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Crónica sobre la experiencia de uno de los protagonistas de la serie “Muchachos a lo Bien”, emitida por el canal regional Teleantioquia durante 1993 y 1998 y producida por la Corporación Región y la Fundación Social.

 

  • Esta serie se configuró como un relato esperanzador que permitió ver otras realidades sociales de la juventud urbana, por lo que hoy es un testimonio fundamental para la historia de la ciudad. Foto cortesía Archivo Histórico de la Corporación Región

    Esta serie se configuró como un relato esperanzador que permitió ver otras realidades sociales de la juventud urbana, por lo que hoy es un testimonio fundamental para la historia de la ciudad. Foto cortesía Archivo Histórico de la Corporación Región

  • Puede escuchar el podcast musical de César Tapias a través de Spotify. Foto cortesía Archivo Histórico de la Corporación Región

    Puede escuchar el podcast musical de César Tapias a través de Spotify. Foto cortesía Archivo Histórico de la Corporación Región

  • “Muchachos a lo Bien era una serie novedosa que relataba la vida en los barrios, ahora hay mucha más gente que puede contar y reflexionar sobre las realidades juveniles, incluso los mismos jóvenes podrían empoderarse y hacer su propia serie”, César Tapias

    “Muchachos a lo Bien era una serie novedosa que relataba la vida en los barrios, ahora hay mucha más gente que puede contar y reflexionar sobre las realidades juveniles, incluso los mismos jóvenes podrían empoderarse y hacer su propia serie”, César Tapias

    Mirar hacia la zona noroccidental de Medellín es encontrarse de frente con la comuna 6, específicamente con el barrio 12 de Octubre, lugar testigo de las sombras de la violencia, pero también de luchas barriales, procesos sociales y cuna de César Augusto Tapias Hernández, un joven que desde siempre le apostó al cambio de su sector a través de la comunicación y el trabajo comunitario.

    A sus 18 años César era un ejemplo de la resistencia juvenil de la ciudad, aquellos muchachos que empuñaban esperanza en lugar de armas, armaban oportunidades en lugar de porros, robaban injusticias en lugar de plata, mataban la desigualdad en lugar de la vida.

    Sociólogo de la Universidad de Antioquia, magister en Antropología Social de la UNAL Bogotá y doctor en Comunicación de la Universidad del Norte, César fue uno de los personajes de la primera temporada Muchachos a lo Bien, elegido por su destacado trabajo como un líder juvenil durante los años 90s, donde realizó diferentes actividades como dirigir un programa radial del INEM, hacer parte de la junta directiva de Paisa Joven, trabajar con la Oficina de Juventud de Medellín y presentar un programa en la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia.

    - ¿Cómo me veo respecto a ellos?, pues como uno más, pero no como uno más del montón, sino como uno más que quiere cambiar la situación

    De la vida en el barrio a la pantalla chica

    En su búsqueda por la ciudad, la producción conoció la historia de César y lo invitó a realizar un casting para la participación en el programa. Gracias a su carisma y su alta capacidad de expresión, fue elegido y pronto un equipo de productores, investigadores y periodistas abordaron a su familia y algunos amigos, para conocer más acerca de su vida y proceder a la elaboración del guion del programa.

    “Fue un proceso interesante, aunque en esa época no me gustó como se tocaron algunos aspectos personales, pero esta situación motivó mi interés por estudiar sociología y aprender a acercarme mejor a las personas, pues todo el tiempo he trabajado la comunicación con perspectiva del cambio social, y me parece que no hay que descuidar lo humano y el respeto por los espacios donde entran las cámaras”, asegura César Augusto Tapias, recordando aquellas jornadas de grabación en las que con grandes equipos, entraban a la intimidad de su hogar y su familia, proyectando lo que para él era su vida más personal.

