El programa hace parte del Proyecto Armonización de la Extensión de la Sede y gracias a la protección que le confirió la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) se podrá generar distintividad y, por ende, identificar productos relacionados con servicios científicos, tecnológicos, de investigación, gestión de negocios comerciales, telecomunicaciones, formación, entre otros. Esto lo convierte en un bien, aunque incorporal, es decir, le otorga un derecho de composición abstracta.

La marca, Los Niños Científicos de la UNAL, según la SIC, “posee la capacidad distintiva suficiente para identificar los productos y servicios solicitados” y que no hay indicios razonables que le permitan perpetrar, facilitar o consolidar un acto de competencia desleal.

Este es un programa de extensión y de extensión solidaria dirigido a niños y jóvenes entre los 7 y 15 años para promover la cultura de la investigación y el pensamiento crítico mediante actividades relacionadas con ciencia, tecnología e innovación. Algunas de las líneas temáticas son óptica, robótica y electrónica.

De acuerdo con Gloria Cecilia Arroyave Ochoa, coordinadora de Los Niños Científicos de la UNAL, la iniciativa es loable, además, porque facilita la exploración vocacional tanto de los participantes como de los talleristas, quienes son estudiantes o egresados de la Universidad.

Por ese conjunto de aspectos, “en este programa vimos un potencial impresionante, porque no solamente puede aplicarse dentro de los programas de formación que ofrece la Sede, sino también causar una recordación tal dentro del sector educativo, que se conozca en todo el ámbito de aplicación territorial, esto es en Colombia, y por qué no, de acuerdo a la necesidad y el potencial, intentar una protección en otros países”, cuenta Beatriz Peláez Cárdenas, abogada de Oficina Jurídica de la UNAL Medellín.

Las marcas, explica, son estrategias para identificar productos o servicios en el mercado, y en el camino de buscar la concesión se trabajó en el cumplimiento de requisitos que incluyó, entre otros, el diseño del logotipo y la búsqueda de antecedentes ante la entidad competente y con respecto a las demás instituciones de educación superior, como ya lo había hecho la profesora Gloria Arroyave Ochoa, coordinadora del programa Niños Científicos de la UNAL Medellín.

El proceso que se surte para la concesión de la marca ante la SIC es administrativo y tiene etapas que la Universidad cumplió y superó. En ese sentido, el sello Los Niños Científicos de la UNAL ahora goza de distintividad, y del derecho a oponerse a cualquier iniciativa que pretenda ser similar y la convierte en un bien incorporal: “así como posees el título del inmueble o sobre el vehículo, cuentas con un certificado de la marca que te da la posibilidad de negociar”, ejemplifica Peláez Cárdenas. La vigencia es de 10 años, a partir de ese plazo es necesario hacer la solicitud de la renovación.

“Este logro es posible gracias a la labor de un equipo conformado por el personal de la Dirección de Investigación y Extensión, docentes, estudiantes y voluntarios, quienes con su dedicación posicionan a la Institución como un referente de ciencia, tecnología e innovación a nivel nacional y mundial mediante este programa”, indicó la dependencia.

Cuando Arroyave Ochoa tomó su cargo pensó en realizar el trabajo con todo el compromiso posible, pensando en los retos y en las oportunidades, y en ejercer con amor. Sin embargo, afirma que no pensó que el programa “llegara adonde está, y que se lograra hacer lo que se ha hecho”. Eso le genera aún más satisfacciones y la embarga de emoción.

(FIN/KGG)

21 de junio de 2023