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La Cátedra Universociedad es una iniciativa de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Comfama y ANDI, Seccional Antioquia, la cual está dirigida a la comunidad en general y en particular a los empresarios, en un esfuerzo por impulsar la divulgación de conocimiento que contribuya a fortalecer el liderazgo en las empresas, para abrir nuevos horizontes y aprovechar oportunidades. Desde su inicio se han hecho ya seis sesionessobre “Sostenibilidad”, “Innovación”, “Mujer y sociedad”, “Convergencia tecnológica”, “Agrotecnología”, “Capitalismo Consciente” y, la última, “Ciudades Inteligentes”, la cual se reseña en este artículo.

  • La Cátedra Universociedad es una iniciativa de la UNAL Medellín, Comfama y ANDI, Seccional Antioquia. Foto: reproducción.

    La Cátedra Universociedad es una iniciativa de la UNAL Medellín, Comfama y ANDI, Seccional Antioquia. Foto: reproducción.

  • De acuerdo con Eduardo Bobadilla, la Ciudad Inteligente es un concepto que hoy en día está evolucionando hacia lo que es la sustentabilidad y la circularidad. Foto: Pixabay.

    De acuerdo con Eduardo Bobadilla, la Ciudad Inteligente es un concepto que hoy en día está evolucionando hacia lo que es la sustentabilidad y la circularidad. Foto: Pixabay.

  • Según los invitados a la Cátedra, el sentido del proceso tecnológico es apuntar integralmente en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Foto: Unimedios.

    Según los invitados a la Cátedra, el sentido del proceso tecnológico es apuntar integralmente en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Foto: Unimedios.

    Para esta sesión estuvieron invitados: Fabián Beethoven Zuleta, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín; Eduardo Bobadilla, ingeniero eléctrico y electrónico del Instituto Tecnológico de Monterrey, director tecnológico de la empresa OrkanTek; y Enrique León, ingeniero electrónico y de comunicaciones de la Universidad Tecnológica de México, Consultor Senior en Industrias 4.0 del Centro de Tecnologías de Antioquia. Todos ellos, desde sus campos de conocimiento y experiencia, trabajan en hacer posibles las Ciudades Inteligentes.

    ¿Por qué las Ciudades inteligentes?

    Las ciudades latinoamericanas enfrentan hoy desafíos globales sin precedentes. La concentración de la población en zonas urbanas avanza de manera acelerada. Según datos del Banco Mundial sobre las tendencias de hoy, para el año 2050, 7 de cada 10 personas vivirá en zonas urbanas.

    Esto implica un reto de sostenibilidad de los territorios, en cuanto a su capacidad de soporte con los recursos naturales y antrópicos disponibles para proveer de las condiciones de agua, aire, espacio público, movilidad, sanidad, equipamientos, educación y actividad económica, necesarios para esos niveles de concentración de población. Y, además, supone también un desafío enorme contar con la institucionalidad pública y privada necesaria para la organización y administración de las dinámicas urbanas y la organización de la vida social de poblaciones que se cuentan por millones. En cuanto a sostenibilidad ambiental, las ciudades representan más del 70% de las emisiones mundiales de carbono y entre el 60% y el 80% del consumo de energía.

    Frente a la magnitud y la urgencia de este desafío, los gobiernos, la academia y las empresas se orientan hacia la búsqueda de alternativas para el manejo de la complejidad de los niveles y los aspectos que implica, mediante la articulación de conocimiento, tecnología y capital social hacia soluciones integrales. Y en ese camino se ha llegado al concepto de Ciudades Inteligentes, que abre hoy un horizonte para asumir este futuro inmediato.

    ¿Qué son las Ciudades Inteligentes?

