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Durante años la Facultad ha difundido la noción de que la ingeniería genera bienestar a la sociedad y a medida que ha pasado el tiempo se ha hecho consciente de los retos por asumir. La transición energética, el cambio climático y la desigualdad social son desafíos actuales sobre los que reflexiona. Un grupo de profesores hizo una propuesta para asumirlos responsablemente desde la academia a través de una proclamación pública de principios, motivos e intenciones.

  • En el conversatorio participaron profesores de las facultades de Minas y Ciencias. Foto: reproducción.

    En el conversatorio participaron profesores de las facultades de Minas y Ciencias. Foto: reproducción.

  • Los currículos deben integrar también historia natural y saberes de las comunidades. Foto: cortesía Alejandro Fula.

    Los currículos deben integrar también historia natural y saberes de las comunidades. Foto: cortesía Alejandro Fula.

  • El Manifiesto Ingeniería para la Vida se puede descargar en versión PDF. Foto: reproducción.

    El Manifiesto Ingeniería para la Vida se puede descargar en versión PDF. Foto: reproducción.

  • Los currículos, según el Manifiesto, deben reconocer los ciclos vitales de la naturaleza. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones de la Facultad de Minas.

    Los currículos, según el Manifiesto, deben reconocer los ciclos vitales de la naturaleza. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones de la Facultad de Minas.

     

    Según el documento Manifiesto Ingeniería para la Vida los grandes retos de hoy son de carácter sistémico y dimensión ecológica: “Corresponden a problemas de alcance planetario, que emergen en gran parte de nuestro apremio por perturbar sistemas complejos de manera cada vez más significativa, sin tener la habilidad, o la intención, de entender las posibles repercusiones”.

    La intención de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín a través del Instituto de Educación en Ingeniería es generar un cambio en la visión de su comunidad universitaria. Busca una nueva perspectiva que tenga como foco la vida en los territorios y en su equilibro. De acuerdo con el documento, ser ingeniero requiere, además de entender, diseñar y construir, mantener comunidades donde “los sistemas económicos y sociales (y la infraestructura que los soportan) no vayan en detrimento de la capacidad inherente para sustentar la vida”.

    La propuesta es integrar, entre otros, los currículos de programas y proyectos de la Facultad de Minas con historia natural de los territorios, y saberes de las comunidades. De esa manera se pretende propender a que se reconozca, según el Manifiesto, “la interdependencia entre procesos cíclicos vitales de la naturaleza, la ingeniería y el bienestar de los individuos y de las sociedades”.

    En ese sentido, se plantea una plataforma que fomente cinco competencias. La primera es el entendimiento de los territorios como sistemas complejos de los cuales los seres humanos forman parte; la segunda, el reconocimiento de limitaciones al realizar predicciones sobre el comportamiento de sistemas complejos y la tercera, conocer las leyes y principios mediante los cuales se entienda el funcionamiento de la vida en la Tierra, y reconocer que los seres humanos dependen de ella y son interdependientes con todos los seres vivos.

    La cuarta competencia es desarrollar habilidades de metacognición personal para saber aprender y conocer. Y la quinta, tener capacidad de estudio transdisciplinar para sintetizar información sobre la historia natural y social de los territorios.

    Desde hace un año un grupo de profesores de la Facultad de Minas ha pensado en distintos aspectos sobre las relaciones de las personas con los ecosistemas que les permiten sobrevivir o en cuánto se sabe de aquellos que suplen necesidades como el recurso hídrico, la energía o el alimento, según la decana Verónica Botero Fernández. 

    En ese sentido, para ella este Manifiesto es “la suma de reflexiones desde distintos puntos de vista. Nos enriquece mucho y nos pone a pensar hacia dónde queremos seguir habitando el Planeta y cómo desde la Facultad, formando ingenieros, somos responsables de esa acción ética que debemos emprender”. 

    ¿Cómo generar los cambios?

    Como parte de la celebración de los 134 años de la Facultad de Minas se realizó recientemente el Conversatorio Ingeniería para la vida, en el que participaron varios profesores, quienes analizaron las maneras en cómo se debe proceder a materializar el Manifiesto.

    Para propiciar la transformación se necesita “generar muchas reflexiones. A partir de ahí podemos tomar caminos de cambio y en este momento, precisamente, estamos en un proceso de armonización curricular motivado por un decreto del Ministerio de Educación Nacional, entonces tenemos una oportunidad maravillosa de pensar, en particular, sobre los temas de la enseñanza, el aprendizaje y el quehacer”, según Diana López Ochoa, directora del Instituto de Educación en Ingeniería de la Facultad de Minas.

    Uno de los asuntos más urgentes en cuanto a la modificación curricular es la cuantificación de la incertidumbre, “es algo que está separado y que se debe integrar desde el principio”, expuso Jorge Mario Ramírez Osorio, docente del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias. Adicionalmente, planteó que se deben incluir las posibilidades que ofrece la computación “para hacer matemática de sistemas complejos y no tratar de reducir todo al ejemplo minimal”.

    La profesora Eva Cristina Manotas Rodríguez, del Departamento de Ingeniería de la Organización de la Facultad de Minas, por su parte, expuso que otro aspecto a tomar en cuenta debe ser introducir los análisis cualitativos tanto en programas como en proyectos.

    Por otro lado, Margarita Salazar Henao, gerente de Desarrollo Sostenible del Grupo EPM, hizo alusión a que, desde el siglo XVIII, la concepción de éxito para la sociedad en general estuvo arraigada al crecimiento económico como fin, lo cual trajo problemas que se comenzaron a notar hacia 1960 por la sobrepoblación y el acelerado uso de los recursos naturales.

    Precisamente, la decana Botero Fernández llama la atención sobre la necesidad de un cambio de visión. Afirma que “hace 134 años nuestros fundadores pensaban en unas necesidades de desarrollo técnico en el territorio porque había muy poca capacidad. Nuestro paradigma ha cambiado, nuestras necesidades e inquietudes también, y nuestra Facultad no se puede quedar atrás en esa reflexión. Tenemos que buscar elementos que nos permitan sobrevivir juntos de manera equitativa y ahí tenemos algo qué decir”. 

    Ingeniería ética y para la sostenibilidad 

    Para Salazar Henao es positivo que en el Manifiesto se plantee la forma de ver el desarrollo integralmente, “que la ingeniería se conecte con el ecosistema y reconozca que con del conocimiento puede modificar la manera de crecimiento que se ha visto” para pasar de uno que se centra exclusivamente en el bienestar del ser humano a otro que se enmarque en la sostenibilidad.

    Según Pedro Nel Benjumea Hernández, profesor del Departamento de Procesos y Energía de la Facultad de Minas, se trata de un proceso de autocrítica en el que se debe tomar como eje la ética del cuidado, la cual asume las intenciones de no hacer daño.

    En ese sentido, añadió la docente López Ochoa, otro rol que deben tomar los profesores es la disposición a desafiar las verdades instaladas, los supuestos y alentar a que los estudiantes tomen el protagonismo para diseñar maneras nuevas de ser ingenieros: “Cuando hablamos de medioamiente y territorio siempre nos imaginamos una cosa externa. El reto es contarnos a nosotros mismos dentro de la imagen mental que tenemos de naturaleza”.

    Si desea leer Manifiesto Ingeniería para la Vida consúltelo en https://minas.medellin.unal.edu.co/manifiesto-ingenieria-para-la-vida

    Video animado: https://www.youtube.com/watch?v=tXz094XgQvs

    (FIN/KGG)

    19 de abril del 2021