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Un maestro para quien la enseñanza encerraba la idea de libertad y el momento para soñar el futuro; ese era Walter Sorge Zizich para su hija Lavinia. El profesor, el padre, el amigo, que además le enseñó a amar sin palabras, falleció en enero de este año y como homenaje póstumo la familia creó en su nombre una beca que tiene como fin beneficiar a estudiantes de bajos recursos económicos en matrícula, alimentación, materiales y transporte.

  • Inspirada en el espíritu del profesor su familia creó la beca Walter Sorge Zizich.

    Inspirada en el espíritu del profesor su familia creó la beca Walter Sorge Zizich.

  • Franca Radovani de Sorge y Lavinia Sorge Radovani, esposa e hija del profesor Walter Sorge Zizich

    Franca Radovani de Sorge y Lavinia Sorge Radovani, esposa e hija del profesor Walter Sorge Zizich

  • Daniel Cano y Eliana León, estudiantes de Ingeniería Física.

    Daniel Cano y Eliana León, estudiantes de Ingeniería Física.

    “La idea es que los estudiantes alivianen un poco los costos económicos del estudio. Esto lo hacemos motivados por el espíritu de Walter, por el amor que él le tenía a la Universidad y porque como estos jóvenes él también tuvo que trabajar para pagarse sus estudios desde muy joven y toda su trayectoria la construyó solo con sus medios”, dijo su esposa Franca Radovani de Sorge.

    Daniel Cano Quintero y Eliana Martina León Martínez, ambos estudiantes de Ingeniería Física fueron los beneficiarios de la beca. Él proveniente de Rionegro, Antioquia, viaja todos los días hasta Medellín, nunca se ha perdido una clase, ni siquiera las de seis de la mañana. Ella oriunda de Villavicencio, Meta, es un ejemplo para la comunidad de la vereda Brisas del Guayuriba. Los dos sueñan con llevar sus conocimientos hasta sus lugares de origen y ser el orgullo de los suyos.

    “Siento que esta esta es una gran oportunidad que trae consigo grandes responsabilidades. Voy a poder tener una mejor alimentación y un mejor nivel para estudiar; pero también siento el compromiso de responderle a la Universidad y a la Familia Sorge siendo la mejor”, dijo Eliana Martina.

    Daniel, por su parte, ve el beneficio como la oportunidad para que sus compañeros vean en él un ejemplo a seguir y se esfuercen por trazarse metas y superarse siempre.

    “Para mi papá la Universidad Nacional de Colombia era la vida entera, yo creo que era la número uno, dos, tres y cuatro en su vida y hoy yo veo en Daniel y en Eliana que los sueños que ellos tienen de enseñar y ser los mejores ingenieros reflejan perfectamente lo que era mi papá”, comentó Lavinia Sorge.

    Del profesor de Óptica y Física 3 que merodeaba por los bajos del bloque 21, en compañía de otros sonriendo y conversando o solo y en silencio, hoy quedan buenos recuerdos y grandes enseñanzas. Entre ellas la idea de que a través de la educación se conquista la libertad.

    (FIN/CST)

    11 de agosto del 2016