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Aceptar la diversidad es la clave de la sustentabilidad, que además encuentra una gran importancia en la educación ambiental, desde la crítica a los modelos de desarrollo vigentes hasta el reconocimiento de nuevas aproximaciones culturales y académicas que definan otras maneras de relacionarnos con la naturaleza y el otro.

  • Esta sesión reflexionó además sobre la importancia para la educación ambiental del reconocimiento y el diálogo con las culturas que tienen otro tipo de relaciones con la naturaleza. Foto: Reproducción.

    Esta sesión reflexionó además sobre la importancia para la educación ambiental del reconocimiento y el diálogo con las culturas que tienen otro tipo de relaciones con la naturaleza. Foto: Reproducción.

  • “Necesitamos que toda la educación en sus diferentes niveles se ambientalice, que desde todas las ramas se permeen por esas miradas sensibles y críticas frente a los problemas actuales”, Marisol Lopera. Foto: Pixabay

    “Necesitamos que toda la educación en sus diferentes niveles se ambientalice, que desde todas las ramas se permeen por esas miradas sensibles y críticas frente a los problemas actuales”, Marisol Lopera. Foto: Pixabay

  • “Es interesante que esa diversidad que todos defendemos conceptualmente, la práctica diaria nos obligue a reconocer los límites y poder acércanos a ellos, y así poder llegar a una convivencia”, Román Castañeda. Foto: Pixabay

    “Es interesante que esa diversidad que todos defendemos conceptualmente, la práctica diaria nos obligue a reconocer los límites y poder acércanos a ellos, y así poder llegar a una convivencia”, Román Castañeda. Foto: Pixabay

    Estas reflexiones fueron el eje central de la quinta sesión de la cátedra Saberes con Sabor, producida por la UNAL Medellín con el apoyo de la Academia Colombia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y que contó con la participación Marisol Lopera Pérez, licenciada en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales y Educación Ambiental de la Universidad de Antioquia, magister en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Universidad de Manizales y doctora en Investigación Transdisciplinar en Enseñanza de las Ciencias Experimentales y Educación Ambiental de la Universidad de Valladolid; y Román Castañeda, docente de la UNAL Medellín y coordinador la cátedra.

    “Cuando hablamos de sustentabilidad y sostenibilidad en temas ambientales estamos de acuerdo en que son totalmente relevantes, que en la actualidad estamos atravesando una crisis ecológica, y de todos los medios recibimos información de las transformaciones y degradaciones sistémicas de los ecosistemas a nivel global, de los problemas sociales que están emergiendo permanentemente y que son de difícil solución, de tal manera que si bien podamos tener identificaciones teóricas yo quiero resaltar que estamos llamados a la acción, desde el diálogo y el encuentro con el otro”, agrega la docente Lopera Pérez.

    Más allá del concepto de desarrollo sostenible

    La formación en temas ambientales ofrece enormes posibilidades de transformar la educación, desde el uso de conceptos como desarrollo sostenible se pueden establecer estrategias de cambio. La definición de este término puede precisar un avance que garantice a las generaciones futuras el disfrute y la satisfacción de las necesidades como ya sucede en la actualidad.

    “Algunos críticos del desarrollo sostenible aseguran que hay un conflicto con el concepto de desarrollo que es previo y se da después de la segunda guerra mundial y que lastimosamente generó unas categorías en las cuales nosotros como colombianos quedamos mal parados, en el sentido en que esos imaginarios que se generaron sobre la pobreza, la capacidad de salir de ella y la necesidad de colaboración, ayuda e ingiere a la hora de tomar decisiones”, afirma Marisol Lopera Pérez.

    En esta misma línea, la docente invitada asegura que el desarrollo sostenible tiene toda la buena intención y vincula lo ecológico, lo social y lo económico, pero hay un discurso dominante por esto último y unos modelos económicos que no han permitido que se superen dificultades a nivel global, persistiendo los problemas, convirtiéndose en retos mucho más grandes y resistentes a las diferentes estrategias, es por esto que prefiere el uso del término sustentabilidad.

    “Este es un posicionamiento bastante crítico, pues no queremos el prefijo de desarrollo y no creemos que sea la única forma en la que se puede vivir, hay otras formas de reconocer como vivimos y que necesitamos para tener una vida mejor, deroga un poco la idea de progreso impuesta por occidente. Por ejemplo, en Latinoamérica tenemos múltiples formas de vida, nuestras historias indígenas nos dan enfoques diversos de cómo se vive y se piensa. La sustentabilidad trasciende discursos y se vincula con la realidad de las personas, es un principio de otredad y de las diferentes formas de entender cómo nos relacionamos”, agrega Lopera Pérez.

    Una manera de transformar la forma de concebir el desarrollo sostenible sería volviendo a lo sagrado, pues según la docente esto conlleva veneración y respeto, trae consigo entender que hay otro, condiciona y se vincula con el sistema de valores de la generosidad y el amor.

    “Si nos vemos como un tejido, el daño al otro nos afectará, el concepto de lo sagrado hace un llamado a la reestructuración de la escuela, aunque es difícil porque las estructuras son muy rígidas, y resignificar es todo un reto, sin embargo, un sistema que se resiste a los cambios no va a lograr trascender. Es el momento de que lo ambiental no sea un accesorio, que permita que la educación florezca y se repotencie, entendido desde el fortalecimiento del ser y de cuál es el sentido de la vida”, dice Marisol Lopera Pérez.

    Transdisciplinariedad, la respuesta ante los desafíos ambientales de nuestra época

    La educación ambiental no formal, la que es obtenida fuera de la escuela impone un reto ante los educadores, que son conscientes que fuera de las aulas, el trabajo con la comunidad es vital para la transformación de los territorios, pero debe hacerse de una manera consiente y repensada, de acuerdo a los contextos locales y la continuidad de los procesos en las familias.

    “Las transformaciones empiezan por los cambios de los sistemas de valores, pero también en las formas en las que las personas ven el mundo, sin perder de vista lo local ni lo global. Las agendas mundiales deben ser cuestionadas, pues estamos instando a unas acciones cotidianas que implican cambios importantes, es un llamado a la política pública regional y nacional. Esto implica que pensemos de manera más holística y desde la multiperspectiva”, agrega Marisol Lopera Pérez.

    La crisis ambiental no se escapa de situaciones de polarización, siendo el resultado de cambios de perspectivas y con diversidad de planteamientos, y según la docente invitada, esta diversidad en temas ambientales tiene que ser gestionada de otra manera, pensarse como nos conectamos con la diferencia del otro, y cómo construimos con ella; pero, además, superar el denigrar al otro.

    “El diálogo entre saberes es complejo, pues desde la perspectiva de desarrollo sostenible hay saberes que son hegemónicos, actitudes políticamente correctas, y cuando decimos eso descartamos una cantidad de posibilidades ricas en la sociedad que deberían ser incluidas para encontrar las rutas de superación de la polarización”, concluye Román Castañeda.

    (FIN/DQH)

    26 de mayo de 2022