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Lina María Echeverría es una egresada que abrió puertas y partió la historia: fue la primera mujer en estudiar Ingeniería Geológica en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín y elegida como Technologist of the Year, con el máximo reconocimiento que hace The Career Communication Group a las mujeres vinculadas a los campos de la investigación, la ciencia y la tecnología.

  • Lina María echeverría Ramírez, representa el Camino de éxito de una científica de la U.N.

    Lina María echeverría Ramírez, representa el Camino de éxito de una científica de la U.N.

  • Lina María Echeverría Ramírez es ingeniera geóloga de la Facultad de Minas.

    Lina María Echeverría Ramírez es ingeniera geóloga de la Facultad de Minas.

    Ha dedicado su vida a la ciencia. Durante 26 años investigó y dirigió grupos en Corning, entidad que desarrolló las fibras ópticas de vidrio más eficientes del mundo. Allí obtuvo siete patentes por lograr materiales que se usan en aplicaciones de piezas odontológicas, vajillas, refractarias, filtros y en vehículos diésel. Además, por el desarrollo del vidrio touch utilizado en las pantallas de los televisores y computadores portátiles.

    Su interés por la geología surgió cuando estudiaba Ingeniería Administrativa, carrera que eligió en una época en donde las opciones profesionales para las mujeres eran limitadas. Allí, en medio de sus clases de química, cuando su profesor hablaba de depósitos de minerales y elementos químicos, nació su pasión por la mineralogía.

    Empezó a visitar los laboratorios de geología de la U.N. y a explorar rocas. Decidió cambiarse de carrera. Para ese entonces no estaba permitido el ingreso de mujeres a geología, pero Lina, que es perseverante en sus convicciones, envió una carta al Comité de Decanos solicitando su ingreso. Fueron meses de discusiones, de consultas con los profesores, de exponer argumentos para su aprobación.

    El Comité, que preguntó la opinión de su padre (el ingeniero egresado de la U.N. Álvaro Echeverría) por su deseo de cursar una carrera que estaba destinada para hombres, no solo aprobó su admisión sino que, sin saberlo, le abrió campo a una mujer, quien años después, se convertiría en embajadora de la ciencia.  

    “En la Universidad aprendí integridad, perseverancia, tolerancia y los valores de rigor necesarios que me fueron útiles en el desarrollo de mi carrera. La U.N. fue mis primeros pasos en entender la diversidad de pensamientos y de personas. Elementos necesarios para dirigir equipos creativos”, expresa.

    Y agrega: “la vida es eso que pasa mientras uno está ocupado, haciendo planes”, es una de las frases favoritas de Lina. Por eso, cuando ganó una beca para hacer una maestría en Estados Unidos, pensó en finalizar sus estudios, regresar a Colombia e incorporarse a Geominas, pero: “la vida me mostró que no era por donde yo quisiera”.

    Hizo maestría y doctorado en Geología en la Universidad de Stanford (EE.UU.), donde compartió con los mejores especialistas. Allí tuvo la oportunidad de conocer de geólogos y geología en diferentes partes del mundo. El rigor, la disciplina y la profundidad de sus investigaciones le abrieron puertas y, una vez más, ingresó por una de ellas para  realizar su postdoctorado. Regresar a Colombia se desvanecía de sus planes.

    Su legado y conocimiento

    Después de vivir tres años en Alemania y como si la vida le tuviese destinado ser una mujer del mundo, le ofrecieron trabajar como científica en Corning. Una vez más el cielo estadounidense, presente testigo de sus exploraciones, la cobijaba. Allí logró siete patentes.

    Además, ejerció como directora del Centro Europeo de Tecnología de Corning, en la ciudad de Avon, Francia, donde guio, estratégicamente, grupos hacia una cultura creativa que les permitiera desarrollar soluciones a grandes problemas.

    En 2012 publicó el libro Idea Agent. Este formula liderazgo para la creación de culturas creativas para la formación y el desarrollo, no solo en tecnologías sino en cualquier área donde se necesiten ideas distintas.

    Considera que la U.N. le dio las bases necesarias para enfrentar esos retos que surgieron una vez egresó: “allí aprendí integridad, perseverancia, tolerancia y los valores de rigor necesarios que me fueron útiles en el desarrollo de mi carrera. La U.N. fue mis primeros pasos en entender la diversidad de pensamientos y de personas. Elementos necesarios para dirigir equipos creativos”.

    Para dirigir grupos con un liderazgo asertivo se tiene que evolucionar mucho como ser humano, reflexionó Lina, en 2006, cuando fue elegida Tecnologist of the Year. “Es muy lindo que a uno le reconozcan su esfuerzo a través de una carrera. Lo disfruté  mucho y pensé: no soy superior por el hecho de recibir este reconocimiento, es muy especial haber sido seleccionada entre tantas personas, pero ¡que no se te suba el ego Lina!”, cuenta.

    Otro de sus reconocimientos es el análisis químico y de petrografía sobre las rocas de Gorgona. En sus estudios encontró las lavas de más altas temperaturas del mundo en terrenos geológicamente jóvenes, cuya existencia el campo científico daba por imposible.

    Actualmente, esa colección de rocas se encuentra en el Smithsonian Institution de Washington, entidad que reúne muestras científicas y del desarrollo de la cultura de EE.UU. y del mundo. “Me las pidieron como donación y están disponibles para que otras personas las estudien. Me siento feliz porque es una contribución significativa de una colombiana a la evolución del marco de la tierra”.

    Lina vive en EE.UU. pero cuando visita Medellín y recorre los espacios de la U.N. la revive con nostalgia. “Ha cambiado mucho”, dice. Llegar a esta ciudad le recuerda a su madre, la pintora Dora Ramírez, quien los fines de semana estaba en el corredor del patio de la casa pintando mientras Lina estudiaba. “Ella siempre pintaba en el corredor y es una imagen muy linda que tengo”, cuenta Lina.

    Su casa siempre fue un lugar para el encuentro. Todos los literatos, artistas, cantantes, bailarines de los años 60 y 70 de Medellín estaban allí. El escultor Hugo Zapata era uno de ellos. Lina recuerda que “era compañero de una de mis hermanas en la U.N. Cuando nos visitaba me hacía mostrarle todas las rocas que yo guardaba”.

    Lina, quien abrió y dejó la puerta abierta para las mujeres colombianas que hoy estudian geología, se declara fiel seguidora de la filosofía budista. Ella, la mujer sonriente que le gusta visitar montañas y que encontró en la investigación, la ciencia y la tecnología, la diversidad de pensamientos que le permitieron obtener resultados distintos y grandes reconocimientos, aprendió lo que considera más importante: vivir el momento y  prepararse para recibir sorpresas.

    “Mi paso por la Facultad de Minas me dio conocimiento, experiencias de vida y me deparó un camino que fue contundente en mi trayectoria como profesional”, concluye.

    (FIN/RPR)

    12 de octubre del 2018