    Cada uno de los invitados planteó miradas coincidentes al responder esta pregunta. Desde su propia experiencia y enfoque, propusieron elementos que permiten una mirada panorámica de lo que son las Ciudades Inteligentes. En palabras del profesor Fabián Zuleta: “Es una ciudad o área metropolitana que se transforma de manera eficiente hasta alcanzar sus objetivos sociales, económicos y ambientales, integrando soluciones tecnológicas innovadoras (TICs) e infraestructuras en los diversos escenarios urbanos, con una amplia participación ciudadana, creando las bases de un ecosistema de negocios, a partir de la implementación de proyectos piloto a gran escala para su posterior expansión”. Y sobre esta definición se refirió a cómo el concepto de Ciudad Inteligente puede ser un orientador de procesos de planificación del territorio a largo plazo, tal como se aplicó en la formulación del Plan Territorio Inteligente y Sostenible 2030, para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

    El ingeniero Eduardo Bobadilla, por su parte, señaló: “Dentro del concepto de Ciudades Inteligentes, hay un fundamento que es lo que nosotros conocemos como servicios a la ciudad, donde radica la fuerza de la Ciudad Inteligente a nivel tecnológico. Porque con los servicios a la ciudad se accede mucho más fácil a la tecnología y a la conectividad, debido a que se democratiza mucho más fácil esta conectividad a través de dispositivos de sensores. La Ciudad Inteligente es un concepto que hoy en día está evolucionando hacia lo que es la sustentabilidad y la circularidad. El tema de Ciudad Inteligente también se basa en otro concepto que es el Internet de las Cosas, que significa conectar y llevar la información a lugares para la toma de decisiones y poder optimizar y llevar soluciones para los servicios a la ciudad”.

    El ingeniero Enrique León resaltó el hecho de que “Partiendo del témino en inglés Smart City, el término Smart utiliza otros matices adicionales que aplican muy bien a un territorio o una ciudad y va un poquito más allá: utilizar la inventiva, utilizar los recursos que tenemos a la mano, tener un plan de acción inmediato y, sobre todo, tener soluciones sofisticadas o que tienen cierta elegancia”. Y desde este marco hizo todo el énfasis en que “la persona es la pieza central de una Ciudad Inteligente. Solamente puede llamarse un territorio inteligente, si tiene como prioridad la mejora de la calidad de vida y el bienestar de la gente.” Y de estos elementos él desprende que la inteligencia de las ciudades no reside tanto en la tecnología de sus instrumentos, como en la calidad de sus propósitos para el desarrollo del territorio y el bienestar de sus habitantes.

    ¿Cómo se hace realidad una Ciudad Inteligente?

    Hacer realidad la Ciudad Inteligente para darle manejo a los desafíos urbanos de hoy parte de concretar las áreas de intervención y de aplicación en el territorio. El profesor Zuleta compartió su experiencia con el Plan Territorio Inteligente y Sostenible para el 2030, para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en el que se trabajaron seis áreas de aplicación de las tecnologías y generación de nuevas infraestructuras, las cuales son: urbanismo y cambio climático, gestión de la edificación inteligente, eficiencia hídrica y energética, gestión de los residuos, movilidad, y participación ciudadana. Y estas áreas, a su vez, son transversales e involucran en sus procesos a seis ámbitos de la vida de la gestión de la ciudad: gobierno, economía, ciudadanía, sostenibilidad, movilidad y bienestar.

    En un sentido muy próximo al presentado por el profesor Zuleta, el ingeniero León citó el modelo de abordaje basado en la propuesta del Centro de Investigación español Tecnalia, que propone seis dimensiones, con ejemplos de sus posibilidades: el medio ambiente, que se aplica al manejo de temas como las zonas verdes y a reducir las emisiones contaminantes; la movilidad, con el manejo del transporte público con sus sistemas integrados, las zonas y horarios de carga y descarga, la semaforización inteligente y los sistemas de bicicletas públicas; el bienestar, al definir, por ejemplo, cómo se está atacando la pobreza; la economía, desde el manejo de impuestos y la atracción de inversiones hasta crear una economía digital creativa y circular, que aglutine lo urbano y lo rural; la gobernanza, al mejorar la transparencia y la apertura de datos; y la ciudadanía, al trabajar para mejor educación, salud y cultura.

    El ingeniero Bobadilla destacó: “El Internet de las Cosas hoy es una realidad en Colombia, dándole soluciones a la medición de agua y de energía eléctrica y las empresas de gas están mirando hacia allá. Y de ahí se empiezan a ligar soluciones de conectividad de luminarias públicas y de una optimización en la operación de la recolección de basura, impactando en el capital humano de la propia compañía y en el capital social, porque, obviamente, la basura es un problema muy importante en las ciudades”.

