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“Eran alrededor de 70 hectáreas en las que nos sentíamos muy cómodos, había una avenida hermosa sembrada de palmas imperiales que subía desde la autopista hasta el lago de lotos, al frente del edificio patrimonial. En cuanto a construcciones, además estaban el bloque 11 y el 50, donde había un casino para los estudiantes que venían de regiones y no tenían alojamiento; el resto eran predios donde se cultivaba maíz, algodón, arroz, hortalizas y demás; también teníamos animales”.

  • Hacia la década de los 30 el edificio patrimonial (bloque 41) recibe a la entonces Facultad Nacional de Agronomía.

    Hacia la década de los 30 el edificio patrimonial (bloque 41) recibe a la entonces Facultad Nacional de Agronomía.

  • Durante más de un siglo la formación se ha volcado a resolver los problemas del campo colombiano. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones Facultad de Ciencias Agrarias.

    Durante más de un siglo la formación se ha volcado a resolver los problemas del campo colombiano. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones Facultad de Ciencias Agrarias.

  • Con un siglo y cinco años de trayectoria, hoy la Facultad de Ciencias Agrarias tiene cuatro pregrados, 10 posgrados y el único programa de formación tecnológica de la U.N.

    Con un siglo y cinco años de trayectoria, hoy la Facultad de Ciencias Agrarias tiene cuatro pregrados, 10 posgrados y el único programa de formación tecnológica de la U.N.

  • La excelencia y la calidad humana son el sello de los profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. Medellín. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones Facultad de Ciencias Agrarias.

    La excelencia y la calidad humana son el sello de los profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. Medellín. Foto: cortesía Oficina de Comunicaciones Facultad de Ciencias Agrarias.

  • La historia y la trayectoria de la Facultad de Ciencias Agrarias permiten avizorar un futuro con muchos desafíos.

    La historia y la trayectoria de la Facultad de Ciencias Agrarias permiten avizorar un futuro con muchos desafíos.

  • Guillermo Vásquez Velásquez, actual decano de la Facultad de Ciencias Agrarias.

    Guillermo Vásquez Velásquez, actual decano de la Facultad de Ciencias Agrarias.

    Así recuerda Rafael Hoyos Peña, Ingeniero Agrónomo, la antigua Facultad Nacional de Agronomía, en donde se formó entre 1956 y 1960, hoy Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, a la que se incorporó en 1937 como parte del pago de una deuda de Antioquia a la Nación.

    “La nuestra fue la primera facultad de la Universidad en un territorio distinto a Bogotá, dos años más tarde se integraría la Escuela Nacional de Minas”, apunta el profesor Guillermo Vásquez Velásquez, actual decano.  

    Mucho antes de convertirse en Facultad se llamaba diferente y, además, ocupaba otro espacio. Un edificio en Fontidueño (Bello) fue el encargado de albergar a las primeras generaciones de Agrónomos-Veterinarios que empezaron a formarse en el país hacia principios del siglo XX en la entonces Escuela de Agricultura Tropical y Veterinaria, creada por el departamento de Antioquia, mediante la Ordenanza N° 11 de 1914. Para 1926 el título también mudó su nombre, entonces los graduados llevaron orgullosos la identidad de Ingenieros Agrónomos.  

    Con el tiempo, la Escuela no solo se convirtió en Facultad, sino que también abandonó los terrenos de Fontidueño para venir a ocupar los descampados de Otra Banda, en Medellín, donde se mantiene desde la década de los años 30.

    Pasar un examen de admisión en conocimientos generales y una prueba psicotécnica era suficiente para comenzar los estudios, lo realmente difícil, era mantenerse. “Nosotros estudiamos con lo que se llamaba año integral, es decir, usted no podía perder ninguna materia porque no aprobaba; era tan completa nuestra educación que los ingenieros de esa época son equiparables con los doctores de hoy día”, rememora Gustavo Jiménez Narváez, Ingeniero Agrónomo de 1968 y actual Coordinador de la Oficina de Egresados de la Facultad.

    Además de las exigencias académicas, recuerda Rafael Hoyos, en su tiempo había una situación que se llamaba la zona neutra: “calificaban de 1-5, pero en los puntajes de 2,8 a 3,2 quedaba a juicio del profesor que te bajara o te subiera, o sea, que ganaras o perdieras; eso era una lotería, por eso siembre había que sacar más de 3,2”. De su cohorte de 80 admitidos solo 21 completaron los estudios.

