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En 1921, traído por el Ferrocarril de Antioquia, la Gobernación y la Escuela Nacional de Minas, donde dictaba clases, el geólogo alemán Emil Grosse vino a estas tierras. El experto elaboró un trabajo cartográfico sobre el suroeste antioqueño que no existía para la época. El Museo de Geociencias de la U.N. conserva su legado que incluye muestras de rocas de la zona carbonífera entre Bolombolo y Olaya, y mapas detallados realizados a partir de su trabajo de campo.

Este y otros contenidos de valor patrimonial, más de 3.000 ejemplares de minerales, alrededor de 10 mil muestras de rocas y un número no calculado de fósiles, conforman uno de los museos más importantes del país en el tema de las ciencias de la tierra.

La historia de este espacio inició desde el momento mismo de la creación de la Escuela Nacional de Minas en 1887, hoy Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia. Con la idea de tener colecciones para el trabajo de los estudiantes que se formaban como ingenieros, el doctor Tulio Ospina Vázquez, cofundador de la Escuela, propuso la creación del Gabinete de Mineralogía y de Geología a partir de la donación de su colección personal, de muestras recolectadas en campo, compras, donaciones e intercambio con otras instituciones.

“No hay una fecha real de su fundación pero en las cartas y archivos tempranos de la Escuela ya se habla del Museo de Rocas y Minerales. Uno de los primeros registros oficiales aparece en 1921 cuando se crea el Salón de Mineralogía a razón de la muerte de Tulio Ospina y en su honor como precursor”, contó la profesora Marion Weber Scharff, directora del Museo.

Una muestra representativa de geociencias que incluye minerales industriales como mármol, halita y caolín; gemas y piedras preciosas como esmeraldas, diamantes, zafiros y turmalinas; muestras fósiles, además de un archivo histórico, conforman el museo que, con más de un siglo de historia, se constituye como el único de su especie en Antioquia.

“Tenemos colecciones desde la época de Tulio Ospina hasta donaciones recientes que recibimos de estudiantes, profesores y coleccionistas, entonces esta es una colección que se construye y el Museo sigue creciendo”, dijo la profesora y agregó que el equipo ha trabajado para hacer el espacio didáctico a partir de una museografía atractiva que involucra, por ejemplo, vitrinas auto contenidas.

Estudiantes, profesores, investigadores y visitantes externos, encuentran abiertas las puertas del Museo de Geociencias, un espacio enfocado en potenciar la apropiación social del conocimiento que se ha convertido en un punto de encuentro entre el adentro y el afuera en la medida en que establece una conexión valiosa entre la sociedad y lo que se hace en la Facultad.

Además del espacio museográfico de interacción que se encuentra dispuesto al público en general y que representa solo un 5% del haber del Museo, bajo custodia permanece el grueso de las colecciones, la idea es que estén disponibles para un público especializado.

“Con la colección de paleontología (fósiles) y de mineralogía que tiene muestras de todo el mundo y de muchas minas de Colombia, minerales raros, especiales, etc. queremos hacer un trabajo de organización de inventario que es un proceso largo, y que les sean útiles a las personas que están haciendo investigaciones, eso es muy importante como museo universitario” concluyó la profesora Weber.

11 de septiembre de 2017