    La gestión del conocimiento y la tecnología en las Ciudades Inteligentes

    El conocimiento experto que se activa en un proceso de construcción de una Ciudad Inteligente es una condición esencial para alcanzar resultados y transformaciones reales que respondan a los desafíos de los procesos de urbanización. Y el primer rasgo de ese proceso es la transdisciplinariedad de las ciencias. Así lo explicó el Profesor Fabián Zuleta: “Las ingenierías todas: de la electricidad, de la mecánica, de la ingeniería civil, de la agronomía, así como las ciencias sociales, se caracterizaron todas por ser de ámbitos disciplinares muy propios, muy delimitados. Ahora comienzan una transformación hacia un modelo con los términos de la interdisciplinariedad, del conocimiento colaborativo, en donde las ciencias informacionales van a generar una especie de vínculo sináptico de conectividad muy fuerte de los saberes hacia sus aplicaciones en el mundo empresarial, en el mundo productivo, en el mundo del trabajo”. Y complementó con una reflexión acerca de la manera como la crisis del coronavirus llevó a una rápida apropiación del conocimiento informático y del uso de la conectividad, que ha propiciado que se dé un paso adelante en la constitución de un ecosistema de datos abiertos en los servicios de salud, educación, cultura, entre otros, al que acceden entidades públicas, privadas y sociales.

    El ingeniero Enrique León también resaltó el papel del conocimiento, en estos términos: “Las ciudades inteligentes utilizan mucho el conocimiento, yendo más allá de lo que son los puros datos o la información y activando el conocimiento de la gente, de las instituciones, de las universidades, de las empresas y de los colectivos. Apuntando a que este conocimiento debe ser intensivo y, sobre todo, lo que persigue es que las ciudades puedan ser sostenibles a nivel económico, ambiental y social”. Y en ese marco propuso nueve roles que debe cumplir la tecnología: toma de decisiones rápida basada en datos; intervenciones efectivas y medibles; modelos participativos de gestión; entornos de formación avanzados; integración y protección de colectivos; soporte a las apuestas productivas; innovación abierta internacional; seguimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible; y trabajo en red.

    El ingeniero Eduardo Bobadilla, por su parte, resaltó la importancia de los servicios a la ciudad como el campo que facilita la interoperabilidad entre sistemas, basada en la confluencia entre el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial, que está llevando las soluciones para los servicios a la ciudad a un siguiente nivel. Y, finalmente, hizo dos anotaciones para la gestión de tecnologías: “Hoy en día los protocolos de Internet de las Cosas basados en el estándar de ‘Baja Potencia y Amplias Áreas’, en inglés Low Power Wide Area, brindan una facilidad para poder conectar diferentes tipos de dispositivos que dan servicios a la ciudad, y que han permitido eficiencias operativas en las aplicaciones de Ciudades Inteligentes”.

    Y la última es la recomendación a tener una mirada de lo que él llama agnosticismo tecnológico: “Debe existir el estudio previo para poder determinar qué protocolo de Internet de las Cosas es el que se debe usar. No solo tratar de conectar todo con un solo protocolo. Hoy en día lo vemos y lo vivimos mucho en Latinoamérica, que muchas compañías quieren conectar todo con un mismo protocolo, y eso, desde nuestro punto de vista, es un error porque no todas las tecnologías de IOT están hechas para todo”.

    Conclusión

    En el balance final, todos coincidieron en que el sentido del proceso tecnológico es apuntar integralmente en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, a la convivencia y el desarrollo sostenible. Esto supone un reto inmenso en el cambio de paradigmas culturales de la política y de la economía, así como del papel de la ciencia y la tecnología en la sociedad, para que se dé una adecuada apropiación y uso social extendido de las oportunidades y posibilidades de lo que son las Ciudades Inteligentes para el desarrollo sostenible de los territorios y el bienestar. Así como para el pleno ejercicio de las potencialidades y capacidades que hay en cada persona.

    Ver conferencia en: https://www.youtube.com/watch?v=DujU0S3yzqM

    (FIN/FCV)

    22 de junio del 2021