    Inicialmente quería estudiar Periodismo o Comunicación, pero fue admitido a la segunda opción, Sociología. Después de un tiempo de dudarlo, y luego de su experiencia en el programa, entendió que esta carrera tenía gran relevancia en su proceso, pues requería también un relacionamiento humano y respetuoso con las personas, base en sus procesos de liderazgo barrial.
    Ver reflejado en televisión su accionar político y comunitario lo motivó a continuar, pero con una perspectiva de tacto y solidaridad que solo encontró cuando vivió el proceso arduo de compartir su día a día con desconocidos tras una cámara, que, aunque buscaban reconocerlo como un muchacho de bien, lo pusieron a reflexionar ante su propia imagen y cómo quería seguirla proyectando al mundo.

    “Fue una experiencia muy bonita, pero en mi memoria se nubla un poco pues la violencia hacía nosotros fue muy latente en aquella época, perdiendo amigos por esta causa. Pese a esto cumplí mi rol de líder y luego me concentré en la academia, volví a la Universidad y limité un poco la actividad comunitaria, pero luego regresé al barrio, pero enfocado en la comunicación para el cambio social, con periódicos y proyectos audiovisuales comunitarios”, dice Tapias Hernández.

    Verse en Muchachos a lo Bien es toda una oportunidad para recordar su capacidad de resiliencia y como, a pesar de estar rodeado de violencia, logró salir de ella, no sin reflexionar sobre lo sucedido:

    “Aunque actualmente la cosa ha mejorado mucho, los jóvenes siguen siendo objeto de violencia. En aquella época era una violencia ejercida por sectores oscuros del narcotráfico y la delincuencia, hoy uno ve que es el propio Estado quién los ataca, limitando oportunidades de prosperidad. Y pensar en esto me hace dar cuenta que el Estado también era responsable en gran medida de la ola de violencia juvenil en mi época, pues había muchas limitaciones y la institucionalidad apenas empezaba a despertar”, dice César Tapias.

    De muchacho de bien a un hombre de paz

    César actualmente tiene 45 años, y trabaja con la Comisión de la Verdad en el área de comunicaciones en la Amazonía, cubriendo los departamentos de Vaupés, Amazonas, Guaviare y Guainía. Allí diseña la estrategia de comunicación para divulgar los contenidos que arroja la investigación que hace esta entidad, además de coordinar en campo la realización de algunos eventos y generación de procesos pedagógicos.

    Sus días laborales transcurren entre Medellín y las selvas colombianas, un cambio de escenario, pero no de objetivo: la justicia social y el bienestar comunitario.
    “Siempre he estado muy cercano a la academia, el programa de Muchachos a lo Bien es una referencia de lo que era en el pasado y me planteaba algunas cosas que quería hacer en el futuro, y con gran alegría puedo decir que le cumplí a ese joven, pues sigo vinculado a procesos comunitarios, sigo creyendo en el papel de la comunicación, creo aún en la fortaleza del trabajo en grupo”, comenta César Tapias.

    Quizá lo que le falta por cumplir al César del pasado es tener su propia discoteca y estudio de música, pero él considera que aún no es tarde para cumplir ese sueño. “Ya llevo un año en compañía de unos amigos desarrollando un podcast llamado Kja Xonora, donde hablamos y ponemos música que selecciono, con una gran variedad. Esta labor me la han reconocido, y quizá no sea una discoteca, pero he implementado mi gusto por poner a bailar a mis amigos”, cuenta Tapias Hernández.

    Ya con algunas canas, César asegura haber vivido una juventud plena, haber hecho lo que su corazón y su inteligencia emocional le dictaron: un acompañamiento sin pretensiones a su barrio, a su ciudad, a su Medellín que ahora ve con otros ojos, pero con igual preocupación:

    “Espero que este proyecto motive a las instituciones a buscar a los muchachos a lo bien de hoy en día. Creo que hay que seguir mirando la juventud que está en otros contextos, corriendo muchos riesgos, con la violencia, las limitaciones sociales, el acceso a la educación y otros temas que los afectan. En muchos lugares del país los jóvenes no tienen mucho por hacer, y creo que la juventud en Colombia sigue estando sujeta a muchos riesgos, con una connotación política mucho más fuerte, por eso hay que buscar esos procesos juveniles que resignifican y que los alejan de la violencia”, dice César.

    (FIN/DQH)

    16 de marzo de 2022