Alejandro Patiño Murillo, de la Facultad de Arquitectura, y Juan pablo Sierra Mejía, de Minas, recibieron en diciembre de 2017 la sorpresa de ser los mejores del país en sus áreas específicas del conocimiento, a propósito de las Prueba Saber Pro que presentaron en septiembre de 2016.

Una medalla y un diploma del Ministerio de Educación Nacional acreditan que los jóvenes obtuvieron los mejores puntajes en las áreas Arquitectura y Urbanismo, en el caso de Patiño Murillo, e Ingeniería en el de Juan Pablo Sierra.

Desde el colegio ambos estudiantes dejaron ver sus inclinaciones vocacionales. En el caso de Juan pablo, que ahora es estudiante de la Maestría en Ingeniería Mecánica, el amor por las matemáticas, la física y todo aquello que involucrara números marco su camino.

“Yo siempre tuve interés por las ciencias exactas. En el colegio siempre participaba en olimpiadas de matemáticas y física; de hecho, fui dos veces finalista (en 2011 y 2009) de las Olimpiadas Nacionales de Matemáticas. Siempre supe que lo mío eran las ciencias exactas y me decidí por la ingeniería porque tiene más campo de aplicación en la vida real solucionando problemas”, cuenta Juan Pablo, quien se siente llamado a poner sus conocimientos al servicio de la sociedad.

Alejandro, por su parte, recuerda que en el colegio su materia favorita era dibujo técnico. “Además siempre he sido muy curioso y en arquitectura encontré que cuando uno propone un proyecto necesita apoyarse en muchas áreas del conocimiento y asesorarse con otros profesionales como ingenieros ambientales y civiles”, manifiesta.

El objetivo de la Prueba Saber Pro es conocer el nivel académico de los futuros profesionales del país, por eso es un requisito obligatorio para graduarse. El desarrollo de esta incluye dos sesiones: la primera corresponde a módulos de competencias genéricas como lectura crítica, razonamiento cuantitativo y competencias ciudadanas, y la segunda a competencias específicas.

Al respecto, los jóvenes coinciden en que si bien los resultados obtenidos constituyen un reconocimiento valioso para ellos, también lo es para la Institución en la que se formaron por cuanto ratifica el sello de alta calidad de la Universidad Nacional de Colombia.

Alejandro Patiño, por ejemplo, resalta la visión de la Facultad de Arquitectura de la Sede, que se enfoca en los contextos en los que se sitúan las edificaciones, a diferencia de otras escuelas que se centran especialmente en las estructuras como tales. “La U.N. es de altísimo nivel, los profesores y el sistema de evaluación influyen bastante; se recibe la teoría justa y la materia de taller, que es el eje central”, agrega.

“Mi preparación para las Pruebas Saber Pro fueron mis cuatro años estudiando con mucha dedicación; por eso, este reconocimiento es más que para mí, para la Universidad porque no hubiese sido posible sin la calidad de la educación que recibí”, señala Juan Pablo.

La excelencia académica, el análisis crítico y la fortaleza de la investigación son algunos de los elementos que destacan la formación que imparte la U.N., los cuales la han convertido en una de las instituciones con más alta calidad en el país y en Latinoamérica.

(FIN/CST)

5 de marzo del 2018