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Desde los cinco años estaba convencida de su vocación como médica, nunca lo dudó. Hoy, después de tres décadas de servicio en la UNAL Medellín, Olga Mora Herrera se siente más satisfecha que nunca, pues no solo cumplió su sueño de infancia, sino que dejó una huella innegable en los miles de docentes y estudiantes que pasaron por su consultorio.

  • Además de ser médica la doctora Olga también es brigadista de emergencia, navegante profesional y practica la natación y la jardinería. Foto: Unimedios.

    Además de ser médica la doctora Olga también es brigadista de emergencia, navegante profesional y practica la natación y la jardinería. Foto: Unimedios.

  • En el 2018 la Sede la condecoró por su vocación de servicio a la Universidad. Foto: cortesía Bienestar Universitario.

    En el 2018 la Sede la condecoró por su vocación de servicio a la Universidad. Foto: cortesía Bienestar Universitario.

  • “Ahora podré dedicarme más a las brigadas de salud, casi de lleno, poder ir con más frecuenta a ayudar a la gente. Ahora tendré el tiempo de hacerlo con más énfasis, pues hay comunidades muy necesitadas en este país”, Olga Mora. Foto: Unimedios..

    “Ahora podré dedicarme más a las brigadas de salud, casi de lleno, poder ir con más frecuenta a ayudar a la gente. Ahora tendré el tiempo de hacerlo con más énfasis, pues hay comunidades muy necesitadas en este país”, Olga Mora. Foto: Unimedios..

    Antes de ingresar a la Universidad la doctora Olga trabajó en brigadas dirigidas a comunidades vulnerables, realizando la promoción y prevención de salud familiar, desde ahí se convenció que el trabajo comunitario y con jóvenes la apasionaba, por eso no dudó en presentarse a la vacante que se abría en la Sección Salud de Bienestar Universitario, espacio que la vería crecer no solo como profesional sino como un ser humano solidario.

    “La vocación de ayudar a los demás viene de familia, recuerdo que con mi papá íbamos a los pueblos y trabajábamos con las comunidades, de ahí aprendí que era privilegiada por tener casa y comida, cosa que no todo el mundo tiene, y desde ese momento empecé a ver las necesidades de las personas y quise seguir trabajando en eso, sin importar la raza, la religión y la política. Posteriormente cuando di el salto aquí a la Universidad, muchos pensaban que no iba a encajar por venir de una universidad privada, pero no fue así, por el contrario, encontré un espacio muy grato de aprendizaje”, asegura Olga Mora Herrera, con la serenidad que la caracteriza.


    La satisfacción de salvar vidas

    Dice Olga Mora que lo primero que recuerda de la UNAL Medellín es lo asombrada que estuvo por sus espacios verdes, no podía creer que un lugar así estuviera en medio del caos de la ciudad. “Ahora es mi casa, aquí he vivido ¾ partes de mi vida. Esto ha sido un aprendizaje completo”, dice.

    Hacer parte de la Sección Salud ha sido una forma de reivindicar el juramento de Hipócrates que compromete a los médicos a trabajar en pro de la salud de cualquier persona, más cuando el sistema de salud del país ve a los pacientes como clientes, no como seres humanos.

    “Aquí en cambio nosotros estamos regidos por la ley de educación, es un ambiente diferente, trabajar con jóvenes es un aprendizaje porque no solo te entienden todo, sino que te enseñan un montón, hay un diálogo de saberes donde yo le doy mi conocimiento al usuario para que se mejore, pero ellos me enseñan a mí muchas cosas. Es bonito ver a estudiantes que fueron mis pacientes ser ahora docentes, decanos, administrativos y hasta vicerrectores, es una oportunidad que no todos podemos presenciar en la vida, pocas veces un médico puede volver a ver al paciente sano, disfrutando la vida”, añade la doctora Olga Mora.

    Uno de sus roles más significativos por su paso en la UNAL Medellín fue liderar el Programa de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad, pues siempre ha estado convencida de la importancia de cuidarse sin estar enfermo, y hacerlo en una dimensión completa: física, mental y espiritual. “Estoy absolutamente segura que en algún momento de su vida todos los que han pasado por el programa de promoción y prevención han usado esos conocimientos, porque no solo se trata de salud, sino de felicidad, asertividad y habilidades para la vida”, añade.

    En su paso por la UNAL, la doctora Olga no solo marcó la vida de estudiantes, sino de sus compañeros de trabajo, que ven en ella un ejemplo de pertenencia por la Universidad y de altruismo:

    “Conocí a la doctora Olga cuando comencé en la universidad por prestación de servicios hace aproximadamente 15 años. Destaco de ella grandes cualidades como la paciencia, su entrega para solucionar las situaciones médicas de los estudiantes, lo proactiva que es, es un ser humano con muchísimos valores; su amor y entrega por la universidad es inmenso, una persona como ella no encontraremos fácilmente, pues sabe cómo llegarle a la comunidad universitaria en general sin importar si son estudiantes, empleados o contratistas”, dice Olga Nubia Lujan Mesa, enfermera de la sección Salud.

    Finalizando el mes de agosto la doctora Olga Mora cerrará un ciclo en su vida, empezará su etapa como jubilada, en la que espera tener otros roles que la sigan nutriendo como mujer, madre, hija, esposa y médica.

    “Es un cambio de roles, en el que quiero aprovechar todos estos aprendizajes y aplicarlos de otra manera. Espero poder compartir más con mi madre, ahora tendré el tiempo de hacer más ejercicio, disfrutar el campo y la jardinería. La idea es volver a reconocer la ciudad, verla con otros ojos, además pronto seré abuela entonces será una nueva faceta en mi vida que me emociona mucho”, dice Olga Mora.

    “Nos dejara una huella imborrable en cuanto a los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad como por ejemplo los talleres de salud sexual y reproductiva, jueves de la salud, sus chistes en las aperturas de historias clínicas y bienvenidas a los estudiantes nuevos, su alegría contagiosa y su capacidad de servir; un sin número de cosas buenas que nos quedarán por siempre en nuestros corazones y que extrañaremos cada día”, expresa Paula Andrea Dávila Carmona. Psicóloga de la sección de Salud.

    Dice que sus últimos días en la Universidad serán para disfrutarla al máximo, saborear cada árbol, palma, flor y ave que hay en el campus.

    “Siento un agradecimiento total con la Universidad, por darme la oportunidad de trabajar en este jardín botánico tan hermoso, con tantos valores que nos inculcan a los empleados, eso irá como un sello en mi corazón. Además, la oportunidad de haber salvado algunas vidas hace que todas las experiencias valgan la pena completamente”, concluye Olga Mora Herrera.

    (FIN/DQH)

    22 de agosto de 2022