    Los tiempos cambian, la excelencia permanece

    Con un siglo y cinco años de trayectoria, hoy la Facultad de Ciencias Agrarias tiene cuatro pregrados, 10 posgrados y el único programa de formación tecnológica de la Universidad: Tecnología Forestal, que se ofrece de manera itinerante; tres Centros Agrarios donde se desarrollan programas agropecuarios y una Estación Forestal. Sus estudiantes, alrededor de 1.700, siguen destacándose por la excelencia y la calidad humana.

    “Cambios sí, claro, pero las características que han sido permanentes son la calidad de los estudiantes como personas y las condiciones de exigencia académica en todos los ámbitos”, señala el profesor, Ángel Giraldo Mejía, quien con 36 años de actividad académica ha visto mudar los tiempos y pasar por las aulas de clase a muchas generaciones de jóvenes que con su esfuerzo han ayudado a hacer país.

    En el mismo sentido, Nancy Rave Estrada, quien ha estado al servicio de la U.N. por 31 años, de los cuales lleva 28 en la Facultad, destaca el quehacer marcado por la investigación y la interdisciplinariedad de un trabajo volcado a resolver las problemáticas del campo colombiano. “Yo he visto cantidades de jóvenes pasar por acá y hoy son gerentes, emprendedores, innovadores, personalidades importantes, así como muchos hijos de campesinos que se convirtieron en grandes investigadores. Ver a los muchachos cumplir sus sueños es motivo de orgullo y un empuje para seguir trabajando por la Institución”.

    Además de profesionales técnicamente muy capacitados, disciplinados y humanos, la Facultad forma en la necesidad de entender las diversas dinámicas sociales de un país que es campo y es ciudad; “nos guía el pensamiento ético de para quién trabajamos y cómo beneficiamos a más personas. Una visión que, sin duda, nos diferencia”, apunta Manuela Castro sobre la formación recibida.

    Oriunda de Gómez Plata, en el Norte antioqueño, Manuela escogió la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. Sede Medellín para formarse. Es Ingeniera Forestal, está haciendo Maestría en Bosques y Conservación Ambiental y agradece que la Universidad que la hubiese acogido con tanta calidez desde el primer día. Ella no solo representa a los nuevos profesionales sino también la creciente presencia femenina en carreras que durante años fueron exclusivas para varones.

    “Yo siento que esa brecha se ha ido acortando, por ejemplo, durante toda mi carrera, en los salones dominábamos en número las mujeres, en salidas de campo nos han tocado caminatas impresionantes en bosques recónditos y uno va de tú a tú con los muchachos, así mismo, los profesores nos han tratado siempre como iguales. Yo celebro que la representación femenina en nuestro campo laboral esté en aumento”, afirma.

    Del mismo modo, reconoce la calidez del ambiente en el que se ha formado, pues más que edificios sin alma y profesores distantes, Manuela dice haber encontrado en la Facultad de Ciencias Agrarias verdaderos mentores y “calor de hogar”.

    El futuro se avizora promisorio

    La Facultad de Ciencias Agrarias es la más completa del país en lo que se refiere al mundo agrario pues integra sus cuatro campos de conocimiento: agronómico, agrícola, zootécnico y forestal. “Acá se han desarrollado investigaciones muy destacadas en el mundo tropical, patentes de maquinaria y productos agroalimentarios como el aguacate en polvo, quesos y cárnicos propios, una variedad de papaya más resistente a enfermedades, entre muchos otros aportes”, cuenta el decano, Guillermo Vásquez Velásquez.

    En la Facultad también se inició la reforestación comercial en el país y los primeros trabajos de restauración ecológica, así como la teoría de la planificación de cuencas y la elaboración del Mapa de Zonas de Vida de Colombia. 

    Su historia es un punto de partida para prever un futuro alentador; en esa medida, el Decano destaca que al campo le quedan muchos desafíos por afrontar y que es deber de la Facultad de Ciencias Agrarias más antigua de Colombia y una de las más longevas de América Latina, proponer nuevas iniciativas acordes con la realidad.  

    “Como universidad pública y como Facultad tenemos un reto y una responsabilidad con la ruralidad, tenemos que volcarnos al campo decididamente para comprenderlo mejor y potenciar sus diversas formas de utilización: desde la producción industrializada hasta la artesanal y tradicional y, sobre todo, para mantener la dignidad de los campesinos”, sostiene el profesor Vásquez Velásquez. Y añade que hay otro reto en términos medioambientales, el de la conservación y restauración de bosques y tierras deforestadas por mal uso de la tierra.

    La formación empresarial con miras al emprendimiento, el fortalecimiento de los procesos de internacionalización y movilidad entrante, así como el desarrollo del sector agropecuario desde la idea de valor agregado, son otros de los asuntos por atender en el mediano plazo para la Facultad de Ciencias Agrarias centenaria de Colombia.

    (FIN/CST)

    2 de abril del 2019