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Colombia conmemora por estos días el bicentenario de la independencia de España, y, entre los recuerdos de las gestas militares y las historias de heroísmo patriótico, resurge nuevamente la imagen del prócer-científico Francisco José de Caldas, “el sabio”, cuya vida fue truncada en 1816, en medio del Régimen del Terror. Su esfuerzo personal por conocer a profundidad la riqueza natural del Nuevo Reino de Granada terminó abruptamente, y ahora, 200 años después, los científicos están empeñados en dar la batalla por reivindicar su papel frente a la figura enorme del naturalista prusiano Alexander von Humboldt.

  • Lámina fitográfica del volcán Chimborazo, realizada por Alexander von Humboldt.

    Lámina fitográfica del volcán Chimborazo, realizada por Alexander von Humboldt.

  • El encuentro entre Francisco José de Caldas y el prusiano Alexander von Humboldt, se dio en 1802 en Quito.

    El encuentro entre Francisco José de Caldas y el prusiano Alexander von Humboldt, se dio en 1802 en Quito.

  • Profesor emérito Darío Valencia Restrepo, exrector de la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Antioquia.

    Profesor emérito Darío Valencia Restrepo, exrector de la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Antioquia.

  • La segunda conferencia del tercer ciclo de la Cátedra Saberes con Sabor se realizó en el bloque 12 de la UNAL Medellín.

    La segunda conferencia del tercer ciclo de la Cátedra Saberes con Sabor se realizó en el bloque 12 de la UNAL Medellín.

    Hace parte de nuestro acervo histórico el encuentro entre estos dos científicos, uno criollo y otro europeo, en 1802, en la turbulencia previa a los acontecimientos de la Independencia. Se ha hablado mucho de los grandes descubrimientos que hizo Humboldt en América con la ayuda de Caldas, pero un análisis más minucioso muestra otro punto de vista.

    Este fue el tema central de la sesión del 16 de agosto en la Cátedra Saberes con Sabor, dictada por el ingeniero civil de la Facultad de Minas Darío Valencia Restrepo, exrector de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad de Antioquia, exgerente de Empresas Públicas de Medellín, y Miembro Honorario de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Según concluye a partir de sus investigaciones, “Caldas puede considerarse codescubridor con Humboldt de la geografía de las plantas en los Andes Equinocciales”.

    El profesor Darío Valencia, recordó que Humboldt se encontró con Caldas en Ecuador en 1802, antes de emprender su expedición al volcán Chimborazo, considerado en ese momento como el pico más elevado del mundo. Al llegar a América, el científico prusiano tenía poco conocimiento sobre la fitogeografía, es decir, la distribución de las plantas en el planeta, pero, según se deduce de sus escritos, tenía interés por investigar al respecto. El mapa más famoso de Humboldt, el “Naturgemalde”, un completo y detallado tratado gráfico sobre el Chimborazo, hace parte de su “Ensayo sobre la geografía de las plantas”, que fue publicado posteriormente en París, en 1807.

    Francisco José de Caldas, al mismo tiempo, estaba investigando la biogeografía de Los Andes, según se evidencia en la “Memoria sobre la nivelación de las plantas que se cultivan en la vecindad del Ecuador”, un mapa que especifica los intervalos de altitud donde se encuentran los cultivos de trigo, plátano, yuca, caña de azúcar, cacao, papa, cebada y maíz. Este trabajo, enviado por Caldas a José Celestino Mutis en 1803, da cuenta de un gran descubrimiento para la época. Como lo afirma el profesor Valencia: “Caldas había ya encontrado una propiedad de la naturaleza: la variación de la vegetación con la altitud. Aunque no se habla de fitogeografía o fitografía, como lo diría el neogranadino más tarde, puede afirmarse que se trata de un claro antecedente de la misma”.  

    La historia oficial le ha dado prioridad a Humboldt acerca de este descubrimiento. Pero, según las últimas investigaciones, es probable que Caldas hubiera llegado a estas conclusiones antes que el científico prusiano. El profesor Darío Valencia insiste en que la revisión minuciosa de los documentos revela nueva información.

    “Es importante ahora esclarecer las fechas de ese trabajo. Las cuatro láminas fueron enviadas a Mutis en el primer semestre de 1803, pero es difícil saber cuándo fueron dibujadas. Sin embargo, las mismas muestran una nivelación de altitudes, así como de plantas, en el enorme trayecto de Santafé de Bogotá a Quito, 730 kilómetros en línea recta. Esa nivelación barométrica o botánica contiene información que debió ser obtenida a lo largo de mucho tiempo, sobretodo ante los precarios o inexistentes caminos de la época. Caldas afirma que ese trabajo lo realizó antes de 1802 (año de encuentro con Humboldt). De modo que ese antecedente fitogeográfico de Caldas es previo a su encuentro con Humboldt. El dibujo de Caldas pudo estar influido por Humboldt, pero la información de las zonas tuvo que ser recogida en 1801 y años anteriores”, dice.

    El conocimiento de Caldas fue útil para Humboldt, como quedó claro en sus publicaciones posteriores, donde destacó los amplios conocimientos del científico neogranadino en astronomía, y la habilidad para construir sus propios instrumentos; sin embargo, no mencionó nada acerca de sus investigaciones sobre la geografía de las plantas. El interés del exrector de la Universidad Nacional de Colombia Darío Valencia de reivindicar el trabajo científico de Caldas coincide con el del profesor Alberto Gómez Gutiérrez, de la Universidad Javeriana, quien publicó recientemente la obra “Humboldtiana neogranadina”, con el apoyo de otras cinco universidades.

    Gracias a la iniciativa y al impulso de ambos, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la Embajada de Alemania en Colombia instauraron el Premio Medalla Humboldt – Caldas, que, a partir de 2019, será otorgada cada dos años a la mejor publicación sobre Biogeografía, con base en estudios desarrollados en Colombia y/o Ecuador.

    Será una manera de recordar al insigne neogranadino, pionero del periodismo científico en Colombia. En el “Semanario del Nuevo Reino de Granada”, Caldas publicó el ensayo de Humboldt, pero no dio a conocer su propio trabajo científico. Una actitud tan colombiana, como lo afirma el profesor Darío Valencia: “Todavía tenemos ese problema: nos da miedo, de pronto perfeccionismo, de pronto complejo, de pronto cautela… en el caso de Caldas, lamentable, porque perjudicó su figura histórica”.

    (FIN/FC)

    23 de agosto del 2019