36 edificios ubicados en Medellín, 24 en el centro y 12 en El Poblado, son los protagonistas de la muestra que propone un análisis sobre este tipo de construcciones como un buen modo de pensar el crecimiento de la ciudad e invita a tomar conciencia acerca de la importancia de la arquitectura y del patrimonio como elemento dinámico y activo que admite la transformación.

La exposición es el resultado de tres años de investigación en los que los profesores de la Facultad de Arquitectura, Luis Guillermo Hernández Vásquez y Mauricio Gaviria Restrepo, han trabajado convencidos de que teoría y práctica, proyecto y análisis, son dos caras inseparables del proceso de construir el espacio para las actividades humanas.

La condición de Medellín: una ciudad enclavada en un valle estrecho y rodeado por laderas de alta pendiente que le dificulta el crecimiento y la conmina a reordenarse desde adentro, fue el germen de la investigación que dividió la urbe en cinco ejes significativos de reflexión: el Parque Berrío, el Parque de Bolívar, la Avenida La Playa, la Avenida Oriental y la Avenida El Poblado. En esta medida, el profesor Mauricio Gaviria resaltó que “en arquitectura es en los mismos edificios donde radica el conocimiento”.

Durante el primer año estudiaron el problema de cómo se organizan los edificios altos. “Yo estuve trabajando en Medellín con unos estudiantes que hacían su trabajo de grado como auxiliares de investigación para los buenos ejemplos locales de organización vertical del espacio”, explicó el profesor Hernández Vásquez. De manera paralela, el profesor Gaviria estudió el asunto a nivel mundial.

Para el segundo año los docentes se reunieron y desarrollaron experimentaciones con los estudiantes que le dieron al proyecto el carácter de semillero de investigación y propiciaron los insumos para el tercer año de trabajo.

“Después de conocer a fondo cada uno de los edificios asignados se les daba un predio contiguo a los estudiantes en el que debían proponer un programa que usualmente se organiza horizontalmente para ordenarlo de manera vertical como un centro de cultura física, por ejemplo”, expresó el profesor Mauricio Gaviria.

Los edificios altos se originaron en Chicago hacia finales del siglo XIX y principios del XX como consecuencia de algunos desarrollos técnicos propios de la industrialización, entre ellos la invención del ascensor. De acuerdo con el profesor Hernández, su perfeccionamiento se dio a partir de la experimentación profesional de los arquitectos y devino en una manera de ordenar el espacio para las actividades humanas que hoy sigue siendo modelo y que aplica también para lo que sucede en Medellín, por ejemplo, con las construcciones analizadas.

Edificios como el Banco de Londres, el Banco de la República, el Banco Central Hipotecario, el Gualanday, el de Seguros Bolívar, la Torre La Playa, la Torre Argos, Diners, la Torre Oviedo, la Torre del Café, entre otros, son algunos de los buenos ejemplos de construcción vertical del espacio en Medellín y que, según los docentes, deberían marcar una pauta a seguir.

“No es que pensáramos que en Medellín no se están haciendo edificios altos; es que en la revisión que hicimos de la proliferación de edificios de altura durante el boom inmobiliario de hace unos 15 años encontramos que los que se están haciendo no están teniendo en cuenta las lecciones aprendidas”, precisó el profesor Mauricio respecto a la investigación.

Fotografías, planimetrías y proyecciones arquitectónicas realizadas por profesores y estudiantes configuran la exposición que estará en Sala U, Facultad de Arquitectura, hasta el 28 de septiembre. Además de la muestra, el proyecto cuenta con un artículo de revista y tres libros: dos ya publicados y uno que estará listo al final de este año.

(FIN/CST)

5 de septiembre del 2018