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Al comienzo, durante las celebraciones habituales del día de la secretaria, en abril, él llamaba a comentar que también había un secretario, y la gente lo tomaba con gracia; con la repetición fue él quien se acostumbró a que como único secretario lo incluyeran entre la denominación “las secretarias de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín”. Es más, dice que “en las capacitaciones a veces dicen las damas y el caballero y yo replico: ‘no se complique, métame ahí que acá somos todas iguales’”.

  • Felipe se vinculó a la U.N. en 2011 mediante convocatoria pública.

    Felipe se vinculó a la U.N. en 2011 mediante convocatoria pública.

  • Empezó como operario calificado y ascendió hasta el puesto de secretario ejecutivo grado uno.

    Empezó como operario calificado y ascendió hasta el puesto de secretario ejecutivo grado uno.

  • Para él, los aprendizajes y el contacto con las personas son lo mejor de la Universidad.

    Para él, los aprendizajes y el contacto con las personas son lo mejor de la Universidad.

    Felipe García Ríos, es secretario ejecutivo del Área Curricular de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias, el 16 de agosto cumple tres años como titular de ese cargo, antes lo fue en la Dirección de Bienestar Universitario; sin embargo, no fue así como comenzó su trasegar en la U.N.

    “En el 2010 a mi esposa le llegó una convocatoria para vincularse a la Universidad, yo en ese momento trabajaba como mensajero y ella me dijo que mirara, que de pronto había algo, aunque la verdad no pensábamos que fuera posible pasar a un puesto acá”, recuerda. Aun así, Felipe se dedicó a analizar los perfiles requeridos y encontró la opción de operario calificado para la Estación Agraria Paysandú que le sonó.

    “Yo soy técnico forestal del SENA y además siempre he tenido en casa mi vivero y me gusta mucho la naturaleza, yo me dije: ‘esto es como para mí’, además me di a hacer cursos para prepararme en lo que desconocía que era lo referente a ganadería”. Y pasó, Felipe se quedó con el puesto de operario calificado para la Estación Agraria Paysandú.

    “Desde el primer día todos fueron muy amables conmigo y tuvieron siempre la disposición de enseñarme porque, obviamente, la realidad era muy diferente a lo que había pensado. Ese día, recuerdo, estaban recogiendo pasto y cuando empecé a hacer mi labor lo que me pasó fue que se me congelaron los dedos, en ese momento me dije: ‘Señor, si acá me voy a pensionar, dame las fuerzas para hacer lo mejor siempre’”.

    Además de acoplarse rápidamente a su nuevo quehacer, Felipe empezó a conocer la Universidad y el mundo de posibilidades que le ofrecía, entre ellas, escalar. Recibió cada vez con mayor interés la información sobre ocupar puestos de encargo y concursos de ascenso, por supuesto no en Paysandú, sino en los campus de la ciudad.

    “Yo empecé a presentarme a los puestos de encargo pensando en mi familia, que es mi motor, pero como conocía muy poco de la Universidad y no tenía experiencia de trabajo en oficina, todas las oportunidades las perdía”, recuerda.

    Así fue hasta que se abrió una posibilidad para la cual el único requisito era un manejo incipiente de sistemas: Word y Excel en nivel básico. “Y pasé, me convertí en el secretario del Centro de Idiomas”, allí, sin embargo, duró muy poco por razones administrativas, pero aprovechó para conocer aspectos claves del funcionamiento de la U.N. como el uso de tablas de retención.

    De vuelta a Paysandú, abrieron una convocatoria para la secretaría de la Dirección de Bienestar Universitario para la que eran suficientes los conocimientos aprendidos en unos meses en el Centro de Idiomas: Felipe se quedó con el puesto, no como encargo sino en propiedad. “Estuve ahí casi cinco años y siempre muy feliz. Desde que yo entré a la Universidad Nacional todo en mi vida ha sido una bendición, he aprendido mucho y lo más importante, he conocido personas muy valiosas”, dice.

    En 2015 Felipe participó en otro proceso de ascenso y así llegó a su cargo actual, pero tiene en claro que no quiere parar su proceso, por eso, está estudiando Gestión Documental en la Universidad de Antioquia. “Estoy estudiando pensando en el futuro, mi aspiración es llegar a una secretaría grado tres que es el cargo más alto, pero no dejar de ser secretario porque a mí me encanta y, sinceramente, no me veo haciendo otra cosa”.

    Para Felipe, lo mejor de ser secretario es la posibilidad de aprender siempre algo nuevo y el contacto con los otros; él, además, aunque no lo menciona, sabe que el quehacer de las secretarias de la Universidad es fundamental para mantener funcionando el sistema desde su base.

    Felipe es cristiano evangélico, para él Dios está por encima de todo y, con respecto a las cosas terrenales, dice, su familia está en el centro y, en segundo lugar, por todo lo que ha representado en su crecimiento personal y profesional, la Universidad Nacional de Colombia: “esta empresa es maravillosa, eso sí, siempre se puede mejorar y para eso estamos y acá voy a seguir creciendo por mi familia y para la Universidad”.

    Felipe es meticuloso, sencillo, paciente, amable, trata de mantenerse siempre positivo y de dar un buen mensaje; es muy común verlo recorrer el campus universitario y saludar a la gente con una energía que transmite alegría, es buen conversador, comprometido, autodidacta curioso y, sobre todas las cosas, un hombre entregado a su familia: su esposa Lenis, su hija Susana y sus siete sobrinos lo mueven a ser un mejor hombre.

    “Mis placeres son cosas muy simples: disfruto caminar, salir con mi familia, ir a cine, pasear, ir a la iglesia, lo sencillo del hogar, desde cocinar hasta la limpieza, pero todo juntos. Para nosotros estar en la casa es tan emocionante como un paseo de olla”, comenta gracioso pero certero.

    Felipe es consciente de que él abonó el camino para que en la Sede otros hombres se animaran a ejecutar labores secretariales y se siente feliz de haber puesto ese primer ladrillo pues lo considera un aporte pequeño pero valioso en la equidad de género.

    (FIN/CST)

    26 de abril del 2019