las épocas de receso, por ejemplo, cuando la Universidad se vacía y mientras la mayoría descansa, en Mantenimiento hay personal moviéndose cual hormiga laboriosa, de un lado para otro poniendo más bellos aun los tres campus, “eso garantiza que al regreso de las vacaciones encontremos la Universidad como el paraíso que es”, dice Serna.

    Así mismo, admite que él, encantado, cedería sus vacaciones para quedarse en la U.N., pero como no puede, agradece la labor de los compañeros responsables de esa misión: el personal de A&S, quienes durante el receso colectivo como el de diciembre-enero se encargan de los oficios de plomería, pintura, albañilería, ornato y otros.

    De sus 26 años en la U.N. el mono pasó 20 como el responsable de la guadaña, las veces que recorrió el campus podándolo no podrían contabilizarse, dos décadas se dedicó a esa labor porque, según le decían sus superiores, le rendía como el fuego; y lleva seis años como el dependiente de la bodega donde su disposición para hacer las cosas les ha demostrado a muchos que nada es imposible: aprendió a moverse en Excel y en el software Mántum como pez en el agua, los dos programas en los que lleva juiciosa cuenta de lo que hay y no hay en la bodega.

    En esos 26 años, además, afirma que todos los momentos han sido buenos, el mejor tal vez, la satisfacción de haber visto a su hijo John Andrés recibirse como ingeniero industrial de la U.N. y su única tristeza, admite, abandonar la Universidad durante las vacaciones.

    “Esto acá para mí ha sido maravilloso yo a la Universidad la llamo el paraíso mejor del planeta Tierra y donde más feliz soy, y le digo con nostalgia que en este momento me tengo que ir a vacaciones, pero yo no quisiera”, dice sonriente mientras se levanta a despachar otra solicitud de insumos.

    (FIN/CST)

    14 de diciembre del 2018